Jorge "Chato" Zajarías.
Candidato a Intendente de Ing. Juárez.
Frente Amplio Formoseño.
Más de 200 personas asistidas en el hospital local con trastornos respiratorios, y con ardor en los ojos y axilas
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Más de 200 personas asistidas en el hospital local con trastornos respiratorios, y con ardor en los ojos y axilas
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El reclamo indignante de “Torrico”, un wichi del barrio viejo.
Oeste Informa:
El día veintiséis de Julio del 2021 será una fecha memorable para muchos argentinos. Y es que los sucesos que trascienden con mayor fuerza son que aquellos que talan hondo por su magnitud… A sus 83 años, luego de permanecer en terapia intensiva a causa de contraer COVID-19, falleció Natty Petrosino, una mujer bahiense ícono de la filantropía, la solidaridad y el amor hacia el prójimo. Aquellos que la conocieron aseguran que era una mujer formidable y desinteresada, que llevaba amor donde quiera que pisaba.
Dicen por ahí que el amor, más que un “te quiero”, es un “te cuido”. Y no hay mayor amor que aquel que se destina a los sectores menos favorecidos de la sociedad. Así transitaba sus días Natty, ya que por más de 50 años se había dedicado a ayudar a individuos de distintas partes del país.
En una entrevista telefónica con Julián Jorge Luis, más conocido como “Charito” en la comunidad “Divisadero” perteneciente al Potrillo, en la provincia de Formosa; éste nos contaba como la había conocido: él apenas tenía ocho años de edad cuando ella llegó por primera vez con donaciones para su comunidad. Todavía no entendía mucho de la vida, eso de las clases sociales o la desigualdad. Su lenguaje iba más allá de las palabras, se traducía en la piel erizada a causa del frio, la pancita caliente por el hambre, o la falta de sueño por caer enfermo luego de un día atareado. Natty conocía bien todo eso, por eso, uno de sus muchos destinos en el país era ir desde Bahía Blanca hacia el Potrillo (donde tenía un galpón desde el cual repartía las donaciones).
Charito hoy tiene treinta y tres años pero la recuerda como si no hubiera pasado el tiempo, y relata, con añoranza, como incluso en esta época de pandemia ella pasaba sus días ayudando… eso por su puesto incluía al “Divisadero”: la comunidad wichi formoseña que ocupaba un lugar en su corazón. Comenta él que todos ellos sienten que su partida es