30/10/2022
Noche del cazador
Relato by
La silueta se movió rápida entre los callejones lanzándose contra un muro y apoyándose con sus fuertes piernas para dar un salto que lo llevó hasta el techo y así recorrer más fácilmente el lugar. Se apresuró dando saltos ágiles y fuertes hasta llegar al borde de una azotea, deteniéndose justo en el instante que todo voló en pedazos frente a él.
—¡Allí estás! —exclamó abalanzándose sobre una enorme criatura con rasgos de león humanoide que había destruido la mitad de la tienda sobre la que se había detenido el cazador. La criatura emergió de entre los escombros y la nube de polvo causada por la destrucción cuando se abrió paso a través del muro, toda la estructura del local empezó a agrietarse por el golpe y la bestia profirió un terrible rugido.
El cazador se impulsó hacia el cielo y arrojó su capa púrpura sobre la criatura, cegándola momentáneamente. La criatura intentó arrancarse aquella prenda, pero sus afiladas garras solo estiraban la extraña tela que se adaptaba a los golpes y zarpazos mientras el cazador caía del cielo, arremetiendo con un golpe contundente en la cabeza de la bestia.
El sonido se convirtió en un estallido potente y la onda expansiva de aquel golpe destrozó los ventanales y vitrinas de todos los locales cercanos. La criatura rugió con profundo dolor y se agitó mientras el cazador daba un salto para retroceder, llevándose consigo su capa.
La bestia se irguió todo lo alta que pudo y observó con gran ferocidad y odio al cazador, sus colas se extendieron como arpones con las puntas llenas de aguijones apuntando al cazador, pero éste sacó un par de cuchillos de sus botas y con un movimiento vertiginoso giró para cercenar las colas, haciendo que la bestia aullara de dolor nuevamente.
Los ojos de la criatura se encendieron con una luz terrible y aparecieron llamas oscuras en su boca. El cazador se echó a correr hacia ella mientras la bestia arrojaba una llamarada terrible que el cazador esquivó barriéndose por el suelo y arrojando sus cuchillos contra el monstruo, uno de ellos se le clavó entre los ojos y el otro en el pecho, el cazador se detuvo en el suelo justo frente a ella y echándose atrás para apoyarse con sus manos, pateó con toda su fuerza la mandíbula de la criatura, mandándola a volar para luego saltar por sobre ella y rematarla con un golpe fulminante que extendió un nuevo estruendo por todo el lugar.
La criatura cayó destrozada y el cazador la observó con atención. —Ya comenzaron a salir las bestias y aun falta para la noche de brujas, este año será intenso —se dijo, mientras limpiaba sus cuchillos —pero bien, hasta eso llegue, tendré oportunidad de jugar. ¡Declaro inaugurada la noche del cazador!