10/01/2023
HISTORIA DE LAS VIRGENES DE LAS PIEDRITAS BARRIO RAMÓN CASTILLA DE OTUZCO
El Barrio Ramón Castilla ubicado en la provincia de Otuzco (La Libertad) , en el barrio de Cruz Mondoc, hoy Ramón Castilla, dedica el mes de enero de cada año a rendir homenaje a las “Vírgenes de Providencia” o “Vírgenes de las Piedritas”, con manifestaciones de profunda devoción y alegría, desde el día 02 en que se inician las novenas, y posteriormente los días principales: 11 el Alba, 12 la Víspera, 13 día Central y Procesión y 14 la Veneración. Los moradores, conjuntamente con los mayordomos participan de esta gran festividad, presentando hermosos y vistosos fuegos artificiales; platos típicos como el sabroso guiso de fiesta, la riquísima patazca, sin faltar la preciada sopa de pan, la rica chicha de jora y los bailes incansables y de amanecida, todos al compás de selectas bandas de músicos que se hacen presentes con los populosos bailes modernos, junto a los tradicionales huainos y marineras. El Nombre de “Vírgenes de las Piedritas”: Esto se dio inicio a principios del año 1862, la señora Marcelina Luján, quién poseía una profunda fe religiosa a la inmaculada “Virgen de la Puerta”, cada sábado junto a su familia acudía a la iglesia para rezar el Rosario, y como parte de su culto hacia entrega de una significativa cantidad de rosas y flores de diferentes especies que los adquiría en distintos lugares; por lo que para asegurar dicha entrega, decidió cultivarla, ella misma acondicionó su propio jardín en un espacio contiguo a su morada, al que rodeo de un cerco de piedras con fines de protección y seguridad. En una oportunidad en que se encontraba arreglando su jardín, notó que de pronto cayó una de las piedras que formaban el cerco, pidiéndole a uno de los peones que la guardaran en la cocina con la idea de que pronto serviría para hacer el fogón que permitiría hacer hervir la chicha, infaltable bebida que prepararía para el techado de su casa. Es así que el 13 de enero de 1862, fecha en que deberá hervir la chicha, pidió al peón que trajera la piedra guardada en la cocina, la cual al ser colocada para formar el fogón notó que se balanceaba, por lo que la señora Marcelina pidió una hacha para volar la punta de la piedra, pues esta era de forma de una pepa de palta, cuan grande fue la sorpresa que al dar el hachazo a la piedra, ésta se partió en dos partes iguales y en ambas caras apareció la imagen de la Virgen. La piadosa mujer, de inmediato cubrió con su falda las dos piedras, creyendo que se trataba de una aparición momentánea y pasajera, y postrada de rodillas llamaba a gritos a su hijo, quien se encontraba armando el techo: Mathías, ¡Mathias! Ven hijo que me he encontrado unas virgencitas. Cuando baja su hijo levantando la falda le muestra las dos imágenes. Mathías, asombrado, comenta que al escuchar los gritos de su Mamá, pensó que algún arriero se le habría caído un cuadro de la “ Virgen de la Puerta”, pues el lugar era camino de Herradura a Usquil. De Inmediato, la señora Marcelina lleva su imagen a su sala, donde empieza a rendirle culto, rezando el rosario en compañía de sus familiares,. En el año 1866, llegó a Otuzco en misión evangelizadora, el Obispo de Chachapoyas monseñor Fray Francisco Solano del Risco, decidiendo la señora Marcelina Lujan apersonarse ante el Arzobispado para pedirle que bendiga a las imágenes aparecidas y que mantenía en su poder. Para tal fin, y como acción previa, el citado Monseñor dispuso que se realicen pruebas con diversas sustancias químicas, para comprobar si no había intervenido la mano del hombre; pero es el caso, que mientras más pruebas se hacían, las imágenes de la piedras se aclaraban más y más, por lo que decidió bendecirlas con los nombres de las “Marías de los Milagros” y “María de la Providencia”, considerando que dicha aparición era un milagro de la “Virgen de la Puerta”, como premio a la fe y devoción de su devota Marcelina Luján, quien inmediatamente levantó una Capillita en el jardín donde se cultivaba las flores y tuvo lugar la aparición. En el año de 1950, la señora Susana Naváez Zavaleta construyó una capilla remodelada en el mismo lugar, que construyó el recinto de veneración y oración a las “Vírgenes de las Piedritas”. Al fallecimiento de la Señora Susana Naváez, es su hija Rita Piedad quien se encarga de revivir esos maravillosos recuerdos impregnados de devoción, familiaridad y cariño. Es así, que a la fecha han transcurrido ya cinco generaciones desde la aparición de las “Vírgenes de las Piedritas”. Actualmente, como parte del circuito turístico, en el barrio “Ramón Castilla”, el entonces alcalde de la provincia de Otuzco al señor Pedro Silvestre Rodríguez, conjuntamente con su cuerpo edilicio y en el marco del programa de inversiones de Otuzco, han construido una moderna Capilla; y gracias al aporte económico y colaboración de devotos, amigos y familiares, se ha podido realizar los acabados del Altar Mayor en piedra labrada; adquisiciones de la Mesa Eucarística, Atril, Sagrario, y pedestales de mármol para la colocación de las imágenes y floreros; hechos en Villa El Salvador, así como las donaciones del “Cristo de la Resurrección, que preside el templo y de la “Vía Crucis”, que circunda el interior nuestra casa de oración.