La labor del periodismo independiente ha sufrido durante décadas la censura de los monopolios privados de los medios. Los periódicos, las radios, la televisión y las agencias de prensa internacional han devenido en instrumentos de las políticas trasnacionales, proyectando imágenes a favor de la guerra, creando peligrosas matrices sobre naciones o personalidades con el objetivo de institucionalizar
una sola verdad, la de EEUU y los países industrializados. Ante esa realidad tangible de una censura predeterminada, los periodistas que tienen una visión social y progresista de la sociedad, acudimos a las redes de Internet, para crear nuestros propios servicios de información, para tratar de multiplicar la verdad objetiva de las sociedades en que vivimos. No podemos alinearnos con obscuros intereses internacionales, que predican una sola verdad, la del capitalismo deshumanizado que busca imponer un modelo ajeno a las necesidades de nuestro pueblo, de ahí la necesidad de una red comunicacional contra el monopolio de la prensa mediatica, y la concentración de los medios en manos privadas. El asumir nuestro papel de medios independientes no implica una libertad irresponsable de la información. Debemos ser extremadamente cuidadosos en lo que difundimos. Para no caer en la falta de veracidad de muchos medios privados, que aplican el sensacionalismo o el ataque personalizado, sin verificar o tener pruebas de lo que están publicando, despreciando de esa manera los efectos que esa noticia pueda generar.