23/10/2020
Camila, con pregrado y dos maestrías, está indignadísima porque una influencer se compró un una camioneta de más de 300 millones de pesos (79.000 dolares?) producto -según ella- de publicar basura en internet para ser consumida por una horda de iletrados que no son como ella: estudiada, de clase y durísima trabajadora.
Por otro lado la misma Camila, tan estudiada ella, toma Coca Cola. Le encanta pero mal. Es decir, ella consume esa chatarra -todos sabemos que el aporte nutricional de la Coca Cola es nulo así sea muy rica- que hace que los dueños de Coca Cola sean cada vez más ricos. También le gusta la cerveza. ¡Y vaya país cervecero que es Colombia!
Entonces por cada pola que se toma Camila, algunos pesos van para pagar campañas de influenciadores que hacen que gente como ella tome cerveza. Y como son millones de cervezas que se consumen al día entonces una empresa cervecera se puede dar el lujo de pagarle, por ejemplo, un millón de dólares a Sofía Vergara por un comercial de 30 segundos. Dinero que Camila con varias maestrías no hará en 10 años, ni yo, ni tal vez usted que lee esto.
Entonces Camila refuta ¡Qué tristeza de país! Yo trabajando duro con esfuerzo y apenas gano para pagar la cuota de un pequeño apartamento. ¡Y vienen estos influenciadores que ganan millones por no hacer nada! Camila ignora de forma acomodada que esto pasa no solo en Colombia, sino en Suiza, Alemania, Dinamarca, etc. También, con un reduccionismo monumental asegura que Colombia está mal es por los influencers. Es decir, internet existe desde 1.810.
La estudiada y muy dura trabajadora Camila no sabe cómo funciona el marketing, aunque con su aporte de los productos que consume haga que haya más influenciadores “ganando millones sin hacer nada”
También Camila cree que el paso por la universidad es garantía de éxito. No es así. Es como si por ser vegetariano, un león no te va a devorar si te lo encuentras de frente.
La vida es cruel e injusta en proporciones inimaginables.
Ir a la universidad no te garantiza el éxito, aunque sí te da más herramientas para lograrlo. Personalmente creo que la universidad no es necesaria como sí lo es el conocimiento.
Y también creo que a cada persona en Colombia deberían garantizarle su derecho a la educación superior libre, gratuita y, en especial, de calidad, porque sabemos que son muy pocos los colombianos que tienen el privilegio de ir a una universidad, tal vez, como el caso de Camila.
Si todos tuviéramos ese privilegio tal vez se entendería mejor cómo funciona el marketing, por qué un youtuber puede ganarse 30 millones de dólares al año sólo por jugar videojuegos, por qué Colombia es tan desigual, o por qué un gato caga en una caja de arena.
Recuerdo el caso de un discurso del señor Ernesto Mejía Amaya, fundador de Baterías MAC. Lo invitaron a dar el discurso de grado frente a un grupo de graduandos de MBA en un prestigioso centro educativo.
Él, sin tener formación profesional, logró montar un emporio de baterías y ahí estaba dando el discurso principal de grado frente a los nuevos MBA.
Seguro alguno de ellos pensó que ‘cómo así que alguien sin educación triunfaba cuando él se había partido el alma para sacar adelante su MBA. ¡Qué injusto!’
Pensando igual que Camila.
¡Qué lejos estamos!
Cómo decía nuestro premio Nobel de física, Albert Einstein. En tiempo de crisis es más importante la imaginación que el intelecto.
Si nos ponemos a pensar que es la imaginación, debe de ser lo que los Influencers y algunos empresarios digitales utilizaron, y que Camilo por el contrario solo utiliza el intelecto y por eso está frustrada. Uds saquen sus mismas conclusiones.
Universo De Millonarios