26/11/2024
La abismal diferencia con el bono de otras provincias como Santiago del Estero
EL EXTRA DE FIN DE AÑO ANUNCIADO POR QUINTELA PARA LOS ESTATALES CUBRIRÍA APENAS EL 25% MENSUAL DE LA CANASTA BÁSICA ALIMENTARIA DURANTE DICIEMBRE Y ENERO
El Gobierno quintelista de La Rioja no deja de causar estupefacción en la comunidad cuando tiene que tomar decisiones respecto a las prioridades en las mejoras salariales para el sector estatal, cuyos servicios -no obstante- tanto pregona enaltecer y valorar.
En estos días la CGT-La Rioja hizo un tímido pedido, lleno de achicamientos y ponderaciones hacia la figura del Gobernador, que no llegó a ser ni siquiera un reclamo: 300.000 pesos al menos como extra de fin de año para aliviar el alicaído bolsillo de los trabajadores estatales.
"Tenemos que ser responsables en los pedidos, tampoco queremos generar falsas expectativas a los trabajadores", se decían a ellos mismos y a la gente, dirigentes sindicales que siguen al oficialismo sin levantar nunca la voz demasiado ni mucho menos la protesta por estar centrados en no molestar a las autoridades a las que responden como burócratas: "tenemos que ver cuáles son las posibilidades de pago del Gobierno" fue el enfoque. Nunca cuánto necesitan realmente los trabajadores para salir de la pobreza y cuánto debería ajustar la política en su despliegue de abultados gastos, dirigidos sólo a mantener la hegemonía del aparato partidista de discurso único para poder satisfacer esas necesidades tanto estructurales como urgentes.
Bueno, la respuesta del Gobierno de Ricardo Quintela finalmente llegó una vez más y en esta ocasión el mandatario no le puso rostro al anuncio -muy receloso de la supuesta imagen nacional que consiguió proyectar-: y es que hay que salir a exponerse en video por las redes sociales comunicando en medio del actual contexto económico un bono de fin de año de ¡200.000 pesos! para los estatales que se pagará en dos partes: una diciembre (100 mil) y la segunda en enero (100 mil). Es decir, son 100.000 pesos menos que lo que la CGT sin presiones de ningún tipo esperaba conseguir basándose en la buena predisposición, la buena voluntad del querido Gobernador hacia el sector. Y los muchachos que no pretendían generar expectativas.
Los llamados "vinculados al Estado", trabajadores precarizados mediante contratos, becas, tutorías y otros programas, la tienen todavía más difícil: recibirán únicamente 100 mil pesos, también en cuotas: la primera en diciembre (50 mil) y la segunda en enero (50 mil).
En tanto, se confirmó que el extra de 50 mil en BOCADE (chachos) pasará a pagarse en pesos y que se mantendrá en diciembre y enero.
"Los primeros días de diciembre se liquidará el sueldo de noviembre; a partir del 16 se hará lo propio con la Quincenita y el medio aguinaldo. Desde el 23 se pagarán los 50 mil extras en pesos (hasta ahora se pagaban en BOCADE), más 100 mil pesos de bono extra para los empleados de planta. Los vinculados cobrarán ese bono en 50 mil pesos", resumió el Gobierno.
Las críticas y el inconformismo se desataron por doquier, aunque para muchos por lo bajo.
No es para menos. Los 200.000 pesos extra para fin de año, repartidos en 100 y 100, más que cumplir alguna expectativa, la aplastan y quedan lejísimo de llegar a ser un verdadero alivio para los trabajadores y sus familias, qué decir de constituir un incentivo. Ni mencionar a los que cobrarán 50 y 50.
Se trata de un Gobierno que no aminora gastos descontrolados "exóticos" para pocos pero que aquí ya no son tan raros sino tradicionales como los campeonatos de Rally en los que compiten funcionarios, las copas de cualquier cosa (menos las de leche), los conferencias de figuras de "stream" para redes sociales en la batalla cultural, costosas empresas estatales que terminan vendiéndose o cerrando, las innumerables pautas publicitarias para mantener la hegemonía del discurso mediático en la provincia e insertarse en la escena nacional, la campaña proselitista durante meses para instalar pretenciosas candidaturas que terminan siendo frustradas, y otros muchísimos gastos en los que tienen que ver una masa de recursos que corresponden a todos los riojanos y riojanas y de los cuáles ni siquiera llega a destinarse un 50% para cubrir la grilla salarial mensual.
Mientras tanto, en octubre la Canasta Básica Alimentaria (sólo alimentos básicos) fue calculada por el ISEPCi en La Rioja en más de 400.000 pesos y la Canasta Básica Total (que incluye otros gastos como servicios y vestimenta, pero no el alquiler) superó los 900.000 pesos. El bono de Quintela entre diciembre y enero cubrirá apenas el 25% mensual de la Canasta Alimentaria Básica de mantenerse sin variaciones la inflación, cosa muy difícil que suceda pues son meses en que los precios se retocan debido al consumo, especialmente en cuanto a alimentos.
Pero no sólo esa comparación es alarmante: el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, quien comparte el grupo de gobernadores del NOA y el mismo espacio político con Quintela aún cuando todo está tan difuso en ese terreno, dispuso que los trabajadores estatales de esa provincia perciban un bono extra de 1.300.000 pesos, a pagar en tres cuotas: 500.000 pesos que ya recibieron en noviembre, 500.000 pesos a depositarse el 5 de diciembre y los 300.000 pesos restantes el 5 de enero. El bono decretado por Quintela para los empleados públicos riojanos ni siquiera alcanza la cuota menor del bono santiagueño.
Pero hay más, se calcula que con sueldo, quincenita, medio aguinaldo, extra que se pagaba en BOCADE, y la cuota del bono de fin de año, el trabajador estatal de La Rioja estará percibiendo, como mínimo, en diciembre alrededor de 800.000 pesos (dependiendo de la categoría). Es decir, cobrando todo lo que tiene que cobrar logrará reunir una suma por debajo del 65% sólo del bono que se paga en Santiago del Estero, esto es, sin contar el sueldo, el aguinaldo y otros extras que pueda percibir un trabajador de esa provincia. La diferencia de montos, y la contemplación hacia la realidad de los trabajadores en cada provincia, es abismal.
El gobernador Gerardo Zamora no es un extraterrestre, no, su provincia, donde recibió hace poco y compartió el acto por el Día de la Militancia nada menos que junto a Cristina Fernández de Kirchner, la líder de la oposición al presidente Javier Milei, se reconoce -tanto adentro como afuera del círculo de su sector político- como un distrito aparentemente con las cuentas públicas bastante ordenadas, con previsiones basadas en prioridades y pautas de gestión claras, y con medidas concretas desde el primer momento para achicar el gasto político dado el contexto político y económico emergente.
Sin embargo, Zamora no salió de gira de lanzamiento de campaña para treparse a ninguna conducción del PJ o sobresalir y ser funcional dentro de Unión por la Patria. Quintela, con una provincia en default con sus acreedores externos y en la que la pobreza afecta a casi el 70% de la población, sí lo hizo, "descuidando" lo que debía hacer en La Rioja y tomando decisiones justamente en sentido totalmente contrario. Sus funcionarios no dejaron de repetir en este tiempo que el Gobierno no hará ajustes de ningún tipo, porque no hay nada que ajustar.
El establishment riojano, compuesto por el poder político, funcionarios empresarios, empresarios ligados al poder, los meteoros que se hicieron millonarios tras su paso por la función pública, dirigentes de organizaciones políticas, sociales y sindicales, éstos últimos que no funcionan como tales y siguen la bajada de línea del Gobierno, y hasta líderes religiosos con visión conservadora y parcializada a nivel local ocupados sólo en cuestionar las políticas nacionales, pretende seguir prolongando un estado de cosas en la que la desigualdad se profundiza y la sociedad se empobrece cada vez más, mientras ellos son los únicos que prosperan ostentosamente.
Lo hace con hipocresía notoria desde una estructura sostenida por la ideología dominante, protegidos por un enorme aparato de propaganda que le garantiza preservar su hegemonía a partir de una cultura declamativa de supuestos derechos "para todos" a cuyas columnas se abrazan los que lograron sacar la cabeza para respirar y se consideran a sí mismos librados, operando bajo esos resguardos y contribuyendo al sometimiento de los demás, mientras el resto alrededor o a la intemperie va a la deriva o directamente se hunde porque carece de esos privilegios y recursos: quedaron en toda su amplitud excluidos de "lo colectivo" tan pregonado, y que al final no resulta ser tal.
En cuanto esas condiciones no se reviertan y se extienda cada vez más la exclusión y la pauperización social, sólo el pueblo puede salvar al pueblo. Como alguien advertía por ahí: "cuando los pueblos agotan su paciencia, tarde o temprano, hacen tronar el escarmiento".
Redacción 📎
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