28/10/2023
🔴│FIESTA DE TODOS LOS SANTOS
por: Pilar Rojas Gutiérrez
El 01 de noviembre se festeja masiva y pomposamente en Huamanga la fiesta de Todos los Santos, desde muy temprano las personas adultas y los niños de toda condición social se ponen vestidos nuevos e inician visitas entre amigos y parientes para felicitarse por el Día de Todos los Santos. Así, en este ambiente de confraternidad, los padrinos y los ahijados, así como las comadres envían en una fuente con un mantel blanco varias wawas y caballos de pan a sus compadres y comadres. Los que llevan los obsequios generalmente son los ahijados, quienes reciben, además, algunos regalos y una propina de parte de sus padrinos al entregar el obsequio, estos bizcochos son preparados con muchos días de anticipación en todos los hornos huamanguinos y están elaborados con harina de trigo especialmente molida, manteca, huevos y adornados con ajonjolí, caramelos y pasas. Estos tradicionales bizcochos tienen, entre otras, formas de muñecos, caballos y figuras circulares dentadas. La preparación corre a cargo de los familiares, quienes personalmente van a los hornos y cuidan su procesamiento. Así, grupos familiares elaboran estos bizcochos y los intercambian con otros grupos, conservando hasta la fecha prácticas tradicionales.
Si bien su consumo original estaba vinculado a esta fiesta, hoy en día las wawas y caballos se producen masivamente, no tienen vinculación con familia u horno determinado y se venden casi todo el año.
El 2 de noviembre o Día de los Difuntos toda la gente se dirige al cementerio en romería general y la participación en este peregrinaje es multitudinario y festivo. En el trayecto se observa carpas y puestos de venta de comidas típicas de Huamanga y todo tipo de licores y potajes de otros lugares de Perú. Los familiares, luego de visitar el cementerio, se quedan todo el día en estos puestos de venta y, al atardecer, se inicia una fiesta general, con bandas, orquestas y conjuntos, que puede durar toda la noche.
Algunas personas colocan ante el nicho del difunto una ofrenda que consiste en una mesa o mantel con viandas que el difunto gustaba en vida; esta práctica se explica en la creencia de que este día las almas se encuentran libres y de que San Pedro les da permiso para visitar a los suyos y regresar a una hora señalada. Las almas que no regresan a tiempo se transforman en animales domésticos y caminan con mortajas blancas, si sus pecados han sido perdonados, o con mortajas negras, si todavía no recibieron perdón. Por este motivo, existe la costumbre de matar animales domésticos días después y enterrarlos con bailes, cantos y rezos, ya que se cree que podría tratarse de almas en pena. El entierro de estos animales tiene lugar cerca del cementerio. También se entierra wawas, caballos y muñecos de pan, como un simulacro, una ofrenda y un ritual en homenaje a la muerte y su fecha conmemorativa.
Los sacerdotes concurren al cementerio para rezar responsos ante cada nicho, acompañados de un cantor y de músicos que interpretan el violín, el clarinete y otros instrumentos. También se aprecia la presencia de rezadores populares, que no son sacerdotes sino especialistas en decir responsos y plegarias. Ellos, por una módica cantidad de dinero, rezan con gran destreza en un lenguaje inintelegible, rápido y acompasado que viene a ser una mezcla de palabras en castellano y latín, y que rima con frases de recuerdo para el difunto.
FUENTE: Huamanga, Fiestas y Ceremonias; E. González C, T. Carrasco C.