Hélène Blocquaux, cronista de luchadores y fantasmas Juan Pablo Picazo Abrir un libro siempre significa la posibilidad de renovar el universo que nos habita, pues aprendemos palabras nuevas, encontramos construcciones gramaticales deslumbrantes, o nos reencontramos con expresiones que alguna vez fueron nuestras, y habíamos olvidado. Y es que cada libro nos enseña de nuevo a leer, a comprender, y a sorprendernos....
Hélène Blocquaux, cronista de luchadores y fantasmas Juan Pablo Picazo Abrir un libro siempre significa la posibilidad de renovar el universo que nos habita, pues aprendemos palabras nuevas, encont…
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La hormega es una bitácora de arte, literatura y filosofía, que se actualiza diariamente (o casi, pues nos tomamos la libertad de los colaboradores muy en serio) y su objetivo es solamente difundir el pensamiento y la obra de quienes colaboran en ella. No pertenece a institución o empresa alguna y si bien lo expresado en cada texto es, como se dice, responsabilidad de los autores en exclusiva, coincidimos con ellos en lo general, de otro modo no estarían aquí.
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Esto comenzó en octubre de 2008, en algún rincón de México. El escritor y periodista Juan Pablo Picazo y su amigo, el misterioso Saulo Tertius (quienes a la sazón padecían un exilio en tierras que Saulo llamó, para ocultarse de sus perseguidores, San Manatí), fundaron el blog La hormega, un espacio virtual donde ejercer la libertad de expresión e intentar el vuelo artístico.
Otros amigos acudirían después, aportando e integrando y más tarde marchándose, qué se la va a hacer. Y así, han ido y venido columnas, géneros, firmas, y lo mejor de todo: diversidad. El lector puede consultar, en Ex colaboradores, las semblanzas de autores que han dejado en los archivos del blog algunos de sus trabajos.
Este sitio se ha convertido ya en un lugar de encuentro y circulación de ideas, gracias a ustedes, queridos lectores, pues son el eslabón fundamental de este esfuerzo colectivo. En este angustioso limbo que es el exceso de información que se almacena en la red, la esperanza de La hormega es que todos nos sintamos en casa, sin presiones, con la certeza de que es necesario respirar y recuperar nuestra humanidad antes de zambullirnos de nuevo en el vértigo.
