13/09/2020
En la antigua Grecia cuando un comerciante firmaba un acuerdo sellaba el contrato vertiendo unas gotas de vino en el altar de alguno de sus dioses. La palabra griega para ese gesto era spendo que quiere decir ‘derramar una bebida’. Con el tiempo este acto empezó a ser llamado ‘hacer un acuerdo’ o ‘firmar un contrato’.
La palabra griega spendo derivó al vocablo del latín sponsus, usándose para referirse a aquel que asumía un compromiso.
Aquellos que asumían un compromiso contrayendo matrimonio eran llamados ‘sponsus’ (el hombre) y ‘sponsa’ (la mujer). De ahí pasó al conocido como ‘esposo’ o ‘esposa’.