27/11/2023
LA MUJER Y EL HACHA
Una mujer buscaba leña para su cocina cerca del río, cuando de pronto, al cortar la rama de un árbol se le escapó el hacha de las manos y fue a parar al fondo del río.
La mujer preocupada, rezó y suplicó a Dios, entonces, Él apareció y le preguntó:
- ¿Por qué estás llorando mujer?
La mujer respondió que su hacha se había caído al río.
Dios metió su mano al río, sacó un hacha de oro y le preguntó a la mujer:
- ¿Es ésta tu hacha?
La noble mujer respondió:
- Noooo Señor, no es ésa.
Dios metió nuevamente su mano y sacó del río un hacha de Plata y volvió a preguntar:
- ¿Esta es tu hacha mujer?
- No Señor, tampoco esa es mi hacha, -respondió la mujer-.
Entonces Dios volvió a meter la mano al río y sacó un hacha de hierro y madera y nuevamente preguntó:
- ¿Es ésta tu hacha?
- ¡Sí!, esa sí es mi hacha. -respondió ella-.
Dios estaba tan contento con la sinceridad de la mujer que la mandó de vuelta a su casa, regalándole las otras dos hachas, la de Oro y la de Plata.
Entonces la mujer, regresó con su amado esposo a mostrarle el lugar donde vio a Dios. De repente, el esposo tropezó y cayó al río.
La infeliz mujer, que no sabía nadar, se puso a rezar y suplicar a Dios, Él apareció y le preguntó:
- Mujer, ¿otra vez tú? ¿Por qué estás llorando?
La mujer respondió que su esposo había caído al río y se había ahogado.
Inmediatamente, Dios metió la mano al río, sacó de los cabellos a Brad Pitt y le preguntó a la mujer:
- ¿Es éste tu esposo?
- ¡¡Sí , sí , sí.!!!
Asintió la mujer.
Entonces Dios se enfureció:
- ¡Eres una mujer mentirosa! -exclamó-.
Pero rápidamente la mujer le explicó:
- Señor, perdóname, pero aquí hubo un malentendido...
Si yo hubiese dicho que NO, entonces Tu me habrías traído después a George Clooney del río y si te hubiera vuelto a decir que tampoco era él, me habrías traído a mi marido y cuando dijera que SÍ, me mandarías para mi casa con los tres hombres.
Y es que yo seré pobre pero decente, con principios morales y no podría cometer ¡¡P O L I G A M I A!!
Por eso es que dije que SÍ al primero de ellos.
Dios rascándose la barbilla halló justo el comentario de la mujer y la perdonó.
MORALEJA:
"Las mujeres tienen tan buenos argumentos, que hasta Dios les cree."
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