Y cuando hablo del país, no me refiero al territorio, sino a su gente. Hemos aprendido a valorar lo que somos y siento que antes valorábamos mas los que "eramos" o lo que "teníamos". La gente huye hacia otros países, los religiosos atribuyen la situación a un "castigo de Dios" y lo vinculan la situación actual con las profecías del apocalipsis, hasta que alguien cruza la frontera y se da cuenta qu
e pareciera que la biblia solo aplica a Venezuela, porque el resto del mundo vive otra normalidad. Los políticos de un lado atribuyen la situación a las decisiones tomadas, que afectan el sistema generando caos. Los políticos del otro bando, atribuyen la situación a una supuesta invasión imperialista, como tratándose de un diálogo de película o cartilla, similar a la que pregonaban otros países, posterior a la segunda guerra mundial. Parece que esos libros fascinantes y sus fanáticos se refugiaron en este hermos país y siguieron alimentando su lástima interna y ese "pobrecito yo" hasta que les dieron el chance y demostraron que son más de lo mismo y que en vez de compartir bonanza, aplican la del embudo, como tratando de recuperar con la plata mal habida el tiempo perdido. Ni que se pudiera disfrutar Disney World de adulto como se haría de niño. Este espacio, lo pensé para publicar las cosas que veo, que percibo... en la calle, en los medios de comunicación, en donde sea que haya vida humana interviniendo, pero sobretodo, lo que tenga que ver con mi realidad que seguro es similar a la de alguno de ustedes. Buen día
¡Bienvenid@!