25/03/2024
El CNE y el chavismo están impidiendo la inscripción libre y autónoma de la candidatura opositora para el proceso del 28 de julio. El límite del proceso se acerca y la objeción del chavismo es que no desea competir ni brindar garantías de una elección que pudiese perder.
Ante el anuncio de una candidatura por consenso, en representación de María Corina Machado, de la profesora Corina Yoris, el cierre del sector del chavismo que no desea competir y sus aliados, se debe a que desean ser ellos los que escojan el candidato. Imagínense eso. Quieren escogerle el candidato a la oposición y buscar a uno que ni siquiera aspire al poder. Los otros que se han buscado para fingir que son candidatos independientes no les han servido. Son apenas errores muestrales en cualquier encuesta seria.
El absurdo del momento es que le temen incluso a una señora de 80 años, desconocida para el país y sin trayectoria política. Así de rota está la maquinaria electoral de la revolución. Antes movían con narrativa, después con dinero y después con miedo. Pero desde hace meses parece que nada es suficiente.
Sin embargo, aún queda tiempo para que haya cambios en el centro de toma de decisiones, que hoy se concentra en pocos actores. El CNE apenas obedece sus órdenes, así que allí no es.
La trampa de hoy no es si la oposición se quiebra y ve a quién escoge entre la lista de aceptables, "potables", o sugeridos por el chavismo. Ese no es el foco. La duda de hoy es ver si todos los sectores que hacen vida en el chavismo están dispuestos a asumir los costos de volver a generar una fraude con un evento político que carezca de legitimidad a la vista de todos.
La legitimidad no es poca cosa. De ella depende la reinserción normal del país en mercados internacionales y espacios diplomáticos.
Es sencillo
En lo político: Esta es una elección que, sin la participación de MCM o su persona designada en acuerdo con la oposición, no puede legitimar ni normalizar a Maduro y al PSUV.
Desde los derechos humanos: esta es una elección que lesiona el derecho de los ciudadanos a escoger y participar libremente. Por lo tanto no solo atenta contra la paz real del país y el derecho a la democracia, sino que traerá consecuencias sobre todos los actores que han obstaculizado la garantía de derechos. Eso incluye hasta a los rectores del CNE.
Por eso son tan importantes las críticas hechas tanto por la Misión de Observación de la Unión Europea como por el Panel de Expertos de la ONU. Las elecciones en Venezuela necesitan cumplir aún con muchas garantías para llamarse a sí mismas elecciones y ser aceptadas por la comunidad internacional.
Este fin de semana brinda la oportunidad de no tirar al país por la borda. Y no se trata de señalar a la oposición, como si fuese un error que exista y aspire al poder. Se trata de que la decisión del PSUV, de secuestrar institucionalmente al país que se tomó hace unos años, y que tantas vidas y migrantes ha costado, puede empezar a destrabarse si dan apertura a la posibilidad de participar.
Eso es todo: participar y elegir libremente. Teniendo todo el poder, el dinero público y los medios de comunicación en su mano, ¿También le van a temer a eso? ¿A medirse de verdad?