14/10/2022
INMORTALIDAD CUÁNTICA:
Una de las teorías que se podría decir más fascinantes del campo de lo mistérico que alberga el universo es la “Inmortalidad cuántica” o “Eternidad cuántica”, el cual se refiere de la muerte física en una realidad, pero su continuidad en otra realidad con pequeñas modificaciones que determinan esa nueva realidad. En principio así se lo podría definir, pero solo en sus inicios, esos pequeños cambios imperceptibles en ese comienzo son la plataforma para que el individuo que lo experimenta pueda lograr objetivos que eran imposibles de realizar en la anterior realidad. Fenómeno que define la realización de dicho objetivo u objetivos, se puede evidenciar la experiencia de estar inserto en una nueva realidad, al percatarse que tales logros eran imposibles de realizarse, debido al contexto que caracterizaba la anterior realidad. Una realidad delimitada por su cantidad finita de posibilidades, haciendo que el ser, esa conciencia contenida en un envase biológico entrara en conflicto al no poder manifestar nuevas posibilidades al estar limitado en esa realidad limitada. Ejemplo, sufrir un accidente que se comprende como algo fatal, que al sobrevivir uno entiende que haber sobrevivido a tal experiencia se configura en la inmediatez de la comprensión como un milagro, es posible que no sea un milagro sino un fenómeno propio de las posibilidades cuánticas. Esto se explica por el proceso traumático que experimenta el individuo antes durante y enseguida de sobrevivir al trágico desenlace, ser testigo en primera persona de la inminente muerte, sentir el súbito vértigo de lo fatal, que en milésimas de segundos el cerebro es capaz de proyectar de forma muy bien resumida el pasar de toda la experiencia vivida, es decir, ver pasar toda la vida frente a los ojos. Enseguida sentir una profunda paz, una paz que jamás se sintió, no se siente ninguna ansiedad, ni preocupación, ni nada que nos ligue a la existencialidad terrenal, simplemente paz, absoluta y serena paz. De pronto una centelleante luminosidad que se vuelve cada vez más frenética dando lugar a una especie de túnel luminoso que al final dirige a la persona hacía un foco luminoso muy potente y que antes de llegar a esa potente luminosidad la persona se despierta, vuelve a la conciencia, siendo testigo de su sobrevivencia, con la sospecha de haber mu**to. Un fenómeno que a todas luces es la experiencia de la muerte, el cerebro sufre todos los procesos que son propias de la muerte, se podría decir que es una experiencia de estar mu**to por unos minutos, pero con la dicha de poder contarlo. Pero en este caso no se siente como una experiencia cercana a la muerte, sino que se siente que realmente se ha mu**to y se ha hecho consiente en otra realidad, que a primera vista se percibe como que todo se ve como igual, pero se percibe como diferente. Lo cual después de pasado unos cuantos días, meses o años la urticante sospecha se confirma, la realidad que se experimenta es otra realidad, que ya no se encuentran la persona en la realidad anterior, que en aquella realidad ha mu**to y se ha despertado o hecho consiente en una nueva realidad. Los eventos que se van sucediendo dan prueba de ello, dan pruebas de que se es eterno, de que hubo un salto cuántico, que la conciencia paso de una realidad a otra aumentando drásticamente la cantidad de posibilidades, lo cual en consecuencia amplifica su capacidad de complejizar la virtud de auto experimentarse en esa nueva realidad, que la muerte es solo una posibilidad más dentro del fenómeno probabilístico cuántico. Se asemeja en cómo surgió el universo, el destello de un pequeño punto en la inconmensurabilidad de la oscuridad, expandiéndose violentamente y en dicho proceso da lugar a la existencia. La teoría de la eternidad cuántica describe en si como fue el big bang, que explica no solo como surgió el universo, sino como también surgió la conciencia a lo que lleva a deducir teóricamente que el universo como parte esencial de la existencia es en sí la misma la conciencia. Que el universo, el todo no es otra cosa que un cúmulo de datos, de información estructurada de tal forma que hace a la conciencia perceptible de su existencia, que la misma existencia es la manifestación que proyecta la conciencia, ordena el todo de forma coherente para que la manifestación de la conciencia sea posible. Lo único que muere, que no trasciende es el envase, el cuerpo, lo físico, lo tangible, pero lo intangible es eterno, que quizás muy posiblemente existe desde siempre, es el motor creador de nuevos universos, de nuevas realidades en la infinita existencia de su ser. La conciencia por lo tanto no nace ni muere como si lo hace su envase, su cuerpo, lo que cumple reglas dentro de una realidad de tres dimensiones, sino que la conciencia como creadora del todo, la cual en su existencia vive diferentes realidades para experimentarse a sí misma. La conciencia no nace ni muere, no fue ni será, sino que simplemente es. La conciencia se manifiesta en sus diferentes niveles, y esta dimensión no es otra cosa que una de sus diferentes manifestaciones, por eso hay conciencias que no se pueden percibirlas porque se escapan de nuestra percepción, están en otro nivel existencial, para poder verlas debemos superar este nivel de comprensión. Debemos evolucionar nuestro nivel de conciencia traspasando las barreras que delimitan la percepción de esta dimensión, que en este caso son tres, base, altura, ancho y la cuarta que es el tiempo, magnitudes que dan orden a la entropía, pero dicho orden es regulada por el filtro que pasa por el observador, el foco que desencripta el caos codificándola en forma ordenada, dando lugar a una realidad, la conciencia ese el filtro, es quien le da orden, le da un sentido coherente a la entropía, creando un entorno, necesita de ese orden para auto comprenderse, necesita del orden que demanda para el máximo propósito que simplemente es existir. Las magnitudes como el tiempo son arbitrariedades que la conciencia crea para poder auto experimentarse, la consecución de eventos que en movimiento transcurre una distancia a través de la noción tiempo son magnitudes ilusorias, son convenciones que dan coherencia a nuestro nivel de conciencia, lo que se puede deducir que es un nivel bajo. Un tipo de conciencia, los niveles superiores es la misma conciencia experimentándose en diferentes magnitudes que posibilitan, valga la redundancia, la posibilidad de la experiencia.