11/23/2021
LA HISTORICA LUCHA ARMADA POR LA LIBERTAD DE CUBA
🔴 En la campiña cubana, los revolucionarios que un día se lanzaron a la lucha contra la dictadura de Batista, tuvieron de nuevo que tomar sus armas para combatir una dictadura mucho más terrible y vendepatria. Desde el primer momento en el poder, el régimen castrista violó los ideales por los cuales se había combatido contra Batista. Los fusilamientos, los arrestos y la creciente influencia soviética, sembraron las raíces del descontento nacional. Por su parte Castro, apurándose para consolidarse en el poder, nombró a numerosos elementos comunistas a puestos claves en las seis provincias. Sin embargo, dentro de las filas del propio Movimiento 26 de Julio y del propio Gobierno Revolucionario, las protestas y las confrontaciones se multiplicaron.
La lucha guerrillera contra Fidel Castro en Cuba, fue causada por el descontento en las filas estudiantiles, obreras y campesinas hacia el gobierno revolucionario que se instauró en el poder el primero de enero de 1959, quien, traicionando sus ideales originales, se desvió hacia una férrea dictadura comunista.
Castro asumió el poder, utilizando su astucia y aprovechándose de las ingenuidades de los dirigentes de otros partidos de oposición en la lucha contra Batista. El Segundo Frente Nacional del Escambray, el Directorio Revolucionario “13 de marzo” y la Organización Auténtica y hasta gran parte del movimiento 26 de Julio, quedaron marginados de la estructura del poder desde la primera semana de 1959. También Castro tuvo la ventaja que los lideres revolucionarios más carismáticos como lo fueron, José Antonio Echeverria, Frank País, Menelao Mora, Rene Ramos Latour, entre otros, perecieran en la etapa de la lucha insurreccional contra Batista.
El nueve de enero de 1959, el nuevo Gobierno Revolucionario legalizó el hasta entonces abolido PSP (Partido Socialista Popular) donde muchos de sus miembros, habían sido colaboradores del batistato. Por solo citar un ejemplo, está el famoso caso de Humboldt 7, donde un miembro de ese Partido delato al tristemente célebre coronel Esteban Ventura el escondite de varios dirigentes del Directorio Revolucionario y de la FEU, quienes más tarde fueron cobardemente asesinados.
Con la legalización del comunismo, vino al día siguiente, el reconocimiento oficial diplomático de la Unión Soviética. A las pocas semanas llegó a Cuba Aleksander Alexeyev, primer agente de la KGB, encargado de establecer nexos con el nuevo régimen y establecer un aparato represivo en el país. Alexeyev fue el organizador del Ministerio del Interior, vertebrando el sistema de espionaje y represión que aún existe en Cuba. Para 1962, por pedido oficial del propio Fidel Castro, Alexeyev fue designado embajador soviético en Cuba, cargo que ostentó hasta 1967.
En la primavera de 1960, cientos de soviéticos comenzaron a llegar a la Isla, en calidad de técnicos, pero con la misión de ayudar en la reestructuración de la sociedad cubana, para cambiarla de un sistema de libre empresa a un satélite colonialista de la URSS.
La Revolución Cubana tuvo en sus inicios el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo cubano. En el Manifiesto de la Sierra Maestra de 1958, Castro prometió que el nuevo sistema que se establecería en Cuba honraría a la Constitución de 1940, con justicia social, una reforma agraria equitativa, derechos civiles y elecciones libres.
Desde el primer momento en el poder el régimen castrista violó los conceptos por los cuales se había combatido contra Batista. Más de trescientos fusilamientos se llevaron a cabo en las primeras semanas del triunfo, producto de juicios carnavalescos. Uno de esos ejemplos fue cuando varias docenas de miembros de la derrocada Fuerza Aérea fueron enjuiciados, juzgados y declarados inocentes por un tribunal revolucionario, Castro arbitrariamente ordenó un segundo juicio, a todas luces ilegal.
Posteriormente, desde los oficiales hasta los mecánicos, fueron sentenciados a largas condenas en un segundo juicio, al que ni siquiera se les permitió asistir. Causa de esto, fue que el presidente del primer tribunal que juzgara y absolviera a los pilotos, el capitán del Ejército Rebelde, Félix Luguerio Pena, uno de los hombres de más confianza de Frank País, se suicidase de un disparo en la sien tras semejante injusticia.
Mientras gran parte del pueblo cubano no se había percatado todavía de la mentira castrista, se continuaba con los fusilamientos y los arrestos. Todas esas arbitrariedades junto a la creciente influencia soviética, sembraron las raíces del descontento nacional. Apurándose para consolidarse en el poder, Castro nombró a numerosos elementos comunistas a puestos claves en las seis provincias. En breves semanas, cientos de empleados en cargos gubernamentales fueron despedidos, siendo reemplazados por elementos leales al PSP y a Fidel Castro, sin importar que estos últimos no tuviesen historia revolucionaria, y hasta muchos vinculados con la recién derrocada dictadura. Para justificar esa infamia, se enarbolo el hipócrita refrán castrista: «no me digas lo que hiciste, dime lo que estás haciendo».
Dentro de las filas del propio Movimiento 26 de Julio y del propio Gobierno Revolucionario, las protestas y las confrontaciones se multiplicaron. El nuevo presidente, Manuel Urrutia, fue obligado a renunciar y a pedir asilo político en una embajada de México, después de una confrontación con Castro. El jefe de la nueva Fuerza Aérea Revolucionaria, comandante Pedro Luis Díaz Lanz abandonó la Isla, acusando a Castro de alinearse a elementos comunistas. En octubre de 1959, el comandante Huber Matos, jefe del regimiento de Camagüey, fue arrestado junto a un grupo de sus oficiales por protestar la injerencia comunista en el nuevo gobierno.
Una semana después del arresto de Matos, el comandante Camilo Cienfuegos, una de las figuras más populares del proceso revolucionario, desapareció misteriosamente bajo circunstancias inexplicables que muchos historiadores han atribuido a una pugna interna. A los pocos días de la “desaparición” de Camilo, su jefe de Estado Mayor, capitán Cristino Naranjo, fue cobardemente asesinado a la entrada de Ciudad Libertad (antigua Columbia) por el también capitán Manuel Beaton, hombre de confianza de Raúl Castro.
Numerosos elementos revolucionarios veteranos de la lucha contra Batista, comenzaron a reunirse nuevamente para conspirar. Los primeros movimientos anticastristas comenzaron a estructurarse a finales de 1959. Estos movimientos estaban formados y dirigidos por elementos revolucionarios, que intentaban rescatar el proceso antes de que el comunismo pudiera consolidarse en Cuba.
Entre los movimientos clandestinos más activos de aquella época, se encontraban el MRR (Movimiento de Recuperación Revolucionaria), el DRE (Directorio Revolucionario Estudiantil), el MRP (Movimiento Revolucionario del Pueblo) y el Movimiento 30 de noviembre. Tras el injerencismo soviético en la isla, enmarcado dentro del contexto de la llamada Guerra Fría y mientras Castro y su camarilla recibían armamento y asesoramiento de inteligencia por parte de la Unión Soviética, el MRR y el DRE comenzaron a recibir ayuda de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos durante los últimos meses de la administración de Eisenhower para contrarrestar la masiva ayuda militar procedente de la URSS y sus países satelites.
Irónicamente, el Movimiento 30 de noviembre, donde se agruparon los exmiembros del Movimiento 26 de Julio descontentos y que nunca recibió apoyo económico de Estados Unidos, llegó a ser el aparato clandestino más grande de esa época, manteniéndose activo hasta 1968. Los cuatro movimientos tenían entre sus filas a numerosos veteranos guerrilleros que querían abrir nuevos frentes de combates en las sierras cubanas.
A principios de 1960, los conspiradores iniciaron el envío de pequeñas cantidades de armas a la Sierra del Escambray en Las Villas y a la Cordillera de los Órganos en Pinar del Río, en menor cantidad hacia la Sierra Maestra, anticipando así los alzamientos en toda la isla.
La lucha guerrillera en Cuba fue una gesta heroica, donde miles de hombres, en su mayoría mal equipados, pero con coraje para regalar, se batieron como leones desde 1959 hasta 1966 en las sierras y llanos de Cuba. Solo el abandono por parte de aquellos que se decían sus "aliados", la masiva ayuda militar soviética y de sus países satélites del llamado «campo socialista», junto a la brutal represión ejercida por el régimen títere de los Castro por todo el país, lograron vencerlos militarmente, pero al costo de muchas bajas. Mas jamás pudieron vencer su imperecedero ejemplo moral, histórico y libertario.
La dictadura trato de estigmatizarlos como «bandidos», pero la Historia los reconoció como patriotas amantes de la libertad de su pueblo. Lo verdaderos bandidos, llevan más de medio siglo en el poder.
https://cubahoracero.wordpress.com/2015/08/18/la-lucha-guerillera-contra-el-castro-comunismo-en-cuba/