02/18/2025
EN MEMORIA DE MARTÍN LUTERO (18 DE FEBRERO DE 1546 - 2025)
Hoy, 18 de febrero, recordamos el tránsito a la vida eterna de Martín Lutero, siervo de Dios, maestro en la Palabra y testigo incansable del Evangelio de Cristo. Su vida, marcada por la valentía, la lucha por la verdad y la profunda confianza en la gracia de Dios, nos deja un legado de fidelidad a las Escrituras y un testimonio inquebrantable de fe.
Señor Todopoderoso, Dios de toda gracia y misericordia, te damos gracias por la vida de tu siervo Martín Lutero, a quien llamaste a proclamar con valentía la pureza de tu Evangelio. A través de su ministerio, nos recordaste que la justificación es por la fe sola, en Cristo solo, por la gracia sola, conforme a la Escritura sola, para gloria tuya solamente.
Tú que lo sostuviste en las horas de prueba y le diste palabras de vida cuando fue perseguido, también le diste paz en sus últimos momentos. Como él mismo escribió en su lecho de muerte:
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Tú me has redimido, Dios fiel.”
Así como lo llamaste desde la tormenta aquella noche en que prometió servirte, así también lo sostuviste a lo largo de su vida: en el claustro, en la cátedra, en la controversia, en la predicación y en el hogar, junto a su amada esposa Katharina y sus hijos. Su vida, Señor, no fue fácil. Se enfrentó a poderosos de su tiempo, sufrió enfermedades, pruebas y tribulaciones. Pero hasta el final, permaneció firme, no confiando en su propia fuerza, sino en tu fidelidad y en tu Palabra inquebrantable.
Hoy, al recordar su tránsito de este mundo a la eternidad, oramos por tu Iglesia, Señor. Que, como Lutero, se mantenga firme en la verdad de tu Palabra. Que no busquemos seguir a un hombre, sino solo a Cristo, nuestro verdadero Maestro y Salvador. Pues como él mismo enseñó:
“No basta decir: Lutero, Pedro o Pablo lo dijeron. Debes sentir en tu propia conciencia que Cristo mismo te ha hablado. Y debes sentir en tu corazón que es la Palabra de Dios, aunque todo el mundo se oponga a ella.”
Señor, así como guardaste a Lutero en la fe hasta su último aliento, guárdanos también a nosotros. En un mundo que sigue cambiando, en tiempos de incertidumbre y tribulación, fortalece nuestras almas en la certeza de que solo Cristo es nuestro refugio y nuestra esperanza.
Por su fidelidad a tu Palabra, por la Biblia que hoy podemos leer en nuestro idioma, por la enseñanza clara del Evangelio, por cada himno de alabanza que entonamos en nuestras congregaciones, te damos gracias, Señor.
Que su vida sea un recordatorio de que la fe sin obras es mu**ta, pero que ninguna obra puede salvarnos fuera de Cristo. Que su valentía nos inspire a no callar cuando la verdad de tu Palabra es desafiada. Que su amor por la Escritura despierte en nosotros el deseo de estudiarla y atesorarla en el corazón.
Señor, en este día en que recordamos a tu siervo Martín Lutero, te pedimos que nos mantengas en la verdad de tu Palabra hasta el día en que nos llames a tu presencia.
Por Cristo nuestro Señor, en cuyo nombre oramos,
Amén.
Martín Lutero: Su Vida en la Fe y la Palabra
Hoy, al recordar la vida y muerte de Martín Lutero, hacemos memoria de su gran impacto en la Iglesia y en la historia de la humanidad. Su fe inquebrantable, su amor por la Palabra de Dios y su deseo de que cada creyente conociera el Evangelio lo llevaron a desafiar las enseñanzas erróneas de su tiempo y a poner en marcha una reforma que aún resuena en la Iglesia.
📖 Su legado perdura en cuatro grandes principios de la Reforma:
• Sola Scriptura 📜: La Escritura es la única autoridad suprema en la fe y la doctrina.
• Sola Gratia ✝️: La salvación es un regalo de la gracia de Dios, no por obras.
• Sola Fide 🙏: La justificación es solo por la fe en Cristo.
• Soli Deo Gloria 🌟: Todo es para la gloria de Dios y no para la exaltación humana.
🕯️ Unámonos en oración y gratitud, y mantengamos nuestra mirada en Cristo, como Lutero lo hizo.
📍 Hoy en la historia: 18 de febrero de 1546
📖 “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.” – Lucas 23:46