08/16/2021
Cuidado Marrero
Luis Alberto García a Manuel Marrero:
¡Mucho cuidado con lo que se dice públicamente ( y en privado) de los verdaderos HÉROES que hoy tiene Cuba trabajando sin descanso por erradicar la pandemia!
Con los médicos, enfermeras y personal de apoyo de la Salud, ¡NO SE METAN ¡ ¡NO LOS CULPEN! ¡NO LOS CONVIERTAN EN CHIVOS EXPIATORIOS!
Están exhaustos y hasta ahora no habían protestado.
Cuando un cubano de a pie se queja por la falta de atención a un familiar o por la demora en ocuparse de él, es lógico que la emprenda contra los que están en la primera línea. Pero las causas que originan esas eventuales desatenciones y retrasos son mucho más profundas y vienen arrastrándose desde hace mucho.
Un médico no puede poner el antibiótico o el oxígeno que no tiene, ni hacer aparecer una cama de su chistera, ni inventar reactivos o apurar los resultados de un test en un laboratorio. No son los dueños de las ambulancias ni del combustible para moverlas.
Cuando un sistema de salud colapsa ( y ha sucedido en otros países con más recursos) a nadie se le ha ocurrido señalar el mal desempeño de los médicos como una de las causas.
Estaría muy bien disculparse públicamente, Vicepresidente. Cuanto antes. Su comentario en la TV ha destapado una Caja de Pandora cuyo contenido tóxico en los momentos actuales, no le hace ningún bien al país.
Ya comenzaron los médicos a pronunciarse en las redes. Se sienten ofendidos, con razón. Han reaccionado de frente, dando sus nombre, apellidos, especialidades y los centros en los que se desempeñan. Y a tiempo sostengo que esa reacción no está pagada ni ha sido ideada por “los enemigos”. No sea que a la vuelta de unos días escuchemos esa versión.
Espero, por el bien de Cuba, que no se tomen represalias contra ellos. Ni expulsiones ni interrogatorios ni coacciones. O saldrán más a decir sus pareceres.
No pueden seguir dirigiendo con métodos antiguos y la retórica anquilosada.
El sistema de salud cubano ya venía mal.
Está demasiado bien haber conseguido las vacunas de factura nacional, tener un polo científico de alto nivel mundial, grandes especialistas, procedimientos quirúrgicos y medicamentos muy respetados y solicitados a nivel mundial. Es cierto que todas las operaciones son gratuitas en el país, las más complejas y las simples. Pero los hospitales y policlínicos para el pueblo no fueron ni son como los hermosos, impolutos y bien dotados CIMEQ y CIREN.
Los maquillan cada dos o tres años pero por dentro siguen teniendo gravísimos problemas estructurales y falta de insumos.
Desde hace décadas los cubanos tenemos que ingresar a cualquier hospital con ropa de cama, un módulo de aseo personal, comidas y meriendas para el enfermo, sus acompañantes y ¡para médicos, enfermeras y camilleros!, un balde para acopiar agua, calentador artesanal para tibiarla, detergente para limpiar los baños, un ventilador, etc. ¿No sabía eso?
Ah… pero en todos los hoteles para turistas hay ropa de cama que puede ser cambiada a diario y en lavamanos y duchas sale agua fría y caliente. Y las mucamas limpian los baños.
Entiendo: los hoteles dejan dinero. Los hospitales, dolores de cabeza.
El bloqueo externo y el interno se dan la mano. Van empatados en eso de hacernos vivir mal.
Reconozcan que la pandemia, a pesar de todo el esfuerzo que hace el gobierno desde que comenzó a golpear al país, puso en evidencia que el sistema de atención primaria de salud había estado muy desatendido. Recuperarlo ahora es tarea de titanes.
Mi aplauso y mi admiración sin límites para todas las cubanas y cubanos que han estado y seguirán salvando vidas cubanas.
¡UN RESPETÓN!