11/26/2024
¡Caí, me levanté, volví a caer y aún así me arriesgué a seguir adelante!
Hace tiempo, establecí una meta para mí mismo, pero en el camino, me di cuenta de que siempre encontraba en otros la sombra de lo que creí posible y hasta lo que nunca debería hacer. Estaba equivocadamente comparándome con los demás. Me sentí frustrado, débil y conforme pasaba el tiempo cada vez más desanimado.
Pero un día, decidí cambiar mi enfoque. Empecé a centrarme en mi propio progreso, cerré mis ojos y oídos al mundo y a la gente, di un paso a ciegas y confié en lo que debía venir para mi… caminé mi propio camino y descubrí en mis logros y en mis errores la diferencia de ser feliz. Y así, comencé a crearme de nuevo.
Es así que comprendí que no importa cuántas veces caigas, lo importante es cuantas veces te lograste volver a levantar y con la fuerza que sigues soñando. Así fue cuando me grite: No te compares con nadie! ¡Establece tus propias metas y celebra tus propios logros!
Nadie puede contar tu historia porque para ellos, los sujetos, los tiempos, los verbos y los modificadores deberían estar presentes mientras viven tu historia… la belleza de ser único es real, así que solo vive, cae, aprende y arriésgate a triunfar!