12/18/2024
Victoria!
A veces, la vida nos coloca frente a desafíos que parecen insuperables. Todos soñamos con vencer las contrariedades, con salir airosos de las batallas que enfrentamos. Estamos tan cargados de deseos, tan llenos de la fe en fórmulas de éxito, que cuando las cosas no salen como esperábamos, el fracaso parece instalarse en nuestros huesos, helándonos desde adentro.
No siempre todo sale bien. A veces, simplemente, no sale nada.
Nos han dicho una y mil veces que la victoria depende de nuestra actitud, de lo que creemos o proclamamos, pero, ¿y si pese a todos nuestros esfuerzos, la vida sigue siendo esquiva? A veces, aunque cumplamos al pie de la letra las reglas del juego, los sueños se desvanecen entre los dedos.
No siempre la vida nos convierte en héroes de epopeyas gloriosas. A veces, nuestra historia es solo una entre tantas. Y, ¿sabes qué? No pasa nada.
Ojalá quienes leen estas palabras hayan encontrado sus cimas, hayan saboreado el éxito. Pero si no es tu caso, si sientes que no alcanzaste las metas, que no cumpliste con las expectativas que otros pusieron sobre ti, no pasa nada.
El verdadero fracaso no está en no triunfar. Está en pasar por esta vida sin amar, sin dejar una huella de ternura en otro corazón. Si tu historia no fue épica, no importa. La grandeza no está en los aplausos, sino en la belleza silenciosa de lo cotidiano.
No se trata de nosotros, de nuestras conquistas o fracasos. Se trata de aprender a vivir con dignidad, incluso en medio de las tristezas, porque, aunque a veces duela, la vida sigue siendo un milagro digno de ser vivido.