14/02/2024
ACEPTAR AL OTRO COMO ES✨
Hace unos días recibí esta imagen donde un dinosaurio le reclama al otro de brazos muy cortos que “nunca le abraza”.
Esta imagen me hizo pensar cuántas veces vamos por la vida quejándonos por lo que los otros no nos dan. Y peor aún, buscando que nos den lo que simplemente no están en capacidad de darnos.
Y es que, en verdad, parece que esperamos que las personas nos amen como nosotros queremos, sin tomar en cuenta la forma en que ellos saben, pueden y quieren amarnos. Exigimos ciertas cosas, presionamos, somos sarcásticos, manipulamos, nos enojamos, sufrimos, lloramos, nos quejamos, nos sentimos desdichados porque el otro no me ama como quiero, no hace, piensa, dice y siente como yo quiero. Y nos podemos pasar la vida en una constante batalla, infructuosa y loca, para que lo haga.
Amar es aceptar al otro cómo es
El amor es un regalo que recibo, no que exijo. El amor es un regalo que entrego según mis limitaciones, pero con el mejor deseo de compartir lo que tengo para ofrecer.
El día que aprendemos a aceptar a la gente que nos rodea con su historia, su capacidad de dar lo que sabe y puede buenamente dar, con sus heridas, con sus limitaciones, con sus propias maneras de pensar, con sus propias emociones.
Y aceptándolos así, aprendemos a amarlos y a agradecer lo que nos dan, entonces somos realmente libres, porque amar es aceptar.
¿Te cuesta aceptar a los demás COMO SON?
Cuando aceptar al otro nos cuesta, es porque no hemos sido aceptados. No aprendimos un patrón sano de relacionarnos con el otro desde nuestra individualidad hacia la suya.
Muchas veces, de niños, nos rechazaron por ser quienes éramos. Querían que fuésemos más tranquilos, más obedientes, más ordenados, más estudiosos, menos ruidosos, menos llamativos, más conversadores, mejor más callados, más como aquel primito, menos como tu padre/madre, más como Sultano, menos como Fulano… Querían que fuésemos todo, menos nosotros mismos. Y eso nos generó un vacío. Un vacío de aceptación, de comprensión hacia nosotros mismos y nuestra singular y única forma de ser. No aprendimos a aceptarnos, mucho menos a aceptar a los demás, no aprendimos que aceptar es amar.
De una gran profesional(psicóloga) para todos.