16/04/2024
Una piedra en mi tenis
Cerca de unos veinticinco minutos de haber comenzado mi acostumbrada caminata matutina sentí una incomodidad en uno de mis tenis. Me pregunte, ¿pero como rayos se me metió esa piedra en mi zapato? La verdad es que ni siquiera sabia lo que era, pero no podía ser una piedrita, no, aquello que me estaba impidiendo continuar tenia que ser una piedra sin lugar a duda.
Sin darme cuenta comencé a quitar la mirada en el trayecto y dejé que aquella incomodidad se robara toda mi atención. Pensé, pues ni modo, detente en un lugar seguro, quítate el tenis, saca la piedra y sigue adelante. Pero de inmediato mi subconsciente me reclamo; o sea que ahora hay que tenerlo todo para atender una pequeña incomodidad y perder de perspectiva la meta que te habías propuesto. Entonces comencé un proceso de negociación entre mi subconsciente y mi yo.
Y es que así es la vida, como dice una famosa canción, la vida es así de ilógica. Depende solo de nosotros si al primer tropiezo o una situación difícil dejamos todo de lado, y detenemos nuestro camino hacia esa importante meta. Antes de determinar si es una piedra en tu tenis, observa lo que realmente es. Antes de detenerte en el camino, piensa en como pudieras manejar esa situación, nunca quites tu mirada de tu meta, no permitas que elementos externos tomen el control de ti.
La vida se trata de persistir, de adaptarnos, de no claudicar, de armarnos de valor y de utilizar toda la experiencia, las destrezas, y las habilidades que poseemos para alcanzar nuestros sueños. Quitemos la mirada de esas pequeñitas piedrecitas que intentan robarnos la paz y desviarnos del camino. Ya lo dijo Darwin, “no es la especie mas fuerte, ni la más inteligente la que podrá sobrevivir, sino la que posea la mayor capacidad de adaptación y manejo de los cambios”.
Te cuento que esta mañana no me detuve, seguí adelante, complete mi meta, llegue a mi casa, y cuando me quiete el tenis, la piedrita era tan pequeña que se me hizo difícil verla. Así que, lo que nos llevara a lograr cada una de nuestras metas, no es la piedra o el tamaño de esta, es nuestra capacidad para no perder nuestro norte, y seguir adelante. ¡Que nada te detenga!