29/11/2024
La primera evidencia de que los humanos enterraron a sus perros en señal de emoción y respeto se remonta a miles de años. La práctica de enterrar perros sugiere que no eran sólo animales de trabajo o guardianes, sino también valiosos compañeros y miembros de la comunidad humana.
Hallazgos Arqueológicos: Uno de los ejemplos más antiguos y notables de entierros de perros fue descubierto en Israel en el sitio arqueológico de Ain Mallaha, que data de hace aproximadamente 12.000 años. Los restos de un perro fueron encontrados enterrados junto a un humano, lo que indica una relación especial entre ellos.
Cultura Natufian: Se sabe que esta cultura prehistórica, que habitó el Levante durante el período epipaleolítico tardío, incluyó perros en sus rituales funerarios. Los entierros conjuntos de humanos y perros sugieren que existía un vínculo emocional significativo entre ellos.
Simbolismo y relación: El acto de enterrar a los perros puede simbolizar el reconocimiento del importante papel que desempeñaron en la vida diaria de los humanos, no sólo como ayudantes en la caza, sino también como compañeros leales y protectores.
Evolución de la relación: Estos antiguos entierros reflejan el comienzo de la relación íntima y emocional entre humanos y perros, que evolucionó a lo largo de milenios hasta convertirse en el vínculo profundo que muchos experimentan hoy con sus mascotas.
Estos hallazgos arqueológicos y sus interpretaciones brindan una visión fascinante de cómo los perros llegaron a ocupar un lugar especial en los corazones humanos, una relación que continúa siendo celebrada y valorada hasta el día de hoy.