06/04/2024
SOY LA AMANTE
Lo acepto, yo soy la amante!
Soy esa mujer
que le quita el sueño a tu hombre,
la sonrisa disimulada al checar su teléfono,
la responsable de las ausencias laborales,
de llegar tarde a casa,
las horas extras en la oficina, en el trabajo,
la excusa perfecta
para quedarse conmigo más un rato.
La mujer a la que nunca
le duele la cabeza,
la que siempre está dispuesta,
esa que no sólo está lista
para hacerle el ⓐmor
y f★llarle hasta agotarle,
hasta hacerle perder la razón;
también está lista para atenderle
como a un niño mal criado,
para arrullarlo
y envolverlo en mis brazos.
No por los regalos o las atenciones,
más bien porque conmigo
encuentra la tranquilidad y el cariño
que una vez tuviste en casa
y lo dejaste ir,
lo dejaste perder.
Aquella que tiene prohibida
las llamadas a ciertas horas y ciertos días,
la que no escribe mensajes
a menos que se los pidan,
la que espera pacientemente
a que él encuentre un momento
y se lo dedique.
La que da más de lo que recibe,
la que no hace preguntas,
pero da respuestas,
la que puede ser destruida
con un “hoy no puedo estar a tu lado”,
soy la que lo ama con locura y desespero,
la que finge estar “bien”
mientras por dentro me muer★.
La que rompe de vez en cuando las reglas
y se llega a enamorar de un “jamás”,
la que se conforma con unas horas nada más.
Soy la otra porque así lo dice la sociedad,
la amante porque solo saben tu versión
de la historia y no saben la verdad,
el "título" otorgado
a quien ama a un hombre ajeno,
a la que juzgan sin razones
y rechazan sin motivos,
esa soy yo... Su amante!
¡Si, soy culpable!
De amarlo y cuidarlo más que tú
siendo la propia esposa,
soy la mala por querer lo mejor para él.
Lo acepto!
Pero no te confundas,
yo no soy la típica amante,
Yo no soy egoísta,
sé a quien amo y como lo amo,
cuando lo encontré
solo era un alma en pena,
sin luz, sin brillo en los ojos,
como si el mundo no le quisiera,
soy la que no exige un estatus,
la que no espera nada a cambio.
Pero quiero que te hagas estas preguntas:
¿qué hiciste para que tu esposo buscara a ‘otra’?
o mejor dicho
¿qué no hiciste?
Si él decidió correr a mis brazos
fue por algo.
Le dí lo que no encontraba en casa,
esa paz que con reclamos
al tocar la puerta se lo arrebatabas,
que al sentarse a la mesa
ya ni se miraban, ni se hablaban
y que al acostarse ya no se tocaban,
le dí lo que tú hiciste a un lado,
lo que ya no le dabas
estando a tu lado.
¿Cómo es qué te haces la víctima
cuando solo vivías para rechazarlo?
Y como toda mujer
me dí a la tarea de ganarme su confianza,
me propuse tenerlo y conquistarlo,
con detalles, llamadas, palabras bonitas
y todas aquellas cursilerías
que a todo hombre también le encantan,
tener una relación con él
y al final lo conseguí.
¿Y sabes algo? Te lo quité.
La primera vez que me habló
para preguntarme en dónde estaba,
supe que ya ‘había caído’.
Si no estaba de mi enamorado
por lo menos estaba conmigo ilusionado.
Había conseguido algo
y tenía que aprovecharlo.
Conseguí lo que tú
hace mucho habías conseguido,
pero en el camino decidiste abandonarlo,
y te entiendo;
En su momento yo también fui esposa
y empezaba a resaltar sus defectos,
sus errores por cualquier cosa,
a ignorar su esfuerzos, sus intentos
de ser para ti el hombre correcto,
pero decidiste que nada para ti era suficiente
al extremo de con tus amigas ridiculizarlo,
pero a diferencia tuya,
yo si iba a valorarlo.
Ahora lo entiendo!
Lo hice mío no solo en cuerpo, sino en alma.
volví a encender en su corazón y en su piel
aquella llama, que contigo,
con tu indiferencia y frialdad
poco a poco se apagaba esa flama.
Creías que lo tenías seguro,
que nunca te iba a dejar,
que su cuerpo estaría contigo,
que lo manipularías a tu valuntad,
pero ¿te digo algo?
Conmigo abrió los ojos,
lo hice despertar,
porque a fin de cuentas
uno debe buscar su felicidad.
Sé que me odias,
y que soy o seré
la causa de todos tus pesares,
pero acuérdate;
que las relaciones son de dos,
y tú ...
lo orillaste, lo obligaste
a en mi brazos encontrarse.
La culpable eres tú!