11/01/2025
🔵🔴JARANA DE AÑO NUEVO DE ANTAÑO
Por: Fortunato Rodríguez y Masgo.
Ya la última tarde del año cae, casi se siente un susurro de viento frio, el aroma del cafecito huanuqueño se dispersa entre las estrechas y románticas calles de la ciudad, mientras uno que otro horno va produciendo pancito francés de piso o bollito con huevo batido, de un momento a otro te atropella un ventaron de polvareda procedente de la temible quebrada de Puelles, estropeando tu rostro y tu cabello va; de pronto como magia, estas en el borde de la tarde y la noche, ya se va al infinito el año viejo y se aproxima un nuevo día de un año venidero, se inquietan los segundos y se aproximan los minutos; mientras las horas camina a pasos agigantados para llegar a la cero horas del día primero de enero, tal como ha establecido taita Dios desde la inmensidad de los universos, donde reina eternamente y para la alegría de los mortales aquí en nuestro hogar, la madre tierra, se preparan fiestas inolvidables al ritmo de orquestas y bandas de músicos.
En especial en el valle de los Chupachos, donde alberga a nuestro ¡Huánuco Primaveral!; ya se vive, momentos de algarabía, y se prepara una solemne despidida del año viejo y la celebración de bienvenida de un nuevo año, trayendo consigo una maleta de ilusiones, y muchos a la espera de salud y prosperidad para el beneplácito de los huanuqueños, quienes ya sienten salir a las calles a celebrar la danza costumbrista de los Negritos de Huánuco, día tras día danzando por las angostas y añejas calles de nuestra ciudad, van visitando a las familias tradicionales, en agradecimiento les invitan empanadas, chicha de jora, shacta, cerveza y locro de gallina de chacra, al final se realiza la adoración al niño Jesús.
Es momento grato de recordar, los momentos inolvidables vividos aquellos años de los 80s, cuando días previos se publicitaban la ¡Gran Fiesta de Año Nuevo! Las emisoras radiales eran Radio Huánuco y Radio Huallaga, los que acuñaban constantemente esta celebración. Mientras “Chazan” Lafosse, perifoneaba con su vieja carcocha las diferentes festividades. Los maestros Carriga y Meza, por su parte dibujaban las letras para los “carteles” que se hacían “parar” en las esquinas de la plaza de armas como de la plazuela de Santo Domingo anunciado los festivos de celebración.
El día 31 de diciembre, desde las primeras horas del día, las familias se encontraban en apuros para recoger los ternos de papá o de los hermanos; de igual forma, los vestidos de mamá o de las hermanas, especialmente confeccionados para esta memorable fecha. En horas de la tarde, las peluquerías de damas y caballeros abarrotados de clientes que pugnaban un corte o su respectivo maquillaje. A partir de las 9 de la noche llegaban los primeros invitados (previo pago de entrada) a los diferentes centros de celebración. Bien vestidos con una billetera “cargada”, capaz de soportar los gastos sin freno de una noche y una madrugada de jarana inolvidable.
El Club Central, especialmente decorado para la ocasión, presentaba a la sensacional Sonora Zapata del recordado profesor Abilio Magro, que amenizaba la fiesta y en horas de la madrugada hacía su presentación la banda de músicos “Los Hermanos Rivera”, motivo para que los presentes zapateaban y cantaban en coro los recordados huaynos huanuqueños, la Velada llegaba a su fin a la 7 de la mañana del siguiente día, en momentos en que algunos feligreses apuraban sus pasos para asistir la santa misa en la iglesia Catedral.
Mientras la Asociación China organizaba fiesta de “Año Nuevo” en su local Chung Wa, participando en el marco musical el afamado grupo cumbiambero de “Los Walker’s” de Rogelio Velásquez entonando los famosos temas del momento: “Huasca Huasca”, “Solo estoy tomando”, “Tu aniversario”, entre otros que hacían delirar a los presentes.
También, se programaban jaranas en el Club Social Juan Bielovucic, donde “Los Kelkas” de los hermanos Sánchez eran las estrellas de la noche, quienes hacían bailar hasta no poder a los jaraneros. De igual manera, el Club Celendín en el Jr. Tarapacá, para recepcionar a sus socios e invitados y celebrar el año nuevo bajo la melodía del conjunto musical “Los Tótems” del maestro Ayala.
En fin, la fiesta estaba presente “aquí, allá y más allácito”. No podemos dejar de mencionar las familias también organizaban la fiesta del barrio, todos con su tocadiscos o grabadoras; hacían bailar a la muchachada. Si no había “plata”, no era problema, la “chanchita” respondía por los gastos de juerga, hasta cena te servían, en la madrugada tu caldito de gallina de chacra para “levantar” al cuerpo. Casi todos retornaban a sus hogares al mediodía del día siguiente.
Cabe mencionar ciertas características de la fiesta de fin de año, podemos decir que primaba el respeto y la consideración a nuestros mayores, no había peleas menos gresca de grupos, porque todos eran conocidos. Eran como familia.
Luego de concurrir a las festividades, casi todos caminaban hacia el ‘Mercado Nuevo’ para consumir un sustancioso caldito de cabeza o caldo verde oriundo de nuestra comarca. Ya en casa, continuaba la fiesta hasta la hora del almuerzo del primero de enero, la mesa estaba servida, los platos de pachamanca exaltaban el hambre del buen sabor y la shacta aguardaba para asentar al “chanchito” y la chichita de jora para apaciguar la sed de borracho.
Casi toda la noche del 31 de diciembre los cohetes disparaban desde el barrio Huallayco anunciado la presencia de su cuadrilla de negritos, danzando con paso señorial, con vestimenta de estreno bordado delicadamente con hilos de oro y plata en la casa del maestro Yllatopa. Las calles eran escenario de fiesta y alegría, todos felices. Así era mi Huánuco querido de antaño. FUENTE: TU DIARIO HUANUCO, 10 enero 2025, pág. 12. Fortunato Rodríguez y Masgo.