28/05/2021
Nueva publicación:
Titulo: ZOA
Autora: Lisbeth Curay (Lima)
Editorial Bisonte. Lima, 2021
Ilustración de cubierta: Eduardo Yaguas
Serie Lienzo continuo
Poesía
57 páginas.
De venta en: Librería Book Vivant, Librería El Virrey de Lima, Librería Escena Libre, Librería La polilla oCulta (Jirón Quilca - 228A). Asimismo, en Librería La Odisea (virtual) y Libros del Bisonte (virtual). También puede escribirnos a nuestras redes, o a editorialbisonte@gmail, para envíos directos a Lima y otras ciudades del Perú.
Descripción:
Zoa de Lisbeth Curay, parece un bestiario, pero quizá sugiere un mapa de nuestros propios cuerpos, tan nuestros como ajenos y lejanos, tan nuestros como habitados por las bestias del aire, el agua y la tierra. Nuestros cuerpos de ellos. Y quizá también sugiere que hay un cuerpo mayor, que no es la suma de todos los entes, sino el vínculo entre ellos, su posibilidad de reflejarse; un cuerpo hecho de las relaciones antiguas y olvidadas y de las posibles y deseadas. «Tan absurdo el zancudo en la frente/ Mientras el cuerpo se pudre en una pista». Zoa nos presenta una memoria serena, de la unidad, del cuidado y lo nutricio, que es una memoria que lamenta lo perdido por una ruptura civilizatoria, pero que, como toda reminiscencia, rescata o restaura un olvido antiguo: La vida no desaparece cuando cerramos los ojos.
José Carlos Agüero
Zoa, derivado del griego zỗion o zoon, indica al animal individual o a los organismos derivados de un animal. La sensibilidad de Lisbeth Curay rastrea esta etimología para asentar múltiples tierras, insuflar vida a sus climas y a los pequeños seres que habitan su primer poemario. “Uno” y “Una” se aparearon para procrear las palabras y circundar con ellas a los animales e insectos de la infancia que recoge la ensoñación adulta apoyada en referencias de su biblioteca personal. De esa manera reivindica la inocencia de abejas, pangolines, saturniidaes, zonotricias, patos, caballos o corderos. Y en esos seres del aire y del agua, la voz del poemario proyecta su fuerza vital, su fracturada visión del mundo cotidiano y su asimilación del dolor que recubre con una sonrisa.
Carlos Morales Falcón