
03/02/2025
El amor y las mujeres
A los 20, optará por el hombre que la deslumbra, no por el que la trata bien.
A los 30, buscará al hombre que le brinde seguridad, no solo al que la ama con nobleza.
El amor, en su forma más pura, es un ideal hermoso, pero en la realidad, las elecciones no se basan únicamente en sentimientos. Las mujeres aman con pragmatismo, acorde a sus circunstancias y necesidades.
Muchos hombres creen que la lealtad, la bondad y la entrega incondicional serán correspondidas de la misma manera. Pero la verdad es que las decisiones no se toman en base a la gratitud o la reciprocidad, sino a lo que cada etapa de la vida demanda.
En su juventud, busca intensidad, vértigo, la sensación de estar al borde de lo inesperado. No le preocupa la estabilidad; prefiere la pasión de lo impredecible. Por eso elige al hombre que domina el juego, al que no la necesita, al que la desafía y despierta en ella emociones extremas.
Con el tiempo, su perspectiva cambia. La emoción deja de ser suficiente. Ahora, la seguridad, la estabilidad y el acceso a recursos se convierten en prioridades. El hombre que antes la hacía temblar de emoción ya no es una opción viable. Ahora busca al proveedor, aquel que le ofrece certeza y un futuro sólido.
Así es como funciona. No se trata de juzgarlo, sino de entenderlo. No seas el hombre que se entrega sin límites solo para ser descartado, ni aquel que es valorado solo por lo que puede ofrecer. Sé el hombre que comprende su propio valor, que cultiva su mentalidad, su presencia y su poder.