04/12/2024
El pescado que produce colágeno, protege la memoria y mantiene la piel firme y sana
Es un alimento de precio asequible, muy saludable en conserva y aporta proteínas, fósforo y vitaminas B6, B12, D y niacina.
En la infancia, y gracias a la sabiduría que se pasa de generación en generación, comer pescado es una materia casi religiosa. Lo decían las abuelas, lo dicen los profesionales de la medicina y también los investigadores que buscan razones y aplicaciones prácticas del consumo de pescado en las dietas saludables. Los beneficios cardiovasculares, según la Fundación Española del Corazón (FEC), son claros. Además, favorece la generación de colágeno para suplir las carencias derivadas del paso de los años en este sentido, con lo que tiene efectos beneficiosos en la piel y las articulaciones.
De entre los peces con más beneficios en este terreno, con un aporte de grasas saludables muy superior a la de otras variedades, está la caballa (mackerel en inglés). La caballa es un pescado azul de sabor muy agradable y un alto contenido en omega-3, ácido graso que mantiene a raya el LDL o colesterol malo y sube el colesterol bueno o HDL. Son capacidades que también están presentes en la sardina o el salmón, entre otros.
La caballa es un pescado de precio accesible, y también es muy saludable en conserva. Además de los valores descritos, aporta proteínas, fósforo (una gran ayuda para la memoria), vitaminas B6 y B12, vitamina D y niacina.
Otros beneficios de la caballa
Según la investigación publicada por la página del colectivo médico Health, que reúne a prestigiosos especialistas de todo el mundo, las dietistas Johna Burdeos y Elizabeth Barnes avalan el efecto directo de la ingesta de caballa en el cerebro humano.
“Alrededor del 50 ó 60% del cerebro -apuntan- es grasa, y el 35% de esas grasas son omega-3. El DHA, un tipo de este ácido graso, se encarga de la mayor parte de esos ácidos grasos, y el contenido de DHA que tiene la caballa la convierte en crucial para mejorar el funcionamiento cerebral, el razonamiento y la protección de las células cerebrales”. También explican que “hay investigaciones que apuntan a que obtener omega 3 de fuentes externas al organismo puede reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer, demencia y otros problemas cognitivos severos”.