29/09/2023
La Ayahuasca nos brinda sus lecciones
Las vivencias con la Ayahuasca son diversas en su esencia y su forma. Cada ceremonia en compañía de esta planta madre nos ofrece una enseñanza y nos orienta hacia la comprensión. Las experiencias pueden ser intensas, gratas, desafiantes o sencillamente comunes. Consumir Ayahuasca puede representar un viaje de cuatro a cinco horas que incide en nuestro espíritu, emociones, mente y cuerpo. Durante este período, podemos experimentar la sensación de morir, el deseo de llorar, risas, sueños o simplemente sumergirnos en un estado contemplativo. Todo esto depende de nuestra preparación, madurez mental, emocional y de nuestra salud física.
En ocasiones, podemos sentir una profunda felicidad y plenitud, creyendo que hemos resuelto todos los dilemas de la vida y que contamos con la fuerza para superar los obstáculos. Sin embargo, considero que beber Ayahuasca es la fase sencilla; la verdadera labor empieza después de la ceremonia, cuando los efectos de la planta se desvanecen. El trabajo real comienza cuando tratamos de incorporar las experiencias de elevada conciencia en nuestra rutina diaria. Esto constituye un proceso profundo e incomprensible que demanda paciencia y determinación.
No se puede comprender de manera racional las experiencias con Ayahuasca; deben ser experimentadas y sentidas con la mente y el corazón abiertos. La Ayahuasca enseña a través de un lenguaje inefable, más allá de lo que se puede observar o tocar. Intentar describir esta vivencia nos sumergiría en un laberinto de pensamientos confusos. Cuanto más nos empeñamos en explicarlo, menos llegamos a entenderlo. Antes de intentar explicar, necesitamos sentir con la mente y el corazón abiertos, ya que es el sentimiento el lenguaje por medio del cual la sabia Ayahuasca nos educa.
Después de una experiencia con Ayahuasca, es fundamental concedernos el tiempo y el espacio necesarios para nosotros mismos, y posteriormente iniciar un proceso de reflexión e integración de la vivencia. Mantener una dieta y descansar hasta sentirnos listos, lo cual puede llevar días o incluso semanas, es esencial para que el cuerpo y la mente vuelvan a su estado normal. Algunos efectos o síntomas de la experiencia pueden manifestarse en sueños o en la vida cotidiana, y es importante abordarlos con serenidad, sin caer en el pánico, ya que constituyen una forma de curación que proviene de la Ayahuasca.
La conexión con estas plantas sagradas no concluye cuando desaparecen los efectos, sino que perdura de por vida. No existe una experiencia buena o mala; simplemente es una experiencia en sí misma. Por lo tanto, necesitamos poseer la madurez y la conciencia para comprender que los procesos de sanación y aprendizaje no siempre resultan agradables o gratificantes. Si una experiencia con la Ayahuasca se percibe como buena o mala, dependerá de la percepción individual; la Ayahuasca cumple su función de sanar y enseñar.
La seguridad es primordial en cualquier experiencia con la Ayahuasca. Es fundamental realizarlo bajo la guía de un chamán experimentado y en un entorno adecuado.
La Ayahuasca nos muestra lo que necesitamos aprender, nos cura lo que necesita ser sanado y nos orienta hacia donde debemos dirigirnos. Hay aspectos que merecemos conocer y otros que merecemos ignorar. Todo forma parte del proceso de sanación, aprendizaje y merecimiento en el mágico mundo de la Ayahuasca.
— Joel Jahuanchi Marca.