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13/12/2024
SEGUNDO ANÁLISIS PEDAGÓGICO DEL INFORME FINAL DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN
Roger Samuel Rodríguez García
En esta segunda parte, se analizará el tema de la violencia que sufrieron muchas mujeres, durante la época del terrorismo. Este análisis tendrá dos partes; en la primera parte se detallará el perfil de las víctimas (en este caso mujeres) en el llamado CONFLICTO ARMADO INTERNO y en la segunda parte se transcribirán algunos testimonios de mujeres que sufrieron todo tipo de vejámenes en el mencionado conflicto.
La primera parte, corresponde al capítulo 1 titulado LOS HECHOS: LA MAGNITUD Y EXTENSIÓN DEL CONFLICTO; los testimonios recogidos por la CVR indican que los principales actores del conflicto armado interno desarrollaron un conjunto de prácticas de selección de sus víctimas al interior de determinados grupos de población……., la violencia no afectó a hombres y mujeres en forma similar ni estuvo distribuida uniformemente en todos los grupos de edad. Fueron los hombres entre 20 y 49 años quienes conformaron el grueso de las víctimas fatales reportadas a la CVR (más del 35%), mientras que las mujeres de todas las edades suman poco menos del 20% de las víctimas.
Mientras que en el conjunto de la sociedad peruana el grupo que va de 20 a 49 años representaba el 38% de la población, entre los mu***os y desaparecidos reportados a la CVR, este grupo de edades representa el 66% de las víctimas. Si además, se considera que más del 75% de las víctimas fatales mayores de 15 años estaban casadas o eran convivientes, es posible afirmar que, donde tuvo lugar, el conflicto armado interno afectó principalmente a hombres jefes de hogar, es decir, el grupo de la población con mayor cantidad de hijos dependientes y sobre el cual reposan las principales responsabilidades económicas y políticas de sus respectivas localidades.
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Las mujeres y los niños aparecen entre las víctimas fatales con mayor frecuencia en situaciones de violencia indiscriminada, como son las masacres o arrasamientos de comunidades. Conforme aumenta el tamaño del grupo de personas que son asesinadas o ejecutadas en un mismo operativo o incursión, también aumenta ligeramente la proporción de mujeres y de niños menores de 15 años de edad: en el caso de asesinatos o ejecuciones individuales la proporción de mujeres es de 14% y de menores de 15 años es de 2%; cuando los asesinatos o ejecuciones tienen como blanco grupos de 10 o más personas, la proporción de víctimas mujeres aumenta al 31% y la de menores a 21%.
La segunda parte, corresponde al capítulo 7 titulado LAS SECUELAS DEL CONFLICTO; los testimonios que se transcribirán, corresponden a mujeres:
-Testimonio 2002799, Ayacucho, 18 de noviembre 2002. Mujer, testigo Tiquihua, mayo de 1983.
Su cuello acá lo habían cortado, acá de su campanilla, su adentrito, señora, con cuchillo, con cuchillo lo habían cortado. De igual forma, su mano atrás lo habían amarrado con soguilla, su pie habían amarrado con soguilla, y así lo habían matado, tapándolo con su poncho y lo habían dejado y hasta la sangre manaba, señora. ¿Acaso, señora, viendo eso seguro hasta te morirías? Así, de miedo, temblaba mucho.
-Estudios en Profundidad. Entrevista a una dirigente asháninka.
Yo digo que no está bien pacificado, está al principio, pero aquí todavía. Por eso digo que no está bien pacificado, está al principio, pero va a regresar.
-Testimonio 203238.
Padezco pues, papá. Sola no puedo, ¿cómo hacer? Soy madre sola y cualquier cosa hace falta. No, pues, lo que hace un varón no puede hacer y de día y de noche lloro, padezco, padezco de cualquier cosa. No encuentro peón, […] yo misma hago, volviéndome varón, volviéndome mujer. De ese modo o de otro paso mi vida. La gente me odia, habla de mí, eso me duele; todo eso sufro no estoy en buena vida […]. Nuestros semejantes, papacito, me odian, cualquier cosa me dicen […]. Me ponen celos con sus esposos; me odian, papá […].
-Testimonio 435036. Mujer, esposa de desaparecido, que fue detenido por efectivos militares en Aucayacu, departamento de Huánuco, el 8 de abril de 1990.
[llanto] Yo quisiera pedirles que, por favor, nos digan la verdad. Si está mu**to o está vivo. Eso yo quisiera saber también porque mis hijos también sienten bastante. A veces ellos paran diciendo, ven alguna persona gordita que pasa dicen “allí viene creo mi papá” dicen ellos mirando a una persona.
-Testimonio 203731.
“Así amarrado, cuando amarrado lo encontré, señor, casi me volví loca, y eso nada más está en mis ojos y en las noches también eso nada más está”.
-Testimonio 500620.
Mi marido, al encontrar, tuve que llevar a enterrar, que ya estaba hasta comido por el perro, sin sangre, ni lengua tenía […] sin lengua, sin nariz, sin ojos, sus cabellos y sus ropas estaban podridos, bien blanqueado estaba su carne, sin piel, sus cabellos estaban a un lado podrido y los tuve que hacer juntar para enterrarlos.
-Testimonio 200670.
Hasta ahora decimos no vimos sus cuerpos, ni pudimos enterrarlos, hasta ahora cada vez que los recordamos nos ponemos a llorar. Mi mamá recuerda a sus hijos y se pone muy triste. “Por lo menos los hubiese enterrado para que esté tranquilo mi corazón” dice mi mamá, diciendo eso mi mamá rompe en lágrimas.
-Testimonio 203903.
Si mi hijo no hubiera venido…, porque nosotros vivíamos en Vinchos, ahí estaba estudiando mi hijo […] Ahí al frente estudiaba y mi esposo le dijo: “Tienes que ayudarme los sábados y domingos a arar la chacra”.
-Testimonio 400039.
Yo quiero que me dan una respuesta. Capaz puede estar vivo o de verdad lo mataron o lo han desaparecido; quiero saber la verdad para tranquilizarme, para no estar esperanzada de él, eso quiero yo. […] Quiero decirle a mis hijos “tu papá ha mu**to, ya no existe”. Yo ya le puedo decir, le puedo informar a mis hijos, ya para que no estén pensando en él. “Ya llegará, ya llegará, cuando está vivo” dicen mis hijos también. Eso yo quiero, sí.
-Testimonio 100188. Lima, mujer de 20 años detenida por la policía.
“No sé ni cómo describir toda esa sensación que uno pasa, sólo les decía que me alcancen mi ropa y que quería ir a un sitio a cambiarme, y ellos me decían que no podía moverme, que tenía que hacerlo ahí, me sentí muy humillada”.
-Testimonio 203816.
A ese Comandante llorando le rogaba bastante, entonces lloraba demasiado como la lluvia y el caudal del río. Entonces el Comandante nos inculpó de “rateras”. “Te voy a denunciar, a la cárcel te voy a poner, qué cosa mujer terruca, vieja terruca, tú también eres una terruca porque eres su hermana, ahorita te voy a meter a la cárcel como detenida”, así me dijo. Cuando lloré ni me consoló: “Anda, vete allá a llorar, anda por ahí al monte, al río y allí llora”, así me dijo […]. Entonces le mandó al militar diciendo: “A esta mujer llévale a donde sea, a esta mujer por allí a la basura que vaya o a su casa y allí dentro que llore”.
-Testimonio 400093, pobladora de Uchiza 1980-1990.
No sé, siento miedo, a veces. O sea no me siento bien, a veces me acuerdo por eso y, quizás por todo eso yo a veces a mis hijos los castigo, a veces [llanto] me afectado bastante a mí, soy un poca ligera para esas, en cuanto eso me afectado bastante, a mis hijitos.
E: Y ¿por qué les pegas a tus hijitos?
D: No se. Será que me he vuelto así al ver todo eso, agresiva, de repente no, porque desde niña más o menos de la edad de los seis años habré visto esa violencia, así se veía así como.
-Testimonio 100959.
Si porque, tanta violencia que yo he visto. Yo me siento tan violenta a veces en mi casa, cualquier cosa a veces uno les pega. Y, como dice ¿no?, como digo he visto, he vivido en un barrio de violencia, o sea ¡de violencia! ¿no? ¡Yo me siento violenta! tanto así que en cualquier momento me desespero. Me desespero; no sé como solucionar una, un pequeño problema ¿no?, así un mundo. Yo sí, me considero que necesito apoyo psicológico.
Para finalizar, solo me queda decir que todos estos testimonios de mujeres que sufrieron la violencia terrorista, es una muestra de que en el Perú, hay mucho trabajo que hacer con respecto a la igualdad y equidad de género.