23/12/2023
CARTAS A LA MAMACHA
Mamacha:
Cuando llega diciembre, algo pasa con la gente que me cuesta entender. Se aproximan las fiestas que llaman navidades y parece que el corazoncito de muchos se ablanda y de pronto descubren que hay inequidades, y se ponen solidarios. Regalan a los que no tienen lo que les sobra, llevan panes y chocolatada a las comunidades, reparten juguetes a los niños, se llenan sus iglesias, parece que se quieren unos a otros. Pero el espejismo desaparece, después del 25 de diciembre todo vuelve a la “normalidad”.
Esos días mamacha, uno tiene pan y chocolate caliente en cada esquina, y muchos niños y niñas tendrán algún juguete regalado hasta por un desconocido, ¿por qué será que no se les ocurre portarse así todos los días del año? ¡Qué lindo fuera que cada niño fuera Jesús y cada día fuera navidad!
A veces me rio mamacha, de ver a la gente loca por comprar y regalar, por armar en sus casas árboles de plástico y llenarla de luces multicolores y pelotas brillantes, a veces hasta cortan árboles de verdad que luego terminarán en la basura. También los parques, plazas y avenidas se llenan de adornos extraños, además de bulliciosos sonidos estresantes en luces que se apagan y se prenden. Yo sé mamacha, que no soportarías un minuto en la ciudad con tantos cohetones, humo, basura y gente loca que le dice a todo el mundo “feliz navidad”
Seguramente si leyeran esta cartita que te escribo mamacha, podrían decir que soy un resentido, un amargado, hasta un infeliz, me dirían también “Grinch”, un personaje de una película tonta que repiten cada año para recordar que todos deben “amar la navidad”. A propósito, en las navidades todo se repite como un antiguo disco rayado, mamacha; las mismas películas y series de televisión, la misma música y villancicos que sigo oyendo desde que era chiquito, y algunos con una letra de las más raras, como ese que dice “pero mira como beben los peces en el río, beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río”, ¡ay mamacha!, creo que en estas fechas la gente pierde un poco el juicio.
“Noche de Paz” dicen, y es la noche más alborotada del año, ruidosa, contaminada, derrochadora y depredadora. Ojalá la gente tuviera un Dios que le ayude a meditar y encontrarse así mismo, a crecer y ser mejores humanos, a respetar la naturaleza, a tolerar incluso a los que no creen lo que ellos creen, a ser solidarios y compartir siempre, y no sólo en navidad.
Extraño mamacha tu olorcito a tierra recién mojada por la lluvia, a hojas secas del otoño que te envuelve, a brisa de humo que te cubre. Buscaré instantes de paz en algún rinconcito tuyo, para chaqchar contigo mi coquita sagrada y soplando a nuestras montañas, pedirles verdadera paz en el corazón de la gente, que entendamos que la felicidad no está en comprar y consumir, en adornos coloridos de belleza superficial, en acumular y regalar lo que nos sobra. La felicidad está en tu regazo de madre eterna, de sentirnos hijos tuyos y vivir cuidando, criando, encariñando y respetándote Pachamama, en armonía con todos los seres que te habitan.
Tukuy sonqoywan
Saqracha
Publicado en SAQRA en diciembre de 2020.