27/12/2024
Isla Blanca (Chimbote, Perú): la biodiversidad en riesgo
Blg° Romulo Loayza Aguilar [email protected]
Escuela de Biología en Acuicultura, Universidad Nacional del Santa
Todas las especies que se encuentran actualmente en la Tierra, cumplen una función, y la sumatoria de ellas permite que la vida en el planeta se mantenga en equilibrio. Cuando ponderamos a las especies, pensamos que
aquellas que tienen interés económico para el hombre son “más importantes”, como por ejemplo la anchoveta, el bonito, etc., soslayando la importancia de otras, como el fitoplancton, los protozoarios, e inclusive llegamos a satanizar algunas de otros grupos, como las bacterias, porque por falta de conocimiento creemos que hacen daño a la salud del hombre, despreciando el hecho de que fueron las cianobacterias las primeras que generaron el oxígeno que respiramos en la Tierra, y además que son ellas las que permiten que todos los cadáveres de animales y plantas vuelvan a ser polvo útil nutritivo para las plantas puedan crecer y fructificar. Las islas son ecosistemas de especial interés para la ciencia y la humanidad, ya que concentran una enorme gama de especies, que se desarrollan conviviendo armoniosamente en grandes cantidades debido a que están aisladas,
fundamentalmente de depredadores comunes, permitiendo una vida floreciente, que elevan la calidad de los paisajes, para que el hombre pueda elevarse filosóficamente, espiritualmente y artísticamente.
La Isla Blanca, se originó por erupción volcánica hace unos 200 millones de años, y dada su forma, tamaño, posición y cualidades fisiográficas, ha permitido el desarrollo excepcional de aves, cuyo excremento acumulado le otorgo un color blanco, elevando las cualidades paisajísticas de la idílica bahía El Ferrol (“La Perla del Pacifico”); pero a su vez formo parte del conglomerado de islas guaneras en la “era del guano” contribuyendo
económicamente con el desarrollo del país. Esta Isla esta incrustada en la cultura de los chimbotanos, ya que alienta su identidad porteña, pero a su vez se la comienza a utilizar en servicios recreacionales y turísticos, como
fuente dinamizadora de la economía local. Toda la Isla tiene atractivos, cuevas, acantilados, “bosque lítico”, elevada biodiversidad en su litoral rocoso y 13 playas, de ellas la más hermosa la playa Las Conchuelas”, pero muy pequeña, apenas unos 50 m de largo.
Lamentablemente la estrategia para gestionar los servicios recreacionales y turísticos en la Isla Blanca y de modo particular en la playa Las Conchuelas, esta sesgado en términos absolutos hacia la rentabilidad económica, dejando de tener en cuenta la conservación de la naturalidad y singularidad, apostando por un
servicio masivo y brutal, como se puede evidenciar a través del otorgamiento en concesión por 30 años, por las autoridades competentes, a una empresa que está desnaturalizando y cambiando la singularidad del paisaje hacia lo perfectamente antropogénico (pisos de cemento, muelle metálico anclado a las rocas, desembarcadero con color incompatible con la naturaleza, ranchos que expenden comida, bebidas y licor). La sociedad civil ha sabido reaccionar ante este atentado, pero a la fecha ni el gobierno local exige, ni las autoridades que han autorizado erróneamente la concesión, rectifican su actuación ordenando el desalojo y la recuperación del paisaje.
A los impactos anteriores hay que añadir que la empresa ha introducido perros, lo que en realidad significa un gravísimo atentado en contra de la conservación de la biodiversidad. Los perros son depredadores implacables de las aves, exacerbándose este daño en periodos de reproducción, ya que atacan a los huevos,
pichones y adultos que están en proceso de incubación, en donde son totalmente vulnerables. El impacto se agrava aún más si tenemos en cuenta que recientemente un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Santa, está dando cuenta que la Isla Blanca, así como las tres islas Ferrol están siendo colonizadas por el pingüino de Humboldt (https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2024.12.10.627413v1), una especie declarada en Peligro de Extinción por el Perú, por tanto las autoridades están obligadas a contribuir con la
recuperación de esta población, manteniendo la naturalidad de las islas, entre ellas la Isla Blanca.
Dos experiencias de lección:
a) en el humedal de Villa María, a mediados de los 2000 las autoridades permitieron que comenzaran a funcionar establecimientos recreacionales, fraccionando físicamente el ecosistema, pero también se introdujeron perros, siendo la causa de la completa desaparición de una especie de zorro costeño que habitaba en el humedal,
b) en islas Galápagos, el cluster de especies endémicas en el mundo, como el pinzón de Darwin, la tortuga gigante de Galápagos (la más grande del planeta), en donde Charles Darwin pudo encontrar la explicación a la evolución biológica, que revoluciono las Ciencias Biológicas, introdujeron cabras, que diezmaron la vegetación, poniendo en riesgo la privilegiada biodiversidad, pero a su vez sostén de una actividad turística que beneficia a más del 60% de la población isleña. Para enfrentar este desatino ambiental, el gobierno del Ecuador, luego de más de dos años de esfuerzos, logró erradicar las cabras con una inversión de casi 4 millones de dólares.
En las islas de la bahía El Ferrol no pueden existir perros, gatos ni ratas, situación que peligra con la conducta de la empresa que ofrece servicios en la playa Las Conchuelas, bajo la permisividad de la autoridad competente.
Si conservamos la naturalidad y singularidad de las islas en la bahía El Ferrol, los chimbotanos podríamos hacer recreación y turismo, por tiempo indefinido, legando esta ventaja a las generaciones venideras, que también tendrán necesidad de recrearse y generar servicios ecoturísticos alentando la economía local.