06/10/2022
Las propiedades del vino blanco
El vino blanco suele ser la opción preferida de los consumidores, el compañero ideal para muchas comidas, cenas, veladas o eventos. Sus propiedades, su versatilidad, su frescura y su inconfundible sabor lo convierten en la elección perfecta tanto en invierno como en verano.
El vino blanco es una variedad de vino que puede oscilar entre las tonalidades amarillo pajizo, amarillo verdoso o amarillo oro. Se produce por la fermentación alcohólica de la pulpa no coloreada de uvas que pueden tener una piel de color blanco o negro, a fin de mantener un color amarillo transparente en el producto final. La amplia variedad de vinos blancos proviene de la gran cantidad de cepas y métodos de elaboración empleados, así como de la relación de azúcar residual.
Las uvas blancas que producen principalmente vinos blancos son de color verde o amarillo, una variedad muy extendida en el mundo, por lo cual este vino es producido en muchas zonas del planeta. Algunas variedades son muy conocidas, como la chardonnay, sauvignon y la riesling. También hay variedades de uva negra, como la pinot noir, utilizadas para producir vino blanco o champán.
Entre los muchos tipos de vino blanco, el vino blanco seco es el más común. Más o menos aromático y ácido, se deriva de la fermentación completa del mosto. Los vinos dulces son aquellos donde se interrumpe la fermentación antes de que todos los azúcares de la uva se conviertan en alcohol. Los vinos espumosos, que son en su mayoría vinos blancos, son aquellos en los que el dióxido de carbono de la fermentación se mantiene disuelto en el vino y se convierte en gas cuando se abre la botella, ofreciendo una delicada espuma.
El vino blanco se consume habitualmente como aperitivo antes de las comidas, con el postre, o como bebida refrescante. Es maridado tradicionalmente con la carne blanca y también con ciertos tipos de quesos. Su consumo también ha sido habitualmente asociado al de pescados y mariscos.
También es muy usado en la cocina para la elaboración de diversos platos, por lo general carnes blancas, pescados o mariscos, así como en la elaboración del risotto italiano.
Estos son algunos de los aspectos que caracterizan al vino blanco que debes conocer.
📍Casi todo el vino blanco se fermenta sin piel
La fermentación es una de las etapas en el proceso de elaboración del vino. Se realiza justo después de la separación del mosto para dejarlo reposar y apartar los restos sólidos. A continuación, teniendo ya el mosto totalmente limpio, es cuando se procede a la fermentación, un proceso en el que se mantiene la cadena del frío (entre 14 y 16 ºC).
El vino blanco se fermenta en el interior del depósito sin las pieles de la uva y en este momento las levaduras se van alimentando de los azúcares presentes en el mosto, generando así el alcohol etílico y el dióxido de carbono. Dependiendo del tiempo que se dejen actuar las levaduras, se obtendrán vinos más o menos dulces, pero cuanto más tiempo pase, más azúcar van a adquirir.
Aunque hay vinos blancos que si se fermentan con sus pieles. Esos vinos blancos se llaman orange wines.
📍La acidez del vino, un punto esencial
Esta acidez del vino blanco dependerá en gran medida de su riqueza en ácido tartárico y málico. La acidez, de hecho, es la gran virtud del vino, ya que procede de una fruta. Si un vino no tuviera esa cierta acidez, te daría la sensación de que estás bebiendo un líquido inerte, plano.
📍Propiedades del vino blanco : los aromas afrutados
Los vinos afrutados, como su propio nombre indica, son aquellos que al oler y saborear nos recuerdan a diferentes frutas, tales como el albaricoque, el melocotón, las fresas, las cerezas o las ciruelas.
Para conseguir que un vino sea afrutado es necesario que tenga el punto perfecto de madurez y un gran potencial aromático y que proceda de cepas de buena calidad. Por otra parte, el proceso del vino debe ser también excepcional, con una maceración que se llama «prefermentativa», así como con una fermentación a temperaturas muy bajas, entre otros detalles.
Estos vinos afrutados suelen ser muy ligeros y agradables, y te seducirán con su olor y, además, te producirán en la boca una sensación de sedosidad. Eso sí, no debes confundir que un vino sea dulce con que sea afrutado, ya que estas dos cualidades no tienen por qué ir de la mano.
📍El vino blanco se toma frío
Es muy común servir el vino blanco más frío que el vino tinto, pero no siempre tiene por qué ser así. Cada vino se sirve de una manera u otra dependiendo de cuál sea su temperatura óptima. No obstante, cuanta menos temperatura tenga el vino blanco, más percibirás sus aromas afrutados y florales tan característicos.
La temperatura ideal de los vinos blancos jóvenes suele estar entre 6 y 8ºC, en los vinos blancos con más cuerpo unos 9ºC será la temperatura perfecta y en los blancos de crianza, entre 10 y 12ºC bastará.
Este, además de su ligero sabor, es uno de los motivos por los que el vino blanco resulta tan refrescante y agradable, perfecto para consumir en determinados momentos del año, como en los meses de más calor.
📍El mejor de los digestivos
Efectivamente, el hecho de favorecer el complejo proceso digestivo es una de las propiedades del vino blanco. La sensación de aspereza que el vino provoca hace que notes cómo generas saliva y, por lo tanto, los alimentos masticados te llegan al organismo perfectamente humedecidos, lo que favorece la digestión.
📍Zonas climáticas
Muchos países productores de vino producen vino blanco. Sin embargo, la uva blanca necesita menos calor que las uvas rojas para madurar: la falta de madurez de los taninos no es un problema ya que no se extraen en el prensado. Además, el balance de sabor se basa en una vivacidad significativa debido a la acidez. Las uvas para la producción de vino blanco seco se cosechan justo antes de la maduración. Estas condiciones de producción pueden funcionar en localizaciones más septentrionales o montañosas para la producción de vinos blancos secos.
En Europa, los viñedos de Alemania son predominantemente blancos (63,1 % del área de producción en 2006), al igual que los viñedos suizos (más del 50 % del área de producción son uvas blancas) y los viñedos de Luxemburgo (93 % de la zona de producción de uvas blancas o grises). En Francia, la mitad norte produce la mayor parte de los vinos blancos (Alsacia, Jura, Champagne, y el Valle del Loira). En España, paradójicamente, Castilla-La Mancha representa el 50 % de los viñedos españoles, produciendo en su mayoría vinos blancos en un área muy grande de producción en una zona de altas temperaturas. La región de Cataluña produce una gran cantidad de uvas blancas que se transforman en vino espumoso llamado cava. La zona de producción de cava es de 45 000 hectáreas dentro de un área total de producción de 65 600 has.
En América se han desarrollado vinos blancos y tintos, algunos de los cuales son reconocidos en todo el mundo. Los vinos blancos han debido conquistar territorios hostiles de predominio del vino tinto como las Montañas Rocosas o Canadá. En Canadá, la técnica del vino de hielo puede producir vinos excepcionales en un clima que es aparentemente desfavorable. Canadá es el mayor productor de vino de hielo del mundo. En Argentina existen zonas donde predominan los vinos blancos, como los Valles Calchaquíes en la provincia de Salta. Existe allí una ruta del vino que une diferentes bodegas cuya cepa primaria es el torrontés. Estados Unidos y Canadá son los principales mercados a los que se exporta el vino salteño.
Las zonas más cálidas del sur también producen vino blanco, pero en una proporción menor. Además, son a menudo vinos dulces o fortificados, vinos dulces naturales y vinos «vinés»,[N 2] como en el caso de los viñedos de todo el Mediterráneo (vino moscatel, madeira y marsala).
📍Zonas geológicas
Los vinos tintos se adaptan bien a los suelos basados en piedra caliza, mientras que los mejores vinos blancos se producen en suelos sobre rocas metamórficas (Alsacia, Mosela, Anjou) o rocas volcánicas (Tokaj en Hungría y Eslovaquia).
Además, los vinos blancos también se producen en tierras con un subsuelo de piedra caliza como la base calcárea de la región vinícola de Champagne, o la piedra caliza bajo la marga silícea de Chassagne-Montrachet, que forman el telón de fondo de algunos de los vinos más prestigiosos del mundo.
Martín Holownia Cocinero Profesional