
04/09/2019
DESPEDIDAS INVERNALES DE VERANO
"Era tarde, fin de verano, el termómetro marcaba 38 grados, y reinaba el sopor cuando dejamos de darnos calor. Te acercaste y le dijiste a mis ojos que no te miraban: --te quiero créeme--, como si querer se pudiera creer. Como si el galope de tu alma por mi piel tuviese ciencia o fé. Como si no fuese una manada de caballos por mis venas cayendo al acantilado oxidado de mi corazón. Recuerdo esa tarde de verano y sol, como si fuese una era glacial, como una boda indecisa, como el funeral de un ser celestial, como el derribo de una catedral. Recuerdo la temperatura y los escalofríos. Recuerdo no mirarte, mientras caía al vacío. Recuerdo tus manos que me aferraban a la vez que te alejabas. Recuerdo que dijiste:--te quiero créeme-- como si se pudiera querer creer y no con fé ciega, justo al revés. "