19/04/2024
No solo pasa con el deporte sino también con la fe, la política y la religión.
Un sabio dijo que del fanatismo a la locura solo hay un paso de distancia.
EL FANÁTICO, SE CIEGA
EDGAR TIJERINO M.
18 ABRIL DEL 2024
Según Saramago, en su conocido libro “Ensayo sobre la ceguera”, hay mil razones por las que el cerebro humano se cierra, y yo le agregó, que ninguna de esas razones es tan inexpugnable como el fanatismo…¿Quién de nosotros, sobre todo los vinculados emocionalmente a los deportes, no ha pasado por esa etapa de ceguera? Hay que esperar que llegue la madurez, para reflexionar y desembocar en la objetividad. El fanático díficilmente va a admitir que sus ideas y terquedad, anden más despeinadas que su cabeza. Su pensamiento es más consistente que la resistencia heroica del Real Madrid ayer frente al City. Aún explicándole cada una de las diferencias en las cifras, incluyendo los 65 minutos que el equipo de Ancelotti no pisó el area contraria, el fanático lo niega. Insiste en que se gana no jugando más bonito, ni tirando más veces, ni teniendo más el balón, sino haciendo goles, lo cual es cierto, aunque el marcador haya terminado 1-1, estirando la definicion a la llamada “lotería” de los penales.
En su fanatismo, asegura que la genialidad de Ancelotti fue resistir y resistir antes y después del gol de Rodrigo. Lucas Vásquez, del Madrid, uno de los ejecutores de penales, dijo en pequeña entrevista presentada anoche en el Sports Center, que estaban preparados para sufrir, porque lo probable es que fueran sometidos. Precisamente es lo que vimos. Los fanáticos no tienen puesto el uniforme del Madrid como Vásquez, pero su calor va más allá. Incluso si lo dijera Ancelotti, lo rechazarían: No, no, está loco…Aquí, el grito del fanático inconforme lo grafica el ¡Viva el Boer aunque pierda! Está relacionado con esa rebeldía a veces insensata…El fanático es cruel con los adversasrios, no les tiene piedad, ni la pide. Los quiere ver humillados, y en futbol se ha llegado a niveles de alto riesgo, incontrolables hasta por la policía…Discutir con fanáticos es inútil. Yo acostumbraba hacerlo en las salidas de los Estadios y compañeros de transmisión siempre me criticaron por el peligro que suponen ruedas con humos de agitación.
“Yo no discuto con nadie”, me decía Sucre Frech, con su frialdad que lo caracterizó. Para mi, salidas en León, Estelí y Masaya siempre fueron calientes, y aún en Managua, por mi marcado boerismo. Esa etapa la dejé atrás. Fueron disparates, pero nunca me pasó algo serio más allá de gritos y amenazas…En sus desbordes o rabietas, al fanático le tiene sin cuidado el dolor ajeno…Nadie goza más que un fanático de lo que está sucediendo abajo. Ama a su equipo, y ese amor no es de este mundo. El arbitraje es el mejor o el peor dependiendo si la decisión favorece o perjudica a su equipo. No le hablen de lo legal o lo justo. No le interesa, es su equipo. Si el Madrid ha jugado como el City y es eliminado, quién aguantaba a los madridistas hablando de la injusticia. No se conocen fanáticos mudos. Lo viví con las discusiones sobre Messi y Cristiano, dos grandes. El fanático de uno de ellos trata de demostrar que el otro no compara y hasta lo considera un inútil. El fanatismo, provoca ceguera, pero ningún fanático se considera ciego. Sin embargo ¿Cómo serían los deportes sin el fanatismo? El martes en las redes, yo era un incorregible madridista, y ayer, un repulsivo anti-madridista ignorante. Así es esto y hay que coexistir. Ni modo.