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06/12/2024
❤️🩹❤️🩹 La violencia estética fue conceptualizada por primera vez por la escritora y socióloga venezolana Esther Pineda en 2014, en su libro Bellas para morir: Estereotipos de género y violencia estética contra la mujer.
Las mujeres que han experimentado el cáncer de mama también viven violencia estética oncológica a través de la presión de familiares, amistades, parejas y personal médico para “verse bien”, responder al canon y los estereotipos de belleza.
En nombre de la feminidad, autoestima y salud mental, pacientes oncológicas son orilladas a optar por usar peluca o por una reconstrucción mamaria.
Encontramos muchos discursos violentos, normalizados, pasivo agresivos, paternalistas, llenos de misoginia, llenos de una atención de marketing —porque es uno de los cánceres donde más marketing hay por tener una parte del cuerpo más visible que tiene que ver con la hipersexualización, las mamas—. Y encontramos también la cuestión de ‘la mujer no debe de lucir enferma’. Habrá mujeres que estén perfectas con la peluca o no, pero normalmente en el discurso social creen que cáncer de mama se reduce todo a pelucas y prótesis, y no le preguntan a esa mujer si realmente se siente cómoda usando eso.