28/11/2024
◇Minicuento: El oso audaz.◇
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En una comunidad de maravillosos osos, creció un pequeño panda y sus colores resaltan su personalidad, una característica común dentro de sus familiares.
Al ir creciendo el pequeño osezno, fue aprendiendo más y más de sus parientes; habilidades comunitarias, ayudarse unos a otros, reconocer sus frutos para comer, hasta sentarse en sus lugares favoritos cuando están en tiempo de óseo, y lo más importante aprendía a disfrutar de cada una de sus actividades.
En un momento determinado de su etapa evolutiva, sentía que estaba perdido, que no veía dónde encaminar su vida, pues su ego le decía que tenía que ser el mejor de su manada; esforzándose.
Mientras lo hacía en la cotidianidad, se preguntaba; ¿Por qué existe el dolor?, ¿Por qué la rabia?, ¿Por qué estos sentimientos negativos hacen de las relaciones complicadas?, eso que atrofian y frenan mente y corazón.
A menudo se decía a sí mismo que quería ser como este o como aquel, esa referencia, que le indicará cómo hacerlo, esto lo llevaba a las comparaciones; una constante competencia entre él y los jóvenes de la comunidad, se encerraba en pensamientos, se perdía a sí mismo, olvidando lo esencial, alimentar su amor propio.
Pasando el tiempo, se dio cuenta de que está cansado de tanto pensar, de tantas comparaciones, suposiciones; el competir, el demostrar a los demás que puede ser mejor; ese día contemplando la naturaleza, sentado en su lugar favorito mientras comía brotes de bambú, el zumbido del viento le dijo:
Los seres vivientes somos como el bambú, de aspecto duro, pero suave por dentro; nos dejamos cegar por esas cosas tan humanas como la envidia, el rencor, la rabia, la falta de perdón a nosotros mismos y los demás, eso nos nubla la sonrisa, evita que disfrutemos de la vida; solo gestionando estos sentimientos negativos podremos volver a la forma flexible, suave pero resistente ante los vientos, como el bambú.
Al escuchar este mensaje él mismo Panda se dijo; ahora siento y creo que ser mejor para los demás, me llevara a la locura de mis carencias, ha tapar mis sentimientos de soledad; es vital aprender a ser mejor para mi mismo, tener la plenitud y la satisfacción de ser YO, mi propia fuente de luz; si yo brillo podré servir a los demás, no para que me paguen algo, sino porque ellos también me llenaran de su luz, compartiendo en lo personal y colectivo; ese amor que brota de cada uno; seremos flexibles y conscientes, resilientes a los cambios y la fluidez de la vida; desde ahí, viviremos comprometido con nuestra realidad, con nuestra vitalidad.
Concluyó sonriendo; me uno, me dispongo como el ser viviente que YO SOY a dejarme fluir por la vida y desde ahora donde estoy, con lo que soy, y seré, todo lo que venga a mí, es bueno, necesario para aprender y crecer en la divinidad que vive en mí.
Así, el Panda se levantó, siguió su camino hacia la comunidad para compartir lo que descubrió en él mismo, con la confianza de divulgar este mensaje a quienes lo quisieran escuchar.
Fin
☆Leonardo Gamboa☆.