Parroquia Santa Marta Managua

30/08/2024

Por este medio informamos los horarios para esta semana, en que se realizará a nivel Arquidiocesano los Ejercicios Espirituales del clero 02 al 06 de septiembre.

En nuestra Parroquia Santa Marta tendremos 2 únicas eucaristías en esta semana.

Lunes 02 de Septiembre:
12:00 md

Jueves 05 de Septiembre
5:00 pm

Todos los días se expondrá el Santísimo de 6:00 am hasta las 6:00 pm

Rezo de la novena a la Virgen niña a las 5:00 pm

Ofrezcamos nuestras oraciones por nuestros sacerdotes, para que vivan este momento de intimidad con Dios.

29/08/2024

29 de Agosto: Memoria del Martirio de San Juan Bautista.

De las Homilías de San Beda el Venerable, presbítero

El santo Precursor del nacimiento, de la predicación y de la muerte del Señor mostró en el momento de la lucha suprema una fortaleza digna de atraer la mirada de Dios, ya que, como dice la Escritura, la gente pensaba que cumplía una pena, pero él esperaba de lleno la inmortalidad. Con razón celebramos su día natalicio, que él ha solemnizado con su martirio y adornado con el fulgor purpúreo de su sangre; con razón veneramos con gozo espiritual la memoria de aquel que selló con su martirio el testimonio que había dado del Señor.

No debemos poner en duda que san Juan sufrió la cárcel y las cadenas y dio su vida en testimonio de nuestro Redentor, de quien fue precursor, ya que, si bien su perseguidor no lo forzó a que negara a Cristo, sí trató de obligarlo a que callara la verdad; ello es suficiente para afirmar que murió por Cristo.

Cristo, en efecto, dice: Yo soy la verdad; por consiguiente, si Juan derramó su sangre por la verdad, la derramó por Cristo; y él, que precedió a Cristo en su nacimiento, en su predicación y en su bautismo, anunció también con su martirio, anterior al de Cristo, la pasión futura del Señor.

Este hombre tan eximio terminó, pues, su vida derramando su sangre, después de un largo y penoso cautiverio. Él, que había evangelizado la libertad de una paz que viene de arriba, fue encarcelado por unos hombres malvados; fue encerrado en la oscuridad de un calabozo aquel que vino a dar testimonio de la luz y a quien Cristo, la luz en persona, dio el título de «lámpara que arde y brilla»; fue bautizado en su propia sangre aquel a quien fue dado bautizar al Redentor del mundo, oír la voz del Padre que resonaba sobre Cristo y ver la gracia del Espíritu Santo que descendía sobre él. Mas, a él, todos aquellos tormentos temporales no le resultaban penosos, sino más bien leves y agradables, ya que los sufría por causa de la verdad y sabía que habían de merecerle un premio y un gozo sin fin.

La muerte -que de todas maneras había de acaecerle por ley natural- era para él algo apetecible, teniendo en cuenta que la sufría por la confesión del nombre de Cristo y que con ella alcanzaría la palma de la vida eterna. Bien dice el Apóstol: A vosotros se os ha concedido la gracia de estar del lado de Cristo, no sólo creyendo en él, sino sufriendo por él. El mismo Apóstol explica, en otro lugar, por qué sea un don el hecho de sufrir por Cristo: Los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá.

(Homilía 23: CCL 122,354.356-357)

28/08/2024

28 de agosto: Memoria de San Agustín de Hipona, Obispo y Doctor de la Iglesia.

Es uno de los más grandes Padres y Doctores de la Iglesia, cuyas enseñanzas y escritos han influido profundamente en la teología cristiana. Nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, una ciudad en el norte de África (actualmente Souk Ahras, Argelia), en una familia de clase media. Su madre, Santa Mónica, era una devota cristiana, mientras que su padre, Patricio, era un pagano que se convirtió al cristianismo poco antes de morir.

Agustín fue un joven brillante e intelectualmente inquieto. Su madre lo educó en la fe cristiana, pero durante su juventud, se apartó de la religión y llevó una vida desordenada. A los 17 años, fue a estudiar a Cartago, donde se destacó en la retórica y la filosofía, pero también se dejó llevar por el placer y las ambiciones mundanas. Durante este tiempo, se unió a la secta maniquea, que ofrecía una visión dualista del mundo y le prometía una explicación racional del bien y el mal.

A pesar de sus éxitos académicos y su vida cómoda, Agustín se sintió insatisfecho espiritualmente. Buscó la verdad en diversas corrientes filosóficas, pero ninguna le proporcionaba la paz interior que anhelaba. Sin embargo, su búsqueda intelectual y espiritual lo llevó finalmente a acercarse a las enseñanzas cristianas.

En 384, Agustín se trasladó a Milán para ocupar un puesto como profesor de retórica. Allí conoció a San Ambrosio, el obispo de Milán, cuyas enseñanzas y vida piadosa lo impresionaron profundamente. Gracias a la influencia de Ambrosio y a las oraciones constantes de su madre, Agustín comenzó a leer la Biblia y a reconsiderar su vida.

El punto culminante de su conversión ocurrió en el verano del 386, cuando, tras una crisis personal, escuchó una voz que le decía "Tolle, lege" ("Toma y lee"). Agustín interpretó esto como un llamado divino, abrió la Biblia y leyó un pasaje de la carta de San Pablo a los Romanos que lo llevó a renunciar a su vida de pecado y a entregarse completamente a Cristo. Fue bautizado por San Ambrosio en la Vigilia Pascual de 387.

Tras su conversión, Agustín regresó a África, donde fundó una comunidad monástica en Tagaste. En 391, fue ordenado sacerdote y poco después, en 395, fue consagrado obispo de Hipona (actual Annaba, Argelia), una diócesis donde serviría hasta su muerte. Como obispo, Agustín se dedicó a la predicación, la enseñanza y la escritura, defendiendo la fe católica contra las herejías de su tiempo, como el maniqueísmo, el donatismo y el pelagianismo.

San Agustín es uno de los escritores más prolíficos de la Iglesia, con más de 5 millones de palabras en sermones, cartas, tratados y libros. Su obra más famosa es *"Las Confesiones"*, una autobiografía espiritual que narra su vida y su conversión. Otra obra fundamental es *"La Ciudad de Dios"*, escrita para consolar a los cristianos tras el saqueo de Roma en 410, donde desarrolla la idea de dos ciudades: la terrenal y la celestial.

Agustín también elaboró una profunda teología sobre la gracia, el pecado original y la Trinidad, que ha tenido un impacto duradero en la doctrina cristiana. Sus ideas sobre la relación entre la fe y la razón, la naturaleza del mal y la libertad humana siguen siendo influyentes hasta hoy.

San Agustín murió el 28 de agosto de 430, durante el sitio de Hipona por los vándalos. Sus escritos y enseñanzas han sido fundamentales para el desarrollo del pensamiento cristiano occidental. Fue declarado Doctor de la Iglesia por su contribución a la teología y la filosofía, y su fiesta se celebra el 28 de agosto, un día después de la de su madre, Santa Mónica. San Agustín es recordado como un maestro de la conversión, un defensor de la verdad y un faro de sabiduría en la historia de la Iglesia.

27/08/2024

27 de Agosto: Memoria de Santa Mónica de Hipona, madre de San Agustín.
Abogada de las Madres que oran por la conversión de sus hijos.

Nació en el año 331 d.C. en Tagaste, una ciudad en el norte de África (actualmente Argelia). Provenía de una familia cristiana y, desde pequeña, fue educada en la fe católica.

Siendo joven, Mónica fue dada en matrimonio a Patricio, un funcionario pagano de carácter violento y temperamental. A pesar de las diferencias religiosas y de la conducta difícil de su esposo, Mónica lo soportó con paciencia, rezando constantemente por su conversión. Con el tiempo, su amor y ejemplo cristiano lograron que Patricio se convirtiera al cristianismo poco antes de su muerte.

Mónica tuvo tres hijos: Agustín, Navigio y Perpetua. Su mayor preocupación fue Agustín, quien en su juventud se alejó de la fe cristiana y llevó una vida disoluta. Durante años, Mónica oró incansablemente por la conversión de su hijo, siguiendo a Agustín en sus viajes, derramando lágrimas y pidiendo a Dios su regreso a la fe.

Mónica siguió a Agustín a Milán, donde conoció a San Ambrosio, obispo de la ciudad. Gracias a la influencia de San Ambrosio y a las oraciones persistentes de Mónica, Agustín experimentó una profunda conversión en 386 d.C. y fue bautizado por San Ambrosio en la Vigilia Pascual del año 387. Mónica fue testigo de este acontecimiento, lo que marcó el cumplimiento de sus fervientes plegarias y deseos.

Después de la conversión de Agustín, Mónica expresó su deseo de regresar a África. Sin embargo, durante el viaje, enfermó en Ostia, el puerto de Roma, y murió en el año 387 d.C., a la edad de 55 años. Sus últimas palabras a Agustín fueron un testimonio de su profunda paz y alegría por haber visto a su hijo retornar a Dios. Fue enterrada en Ostia, donde su tumba se convirtió en un lugar de veneración.

Su fiesta se celebra el 27 de agosto, un día antes de la fiesta de su hijo, San Agustín. Es venerada como la patrona de las madres cristianas, especialmente aquellas que rezan por la conversión de sus hijos. Su vida es un testimonio de la fe inquebrantable, la perseverancia en la oración y el amor maternal que nunca se rinde.

27/08/2024

24/08/2024

24 de Agosto: Fiesta de San Bartolomé, Apóstol.

De las homilías de San Juan Crisóstomo, Obispo, sobre la primera carta a los Corintios

El mensaje de la cruz, anunciado por unos hombres sin cultura, tuvo una virtud persuasiva que alcanzó a todo el orbe de la tierra; y se trataba de un mensaje que no se refería a cosas sin importancia, sino a Dios y a la verdadera religión, a una vida conforme al Evangelio y al futuro juicio, un mensaje que convirtió en sabios a unos hombres rudos e ignorantes. Ello nos demuestra que lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

¿En qué sentido es más fuerte? En cuanto que invadió el orbe entero y sometió a todos los hombres, produciendo un efecto contrario al que pretendían todos aquellos que se esforzaban en extinguir el nombre del Crucificado, ya que hizo, en efecto, que este nombre obtuviera un mayor lustre y difusión. Ellos, por el contrario, desaparecieron y, aun durante el tiempo en que estuvieron vivos, nada pudieron contra un mu**to. Por esto, cuando un pagano dice de mí que estoy mu**to, es cuando muestra su gran necedad; cuando él me considera un necio, es cuando mi sabiduría se muestra superior a la suya; cuando me considera débil, es cuando él se muestra más débil que yo. Porque ni los filósofos, ni los maestros, ni mente humana alguna hubiera podido siquiera imaginar todo lo que eran capaces de hacer unos simples publicanos y pescadores.

Pensando en esto, decía Pablo: Lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Esta fuerza de la predicación divina la demuestran los hechos siguientes. ¿De dónde les vino a aquellos doce hombres, ignorantes, que vivían junto a lagos, ríos y desiertos, el acometer una obra de tan grandes proporciones y el enfrentarse con todo el mundo, ellos, que seguramente no habían ido nunca a la ciudad ni se habían presentado en público? Y más, si tenemos en cuenta que eran miedosos y apocados, como sabemos por la descripción que de ellos nos hace el evangelista, que no quiso disimular sus defectos, lo cual constituye la mayor garantía de su veracidad. ¿Qué nos dice de ellos? Que, cuando Cristo fue apresado, unos huyeron y otro, el primero entre ellos, lo negó, a pesar de todos los milagros que habían presenciado.

¿Cómo se explica, pues, que aquellos que, mientras Cristo vivía, sucumbieron al ataque de los judíos, después una vez mu**to y sepultado, se enfrentaran contra el mundo entero, si no es por el hecho de su resurrección, que algunos niegan, y porque les habló y les infundió ánimos? De lo contrario, se hubieran dicho: «¿Qué es esto? No pudo salvarse a sí mismo, y ¿nos va a proteger a nosotros? Cuando estaba vivo, no se ayudó a sí mismo, y ¿ahora, que está mu**to, nos tenderá una mano? Él, mientras vivía, no convenció a nadie, y ¿nosotros, con sólo pronunciar su nombre, persuadiremos a todo el mundo? No sólo hacer, sino pensar algo semejante sería una cosa irracional».

Todo lo cual es prueba evidente de que, si no lo hubieran visto resucitado y no hubieran tenido pruebas bien claras de su poder, no se hubieran lanzado a una aventura tan arriesgada.

(Homilía 4,3.4: PG 61,34-36)

23/08/2024

23 de Agosto: Fiesta de Santa Rosa de Lima, Virgen.
Patrona de América Latina

Nacida como Isabel Flores de Oliva, es la primera santa canonizada del continente americano y una de las figuras más importantes de la espiritualidad en América Latina. Nació el 20 de abril de 1586 en Lima, Perú, en el seno de una familia de origen español. Desde su infancia, demostró una gran devoción religiosa, junto con un notable amor por la oración y la penitencia.

Isabel fue llamada "Rosa" desde pequeña debido a su belleza, que su madre comparaba con la de una rosa. Sin embargo, Rosa no deseaba la admiración por su apariencia física, sino que anhelaba consagrarse a Dios. A medida que crecía, su devoción se intensificó y comenzó a practicar severas penitencias para unirse al sufrimiento de Cristo.

A los 20 años, Rosa tomó el hábito de la Tercera Orden de Santo Domingo, tomando a Santa Catalina de Siena como su modelo. Decidió vivir una vida de oración, ayuno y sacrificio, consagrándose totalmente a Dios. Hizo voto de virginidad y se dedicó a cuidar a los enfermos y pobres de su comunidad, viviendo en una pequeña ermita en el jardín de la casa de sus padres.

Santa Rosa llevó una vida de severas mortificaciones. Ayunaba continuamente, dormía sobre un lecho de tablas y se ceñía con una cadena de hierro como símbolo de su unión con Cristo. Su intensa vida espiritual la llevó a experimentar visiones místicas y éxtasis, durante los cuales dialogaba con Jesús y la Virgen María.

A pesar de sus rigores, Rosa tenía una gran caridad y alegría. Se preocupaba profundamente por los pobres y los enfermos, a quienes atendía con esmero. Fue una ferviente defensora de la justicia social y la dignidad humana, en una época marcada por la explotación y el abuso en las colonias.

Santa Rosa murió el 24 de agosto de 1617, a la edad de 31 años, en Lima. Su muerte causó un gran impacto en la ciudad, y su entierro fue un evento multitudinario. Fue beatificada por el Papa Clemente IX en 1667 y canonizada por el Papa Clemente X en 1671, convirtiéndose en la primera santa del continente americano. Su fiesta se celebra el 23 de agosto.

Santa Rosa de Lima es patrona de Perú, América Latina y Filipinas, y su vida sigue siendo un modelo de santidad, humildad y amor a Dios. Su devoción se extiende por toda América y el mundo, siendo venerada por millones de fieles que encuentran en su vida un ejemplo de entrega total a Cristo y a los más necesitados.

22/08/2024

22 de Agosto: Memoria de Santa María Virgen, Reina y Señora de todo lo creado.

De las homilías de San Amadeo de Lausana, obispo

Observa cuán adecuadamente brilló por toda la tierra, ya antes de la asunción, el admirable nombre de María y se difundió por todas partes su ilustre fama, antes de que fuera ensalzada su majestad sobre los cielos. Convenía en efecto, que la Madre virgen, por el honor debido a su Hijo, reinase primero en la tierra y, así, penetrara luego gloriosa en el cielo; convenía que fuera engrandecida aquí abajo, para penetrar luego, llena de santidad, en las mansiones celestiales, yendo de virtud en virtud y de gloria en gloria por obra del Espíritu del Señor.

Así pues, durante su vida mortal, gustaba anticipadamente las primicias del reino futuro, ya sea elevándose hasta Dios con inefable sublimidad, como también descendiendo hacia sus prójimos con indescriptible caridad. Los ángeles la servían, los hombres le tributaban su veneración. Gabriel y los ángeles la asistían con sus servicios; también los apóstoles cuidaban de ella, especialmente san Juan, gozoso de que el Señor, en la cruz, le hubiese encomendado su Madre virgen, a él, también virgen. Aquéllos se alegraban de contemplar a su Reina, éstos a su Señora, y unos y otros se esforzaban en complacerla con sentimientos de piedad y devoción.

Y ella, situada en la altísima cumbre de sus virtudes, inundada como estaba por el mar inagotable de los carismas divinos, derramaba en abundancia sobre el pueblo creyente y sediento el abismo de sus gracias, que superaban a las de cualquiera otra criatura. Daba la salud a los cuerpos y el remedio para las almas, dotada como estaba del poder de resucitar de la muerte corporal y espiritual. Nadie se apartó jamás triste o deprimido de su lado, o ignorante de los misterios celestiales. Todos volvían contentos a sus casas, habiendo alcanzado por la Madre del Señor lo que deseaban.

Plena hasta rebosar de tan grandes bienes, la Esposa, Madre del Esposo único, suave y agradable, llena de delicias, como una fuente de los jardines espirituales, como un pozo de agua viva y vivificante, que mana con fuerza del Líbano divino, desde el monte de Sión hasta las naciones extranjeras, hacía derivar ríos de paz y torrentes de gracia celestial. Por esto, cuando la Virgen de las vírgenes fue llevada al cielo por el que era su Dios y su Hijo, el Rey de reyes, en medio de la alegría y exultación de los ángeles y arcángeles y de la aclamación de todos los bienaventurados, entonces se cumplió la profecía del Salmista, que decía al Señor: De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir.

(Homilía 7: SC 72,188.190-192.200)

21/08/2024

21 de Agosto: Memoria San Pío X, Papa.

Giuseppe Melchiorre Sarto, fue el 257.º Papa de la Iglesia Católica, y es recordado por su profundo espíritu pastoral, su sencillez y su firme defensa de la doctrina católica. Nació el 2 de junio de 1835 en Riese, un pequeño pueblo en la región de Véneto, Italia. Fue el segundo de diez hijos en una familia humilde; su padre era cartero y su madre costurera.

Desde joven, Giuseppe mostró una gran inclinación por la vida religiosa. A los 15 años, ingresó en el seminario de Padua, y en 1858 fue ordenado sacerdote. Su primer destino fue como vicario en la pequeña parroquia de Tombolo, donde se ganó el cariño de la gente por su cercanía, su dedicación a los pobres y su vida austera. Más tarde, fue párroco en Salzano, y su éxito pastoral lo llevó a ser nombrado canónigo en Treviso y, posteriormente, rector del seminario de la diócesis.

En 1884, Giuseppe Sarto fue nombrado obispo de Mantua por el Papa León XIII. Durante su tiempo como obispo, se dedicó a reformar la vida del clero y la formación en el seminario. En 1893, fue promovido a Patriarca de Venecia y cardenal. Su enfoque pastoral continuó destacando, mostrando siempre una gran cercanía con los fieles, una profunda vida de oración y un firme compromiso con la enseñanza de la doctrina católica.

En 1903, tras la muerte de León XIII, Giuseppe Sarto fue elegido Papa, tomando el nombre de Pío X. Su elección estuvo marcada por la intervención del emperador Francisco José I de Austria, quien vetó al cardenal Rampolla, el principal candidato. Este veto permitió que Sarto fuera elegido, a pesar de que él mismo se resistía a aceptar la elección, sintiéndose indigno de la dignidad papal.

El pontificado de Pío X (1903-1914) fue un período de importantes reformas y un retorno a las raíces espirituales de la Iglesia. Su lema papal, "Instaurare omnia in Christo" (Restaurar todo en Cristo), reflejaba su visión de renovar la Iglesia a través de un retorno a los principios fundamentales de la fe católica.

Pío X es conocido por sus reformas en la liturgia y en la vida sacramental de la Iglesia. Una de sus decisiones más significativas fue fomentar la comunión frecuente y la primera comunión de los niños a una edad más temprana, alentando a los fieles a recibir la Eucaristía con mayor frecuencia. También reformó la música sacra, promoviendo el canto gregoriano y eliminando estilos más seculares de las celebraciones litúrgicas.

Uno de los desafíos más grandes que enfrentó Pío X fue el modernismo, un movimiento que él consideraba una síntesis de todas las herejías. El modernismo buscaba reinterpretar la doctrina católica a la luz de las corrientes filosóficas y científicas contemporáneas. Pío X luchó vigorosamente contra estas tendencias, condenándolas en su encíclica Pascendi Dominici Gregis (1907) y estableciendo medidas para garantizar la pureza de la enseñanza teológica en los seminarios.

Otro legado importante de su pontificado fue la iniciación de la codificación del Derecho Canónico, un proyecto que se completó después de su muerte, en 1917. Este código unificó y sistematizó las leyes de la Iglesia, facilitando su aplicación y comprensión.

San Pío X falleció el 20 de agosto de 1914, pocos días después del estallido de la Primera Guerra Mundial. Su muerte fue recibida con gran dolor por los fieles, quienes lo consideraban un verdadero pastor de la Iglesia. Fue canonizado en 1954 por el Papa Pío XII, siendo el primer Papa en más de 400 años en ser declarado santo. Su fiesta se celebra el 21 de agosto.

20/08/2024

20 de Agosto: Memoria de San Bernardo de Claraval, Abad y Doctor de la Iglesia.

Fue una de las figuras más influyentes de la Iglesia en la Edad Media. Nació en 1090 en Fontaines-lès-Dijon, cerca de Dijon, Francia, en una familia noble de Borgoña. Desde joven, Bernardo mostró una profunda devoción religiosa y una gran inclinación hacia la vida monástica.

En 1112, a los 22 años, Bernardo decidió unirse al monasterio cisterciense de Cîteaux, una comunidad conocida por su rigor y austeridad. Su ejemplo fue tan poderoso que persuadió a más de 30 parientes y amigos, incluidos sus cinco hermanos y su tío, a seguirlo en la vida monástica. Tres años después de su entrada en Cîteaux, Bernardo fue enviado a fundar un nuevo monasterio en el valle de Clairvaux, que se convertiría en el famoso **monasterio de Claraval** (Clairvaux), del cual fue abad durante el resto de su vida.

Como abad de Claraval, Bernardo se destacó por su estricta disciplina y su profundo celo por la vida espiritual. Bajo su liderazgo, Claraval se convirtió en un centro de espiritualidad y reforma monástica, y la Orden Cisterciense experimentó un gran auge. Bernardo fundó más de 60 monasterios en su vida, y su influencia se extendió por toda Europa.

Bernardo también fue un reformador dentro de la Iglesia. Luchó contra la corrupción y el lujo excesivo que veía en algunos sectores del clero y promovió un retorno a la humildad y la pobreza evangélica. Su espiritualidad se centraba en el amor a Dios y la devoción a la Virgen María, a quien dedicó muchos de sus escritos.

San Bernardo fue un prolífico escritor, conocido por su elocuencia y su profundo conocimiento teológico. Escribió sermones, tratados y cartas, muchos de los cuales aún se estudian hoy. Su obra más famosa es el *"Tratado sobre el amor de Dios"* y su serie de sermones sobre el *Cantar de los Cantares*, que son considerados como obras maestras de la mística cristiana.

Bernardo fue también un ferviente defensor de la devoción mariana y compuso numerosas oraciones y escritos dedicados a la Virgen María, incluyendo la famosa oración "Memorare".

La influencia de San Bernardo no se limitó al ámbito monástico. Fue un consejero de papas, reyes y nobles, y desempeñó un papel clave en asuntos políticos y eclesiásticos. En 1145, ayudó a su discípulo, Bernardo de Pisa, a ser elegido Papa bajo el nombre de Eugenio III.

San Bernardo también fue instrumental en la predicación de la Segunda Cruzada. En 1146, fue enviado por el Papa Eugenio III a predicar la cruzada en Francia y Alemania, logrando movilizar a un gran número de nobles y soldados. Sin embargo, la cruzada fracasó, y Bernardo se sintió profundamente desilusionado por ello.

Los últimos años de San Bernardo estuvieron marcados por el dolor y la enfermedad. A pesar de su frágil salud, continuó trabajando y escribiendo hasta su muerte el 20 de agosto de 1153, a la edad de 63 años. Fue canonizado en 1174 por el Papa Alejandro III y declarado Doctor de la Iglesia en 1830 por el Papa Pío VIII, con el título de **Doctor Mellifluus** por la dulzura de su estilo y su profundo amor por la Virgen María.

San Bernardo es recordado como uno de los grandes místicos y teólogos de la Edad Media, un reformador incansable y un ejemplo de vida monástica y espiritualidad cristiana. Su fiesta se celebra el 20 de agosto.

16/08/2024

Nos unimos a la celebración del 50 Aniversario de Vida Sacerdotal de nuestro Arzobispo S.E.R. Cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano. Elevamos una oración de acción de Gracias por su ministerio y por esta vida empleada en guiar al Pueblo de Dios que peregrina en Managua, Masaya y Carazo.

15/08/2024

15 de Agosto: Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada y Siempre Virgen María en cuerpo y alma a los cielos.

De la constitución apostólica Munificentíssimus Deus de S.S. Pío XII

Los santos Padres y grandes doctores, en las homilías y disertaciones dirigidas al pueblo en la fiesta de la Asunción de la Madre de Dios, hablan de este hecho como de algo ya conocido y aceptado por los fieles y lo explican con toda precisión, procurando, sobre todo, hacerles comprender que lo que se conmemora en esta festividad es no sólo el hecho de que el cuerpo sin vida de la Virgen María no estuvo sujeto a la corrupción, sino también su triunfo sobre la muerte y su glorificación en el cielo, a imitación de su Hijo único Jesucristo.

Y, así, san Juan Damasceno, el más ilustre transmisor de esta tradición, comparando la asunción de la santa Madre de Dios con sus demás dotes y privilegios, afirma, con elocuencia vehemente:

«Convenía que aquella que en el parto había conservado intacta su virginidad conservara su cuerpo también después de la muerte libre de la corruptibilidad. Convenía que aquella que había llevado al Creador como un niño en su seno tuviera después su mansión en el cielo. Convenía que la esposa que el Padre había desposado habitara en el tálamo celestial. Convenía que aquella que había visto a su Hijo en la cruz y cuya alma había sido atravesada por la espada del dolor, del que se había visto libre en el momento del parto, lo contemplara sentado a la derecha del Padre. Convenía que la Madre de Dios poseyera lo mismo que su Hijo y que fuera venerada por toda criatura como Madre y esclava de Dios».

Según el punto de vista de san Germán de Constantinopla, el cuerpo de la Virgen María, la Madre de Dios, se mantuvo incorrupto y fue llevado al cielo, porque así lo pedía no sólo el hecho de su maternidad divina, sino también la peculiar santidad de su cuerpo virginal:

«Tú, según está escrito, te muestras con belleza; y tu cuerpo virginal es todo él santo, todo él casto, todo él morada de Dios, todo lo cual hace que esté exento de disolverse y convertirse en polvo, y que, sin perder su condición humana, sea transformado en cuerpo celestial incorruptible, lleno de vida y sobremanera glorioso, incólume y partícipe de la vida perfecta».

Otro antiquísimo escritor afirma:

«La gloriosísima Madre de Cristo, nuestro Dios y salvador, dador de la vida y de la inmortalidad, por él es vivificada, con un cuerpo semejante al suyo en la incorruptibilidad, ya que él la hizo salir del sepulcro y la elevó hacia sí mismo, del modo que él solo conoce».

Todos estos argumentos y consideraciones de los santos Padres se apoyan, como en su último fundamento, en la sagrada Escritura; ella, en efecto, nos hace ver a la santa Madre de Dios unida estrechamente a su Hijo divino y solidaria siempre de su destino.

Y, sobre todo, hay que tener en cuenta que, ya desde el siglo segundo, los santos Padres presentan a la Virgen María como la nueva Eva asociada al nuevo Adán, íntimamente unida a él, aunque de modo subordinado, en la lucha contra el enemigo infernal, lucha que, como se anuncia en el protoevangelio, había de desembocar en una victoria absoluta sobre el pecado y la muerte, dos realidades inseparables en los escritos del Apóstol de los gentiles. Por lo cual, así como la gloriosa resurrección de Cristo fue la parte esencial y el último trofeo de esta victoria, así también la participación que tuvo la santísima Virgen en esta lucha de su Hijo había de concluir con la glorificación de su cuerpo virginal, ya que, como dice el mismo Apóstol: Cuando esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita: «La muerte ha sido absorbida en la victoria».

Por todo ello, la augusta Madre de Dios, unida a Jesucristo de modo arcano, desde toda la eternidad, por un mismo y único decreto de predestinación, inmaculada en su concepción, virgen integérrima en su divina maternidad, asociada generosamente a la obra del divino Redentor, que obtuvo un pleno triunfo sobre el pecado y sus consecuencias, alcanzó finalmente, como suprema coronación de todos sus privilegios, el ser preservada inmune de la corrupción del sepulcro y, a imitación de su Hijo, vencida la muerte, ser llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial, para resplandecer allí como reina a la derecha de su Hijo, el rey inmortal de los siglos.

(ASS 42[1950], 760-762.767-769)

14/08/2024

14 de Agosto: Memoria de San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir.
Fundador de la milicia de María Inmaculada.

Fue un sacerdote franciscano polaco, conocido por su profunda devoción a la Virgen María y por su sacrificio heroico durante la Segunda Guerra Mundial. Su vida es un testimonio de fe, caridad y valentía frente al mal.

Maximiliano Kolbe nació el 8 de enero de 1894 en Zduńska Wola, Polonia, con el nombre de Rajmund Kolbe. Desde muy joven, mostró una fuerte inclinación religiosa y, a la edad de 13 años, ingresó en el seminario menor de los franciscanos conventuales. En 1910, tomó el nombre de Maximiliano María en honor a la Virgen María, a quien tenía una profunda devoción.

Fue enviado a Roma para continuar sus estudios, donde obtuvo doctorados en filosofía y teología. Durante su estancia en Roma, fundó la Milicia de la Inmaculada, una organización dedicada a la conversión de pecadores y enemigos de la Iglesia a través de la intercesión de la Virgen María.

Después de ser ordenado sacerdote en 1918, Maximiliano regresó a Polonia y comenzó su trabajo misionero y de apostolado. Fundó el monasterio de Niepokalanów, conocido como la "Ciudad de la Inmaculada", que se convirtió en un importante centro de evangelización. Aquí, publicaba una revista mariana llamada "El Caballero de la Inmaculada", que alcanzó una tirada de un millón de ejemplares.

Además de su trabajo en Polonia, Maximiliano llevó su misión a Japón, donde fundó otro centro mariano en Nagasaki, que milagrosamente sobrevivió al bombardeo atómico de 1945.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Maximiliano continuó su trabajo en Niepokalanów, ofreciendo refugio a miles de judíos y otras personas perseguidas por el régimen n**i. En 1941, fue arrestado por la Gestapo y enviado al campo de concentración de Auschwitz.

En Auschwitz, Maximiliano siguió mostrando su fe y caridad. El momento más significativo de su vida ocurrió en julio de 1941, cuando un prisionero escapó del campo. Como represalia, los n**is seleccionaron a diez hombres para morir de hambre en un búnker subterráneo. Uno de los hombres elegidos, Franciszek Gajowniczek, lloró por su esposa y sus hijos, y en un acto de amor supremo, Maximiliano se ofreció a ocupar su lugar.

Durante las dos semanas en el búnker, Maximiliano animó a los demás prisioneros a orar y a mantener la esperanza. Finalmente, el 14 de agosto de 1941, fue ejecutado con una inyección letal de ácido carbónico después de haber sobrevivido al hambre. Murió en la víspera de la fiesta de la Asunción de la Virgen María, a quien tanto amaba.

Maximiliano Kolbe fue beatificado en 1971 por el Papa Pablo VI como confesor, y fue canonizado en 1982 por el Papa Juan Pablo II, quien lo declaró mártir de la caridad. Su sacrificio y su vida de entrega total a los demás y a Dios lo han convertido en un símbolo de la resistencia cristiana al mal y en un ejemplo de amor desinteresado.

Es considerado patrón de los prisioneros, los periodistas, las familias, y el movimiento pro-vida.