18/12/2024
¡Regresó el *"Diario de un Hincha"! Este es uno de los primeros que publicamos aquí en la página, raza. Láncense a mandar sus aportes por inbox, porque les traemos una joyita de la banda de La Rebel: la historia del experimento en cabecera y un pequeño tiro con La Adicción.
Esta historia es del año 2002, del torneo, creo que es el Verano, no recuerdo, es a principios de enero y es el primer partido de la temporada, Pumas jugaba contra Monterrey y la historia es sobre el primer intento de cambio que se hace a cabecera y la rivalidad con La Adicción que en ese partido empieza a crecer más de lo que ya existía.
Un día antes del partido fui al Chopo a hacer unas compras, pasé por el local del Gonzo, nos pusimos a platicar y me dijo que mañana (día del juego) no me fuera a Palomar, que nos íbamos a ir a cabecera porque fue un proyecto que se hace e incluso lo había hablado “El Nariz” con la directiva. Tomé la idea, ya no pregunté y al día siguiente llegué, estaba caminando por fuera del Palomar a ver si topaba a la banda en el árbol borracho pero me encontré al “Nariz” y me dijo que me metiera a cabecera. Comencé a ver que mucha banda estaba entrando allá, entré y la primera imagen que tengo al entrar es única porque por primera vez veíamos el colorido de una barra desde esa zona, todos los trapos colgados, la gente, los bombos en la pequeña parte que conecta las partes de arriba y de abajo del estadio.
Para ser sinceros toda la parte de arriba se llenó de la banda de ‘La Rebel’ y la parte de abajo tenía un poco de gente. Estaba increíble porque arriba y abajo había trapos, en las astas, en la división, en la reja y hasta hay fotos que hacen constatar ese día. Seguimos ahí adentro del estadio, se empezó a alentar , también colgamos algunos tirantes y a lo lejos vimos que todavía había una pequeña banda en el Palomar, supusimos que no se habían enterado pero que en cualquier momento se cambiarían de zona con nosotros, sin embargo, antes de empezar el juego llegaron unos cuantos de esa banda, se empezaron a hacer de palabras abajo con “El Nariz”.
Después me enteré por lo que habían escuchado algunos amigos que por ahí andaban que esa banda era de la antaña y de la vieja guardia, los primeros rebel que habían ido a pedir su trapo, el de “Orgullo Azul y Oro”. Uno se empezó a encarar con “El Nariz”, él respondió con golpes y se empezó a madrear a esta persona y creo que por ahí también llegó “El Abuelo”, su hermano, y también lo empezó a golpear. El chavo se paró, todavía lo encaró y les dijo que ese trapo es de allá (del Palomar), “El Nariz”, no sé por qué, igual y respetó la situación o quiso buscar nuestro apoyo, volteó a ver hacía arriba y nos dijo que ese güey se quería llevar el trapo, si lo dejamos o nos lo quedábamos.
La banda como vio todo, lo abarataron y todavía se paró a encararlo, pues decimos dejar que se lo llevaran. Ahí empezó un poco una situación de angustia, de sentimiento feo porque la banda de antaño, los iniciadores se habían quedado en Palomar y el partido dejó de disfrutarse en ese momento. A los pocos minutos vimos ingresar a un puñado de gente de La Adicción, no eran más de 30 aquella vez. Yo sabía de la rivalidad porque me tocó ver la bronca de Querétaro que para quienes no sepan todo fue por un mal entendido, pero no pensé que pasara algo más allá de las rivalidades que se tenían con las otras barras de afuera de la capital, ya que dentro sabías que siempre estaba la opción latente de un tapón, pero con las barras que venían de fuera no era tanto así.
El partido siguió, la banda empezó a sentir malestar entre el p**o de los antaños, la mala visibilidad de la cabecera y algunos empezaron a decir que mejor nos regresáramos al Palomar. Antes de que acabara el primer tiempo empezamos a descolgar los trapos y no me acuerdo porque estaba de espaldas, pero alguien me dijo “mira a esos putos”, volteo y vemos a los de La Adicción cómo estaban en la zona que ahora ocupa la Rebel en el Pebetero pero en la orilla, casi pegados a la reja y en ese momento se suben rápido y empiezan a hablar con un policía. Nos dio risa porque pensaban que íbamos a ir sobre ellos pero no fue el caso, sólo íbamos a regresar al Palomar. Acabó la primera mitad, nos salimos y en eso volteé a ver a La Adicción, ya estaban todos en el túnell escondidos. Dimos la vuelta hacia el Palomar, íbamos cantando, echando Goyas y la banda que se había quedado empezó a cantar “Ole lé, ola lá, aquí se hizo la Rebel, aquí se va a quedar” y toda la banda se contagió, empezamos a cantar más duro y se empezó a hacer más carnaval y se amedrentó un poco con cánticos de aquellos épocas a La Adicción pero no como los cantos que ahora ya hay y son dedicados en especial a esa barra.
Acabó el juego, La Adicción se quedó adentro del estadio y nosotros empezamos a salir. En el túnel se paró “El Che” y dijo “no hay que ser pendejos, si ellos quieren que nos vengan a buscar, nosotros somos los locales así que no la caguen y no vayan”. Yo la verdad no tenía intención de ir, simplemente como siempre, terminaba el partido, me echaba unos tacos de canasta y me quería ir a casa. Sin embargo vi que alguna pandilla se empezó a mover y me dio curiosidad de ver qué pasaba. Caminé por el estacionamiento del visitante, por toda la parte de atrás y llegué a la zona de visitante y no éramos más de 50 de Pumas si es que éramos muchos. Después ellos dijeron que nosotros éramos como 300 ó 500 pero es una mentira, no éramos más de 50 personas ahí.
En esos tiempos era la época dorada que en términos de barra brava realmente se veía y se sentía porque podías ir y buscar el tapón y buscar a otra barra, ahora no pasa de que se vean algunas piedras o los tapones de barrio, pero en ese tiempo si se podía buscar al rival y pelear cara a cara como lo que sucedió en Querétaro(Pumas-Monterrey 1999). Los que estábamos en el estacionamiento estábamos un poco dispersos, no teníamos armas, lo único eran sombrillas de la misma barra y ya, alguno que otro traía piedras y eso, de ahí en fuera nada. La Adicción salió pero se quedó en la rampa esperando que la policía indicara que podían salir, ya por fin de 5 minutos todos ya traíamos paliacate en la cara, cubrebocas y todo para esperar un posible combate. Salió La Adicción y cometimos el error de no dejar que salieran totalmente del estadio, apenas venían para afuera y nos aventamos. Ahí la mayoría de ellos se mete al estadio, cierran la puerta del estadio los de seguridad UNAM si no mal recuerdo. Para defenderse nos tiraron un cañón, después ellos dijeron que había sido un petardo y tumbaron a dos de nosotros, pero no fue más de un cañoncito de feria que pues la verdad si nos hizo para atrás pero nada fuera de eso.
Se quedaron dos afuera si no me equivoco y a uno de ellos lo arrinconamos entre la taquilla y la reja, el chavo era alto, mamado traía un jersey del tec de monterrey y empezó a defenderse con todo lo que podía, botellas de plásticos hasta un plato de unicel. Éramos tres los que estábamos rodeándolo y no sé lo que pasó, si nos conmovió o nos tentamos el corazón y al final de cuentas lo dejamos ir y se metió corriendo al estadio. La banda de afuera se calentó y nos dejamos ir sobre los camiones, empezamos a apedrearlos, rompimos vidrios y maltratamos las unidades estúpidamente. Hubo muchos detenidos cuando llegó la policía pero al que más recuerdo fue al “Kalimba” y después de eso la banda no sabía que hacer. Caminamos por Insurgentes los que nos desafanamos, nos reunimos otra vez y en las astas le contamos al “Gonzo" lo que pasó, nos dijo que qué pendejos porque debíamos dejar que salieran. Traían dos trapos chiquitos, ninguno importante la verdad, eran dos trapos muy equis, el “Gonzo” nos pendejeó y le contamos lo del “Kalimba”, que creíamos que le iban a dar una vuelta al estadio como era costumbre, dos o tres e iban a pedir un varo y lo iban a dejar ir, pero el chofer del camión dijo que nel, que él quería que le pagaremos porque sino se lo cobraban a él. La banda empezó a juntar, los que estábamos todavía fuimos al MP de Coyoacán para ver qué onda con el “Kalimba”.
Llegamos por Miguel Ángel de Quevedo y dando la vuelta vimos que estaba el camión de La Adicción, entonces ya éramos como 15 ó 20 por mucho. “Gonzo” nos dijo que nos expandiéramos para que esos güeyes piensen que somos un chingo y si quieren bajarse a dar el tapón que lo hagan. Nos dispersamos y esos güeyes cerraron en chinga sus ventanas, sólo uno la dejó abierta y nos empezó a grita “pinches chilangos, van a valer v***a allá en Monterrey, allá somos tres mil, no saben con quién se metieron” y amenazas así. Hablamos con el chofer del camión y nos dijo que no era por él, que el patrón del camión lo iba a c***r y que no era por él. El “Gonzo” le dijo que dejara a los de La Adicción ahí y nosotros le dábamos el varo de las ventanas y que los dejara para que los planchara. El chofer como que la pensó, igual le dijimos eso al comandante y al final ninguno de los dos quiso pero es una de las historias que acrecentó la rivalidad de las más grandes que hubo en la década pasada, no tanto de clubes pero sí de barras. La temporada siguiente “La Rebel" fue a Monterrey y bueno, esa ya es otra historia.
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