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En   La Concordia, Chiapas El Cristo pescador arde, insólito Nos informan en estos momentos debido a fuertes tormentas e...
10/09/2023

En

La Concordia, Chiapas
El Cristo pescador arde, insólito

Nos informan en estos momentos debido a fuertes tormentas el cristo pescador unos de los atractivos en la concordia arde en llamas

Se presume que un rayo cayó sobre el Cristo pescador de la Concordia hace unos momentos.
Se está convocando a la gente para ir a sofocar el fuego.

Con más de 156 mil 136 as*****tos y la cifra aumenta día tras día, superando a sexenios pasados.
15/08/2023

Con más de 156 mil 136 as*****tos y la cifra aumenta día tras día, superando a sexenios pasados.

Una nueva generación, al servicio del pueblo trabajador.*Clausura de fin de curso con gran éxito Esta mañana 14 de julio...
15/07/2023

Una nueva generación, al servicio del pueblo trabajador.

*Clausura de fin de curso con gran éxito

Esta mañana 14 de julio se llevó a cabo la ceremonia de graduación de la generación XXVII del CECyT 10 de Simojovel. Plantel que sigue cumpliendo con su propósito original: dotar de los conocimientos y competencias necesarias a través de una Educación crítica, científica y popular a los jóvenes más humildes de la región.

La directora del plantel, ingeniero Rosa Netro M. Enfatizó que la labor del plantel sigue siendo consecuente en virtud del apoyo de los padres de familia y la comunidad de Simojovel. Desde 1995, cuando éramos apenas una extención de bachillerato, nuestra casa de estuios entendió la importancia que tiene la Educación del pueblo pobre y nos hemos trazado, como meta, hacer que esta Educación sea no solamente de calidad, sino realmente popular, llegando a donde se necesite, este trabajo no se pudiera llevar a cabo sin el apoyo inconmensurable de todos los que aquí laboran y de la comunidad en general- puntualizó.

Al evento asistieron también el Maestro Alexander Padilla, en representación del director general de los CECyTEs en Chiapas, el Auditor Superior del Estado de Chiapas, el lic. José Manuel Penagos quien formó parte de la primera generación de este plantel; y la diputada Martha Guadalupe Martínes, quién en su carácter de madrina de generación, invitó a los hoy graduados a seguir adelante con los siguientes peldaños educativos que frente a ellos hoy están.

El CECyTE 10 de Simojovel, ha sido para la comunidad de gran importancia pues sigue entregando a nuestro Estado a grandes profesionistas que influyen directamente en este municipio, uno de los más pobres del Estado y el país.

Chiapas va con 730 deportistas chiapanecos a la XXI Espartaqueada deportiva del Movimiento AntorchistaTuxtla Gutiérrez; ...
02/05/2023

Chiapas va con 730 deportistas chiapanecos a la XXI Espartaqueada deportiva del Movimiento Antorchista

Tuxtla Gutiérrez; Chiapas.- En rueda de prensa, el Comité estatal del Movimiento Antorchista en Chiapas, dió a conocer la participación del contingente representantivo del estado en las justas deportivas. Destacaron que desde 1974, la filosofía del Movimiento Antorchista es masificar el deporte entre los humildes del país, siendo esta una herramienta importante para hacer del hombre un ser con mayor capacidad de trabajo en equipo, que potencia su razonamiento inmediato, que despierta sus estrategias y que cultiva la salud y su cuerpo estos son elementos indispensables para el hombre nuevo, el que busca transformar la sociedad, así lo declaró Alan López, miembro del Comité estatal.

Por su parte, el dirigente del antorchismo en el estado, el lic. Franklin Campos Córdova, destacó que la entidad federativa ha obtenido primeros lugares en emiciones pasadas en las disciplinas de voleibol, atletismo y béisbol y que el contingente de este año está compuesto por 730 deportistas de todas las edades, provenientes de la costa, los altos y la sierra del estado, la mayoría de ellos, jóvenes de escasos recursos que han encontrado en Antorcha un sitio para cultivar sus actividades deportivas.

“Fue el 2021, año último en el que se llevó a cabo esta justa deportiva y, desde entonces, el Movimiento Antorchista no ha dejado de realizar sus actividades deportivas que se sintetizan en los encuentros nacionales de voleibol, basquetbol y otras disciplinas que se celebran anualmente. Sin embargo, el volver a ver a nuestros compañeros después de 3 años de no poder realizar estos actos multitudinarios, nos llena de nuevos bríos y energía para seguir con nuestra lucha contra la pobreza” agregó Campos Córdova.

En este sentido, Ulises de Jesús Islas agrego que través de conferencias de prensa en todas las capitales del país, el Movimiento Antorchista dio a conocer la realización de la vigésima primera edición de la Espartaqueada Deportiva Nacional, que se realizará del 6 al 14 de mayo de 2023, en Tecomatlán Puebla, municipio considerado la “Atenas de la Mixteca”, donde al menos 8 mil deportistas de distintas edades se medirán en seis disciplinas deportivas distintas.

La Espartaqueada es un evento deportivo único en su tipo y forma parte del proyecto que tiene Antorcha para construir una nueva nación. Al evento se convoca, desde hace más de dos décadas a deportistas en distintas categorías (atletismo, natación, basquetbol, futbol, voleibol y beisbol), provenientes de todos los estados del país, para participar durante una semana de manera amistosa.

Desde Chiapas, exigen justicia para Guerrero.Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.En rueda de prensa, el líder regional del Movimie...
19/04/2023

Desde Chiapas, exigen justicia para Guerrero.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

En rueda de prensa, el líder regional del Movimiento Antorchista en el sureste de México, denunció el as*****to ocurrido contra dos jóvenes líderes del Movimiento Antorchista en Guerrero, asesinados el pasado 12 de noviembre.

La necropsia mostró que ambos hubieron sido asesinados a golpes, mientras que su Niño, de escasos 7 años de edad fue mu**to por asfixia.

-Lo que Antorcha exige son 3 cosas. La primera, que se abra una carpeta de investigación para dar con los asesinos; la segunda, que las autoridades estatales intervengan para dar prontitud a las investigaciones y la tercera, que se garantice la seguridad para los antorchistas en el estado, puntualizó.

01/02/2023
27/10/2022

LA PANDEMIA HA EVIDENCIADO LA DESIGUALDAD SOCIAL EN EL MUNDO

Por: Aquiles Córdova Morán

En el mundo entero se han encendido las alarmas por el acelerado crecimiento de la pobreza y la desigualdad en la mayoría de los países a causa de la pandemia. Entre otros síntomas de alarma, destaca el informe de la Oxfam, la organización no gubernamental más reconocida sobre este tipo de problemas, publicado el 25 de enero del 2021, fecha coincidente con el inicio del Foro Económico Mundial que año con año se celebra en Davos, Suiza, y que esa ocasión tuvo que ser virtual para no poner en riesgo la salud de los participantes.

Pienso que el propósito de hacer coincidir ambas fechas fue llamar la atención del influyente Foro sobre la grave situación que aborda el informe al que me refiero. En principio, Oxfam pone de relieve las causas fundamentales que explican el gran incremento que está experimentando la desigualdad en todo el mundo. Desde el inicio de la pandemia, la fortuna de los hombres más ricos del mundo ha aumentado en 500 mil millones de dólares, una cifra que financiaría con creces una vacuna universal contra la COVID-19 y garantizaría que nadie cayera en la pobreza como resultado de ésta. La pandemia también ha desatado la peor crisis laboral en más de 90 años, y cientos de millones de personas se encuentran subempleados o desempleados. Esto quiere decir que el descontrolado aumento que está registrando la desigualdad en el mundo, alcanzando niveles desconocidos hasta hoy, obedece, por un lado, a que se ha incrementado la concentración de la riqueza en manos de unos cuantos magnates y, por el otro, al crecimiento del desempleo, el cual registra niveles no vistos en épocas recientes.

En otro párrafo del informe de Oxfam se menciona que, en nueve meses, las mil mayores fortunas del mundo ya habían recuperado las pérdidas económicas originadas por la pandemia de la COVID-19, mientras que las personas en mayor situación de pobreza podrían necesitar más de una década para recuperarse de los impactos económicos de la crisis. Y, más adelante, añade: “El informe revela que la pandemia de COVID-19 tiene el potencial de aumentar la desigualdad económica en prácticamente todos los países del mundo al mismo tiempo, una situación sin precedentes desde que empezara a registrarse este tipo de datos hace más de un siglo. El aumento de la desigualdad podría provocar que la humanidad tarde como mínimo 14 veces más en reducir la pobreza hasta el nivel previo a la pandemia que el tiempo que han tardado las mil personas más ricas del mundo (en su mayoría hombres blancos) en recuperar su riqueza”.

Esto quiere decir que mientras los poderosos tuvieron un daño momentáneo, del cual se recuperaron rápidamente, pues hoy sus fortunas son mayores que antes de la pandemia, los pobres tardarían 14 veces más, lo que da un total de 126 meses o diez años y medio (nueve meses por 14 veces), para volver al nivel de ingresos que tenían antes, si es que llegan vivos. Este fenómeno retrata de cuerpo entero el egoísmo y la ambición que dominan en la sociedad de nuestro tiempo. Y hay otro tipo de daños: “La desigualdad se está cobrando vidas. En Brasil, las personas afrodescendientes tienen un 40 por ciento más de probabilidades de morir a causa de la COVID-19 que las personas blancas, mientras que en Estados Unidos, si la tasa de mortalidad de las personas de origen latino y afroamericano hubiera sido la misma que la de las personas blancas, aproximadamente 22 mil personas negras y latinas aún seguirían con vida. Las zonas más pobres de países como España, Francia e India presentan tasas de infección y mortalidad más elevadas. En el caso de Inglaterra, las tasas de mortalidad de las regiones más pobres duplican a las de las zonas más ricas.”

Es decir, en las zonas pobres de la rica Inglaterra mueren dos pobres por cada rico o simplemente acomodado. Estos datos demuestran que, en cualquier parte del mundo, son los pobres los que se están llevando la peor parte en la pandemia, tanto desde el punto de vista económico como del escaso interés que se pone en salvar sus vidas.

El portal Deutsche Welle recoge la siguiente cita del informe: “A escala mundial, los multimillonarios incluso vieron incrementar su fortuna en un volumen total de 3.9 billones de dólares entre el 18 de marzo y el 31 de diciembre de 2020, según Oxfam, que se apoya en particular en datos de Forbes y Credit Suisse. Estados Unidos, China y Francia registran los avances más importantes. En este último, por ejemplo, los multimillonarios –entre ellos Bernard Arnault, tercera fortuna a nivel mundial– “ganaron cerca de 175 mil millones de euros (213 mil millones de dólares) en el mismo periodo”.

Basta con esta breve reseña del informe de Oxfam para dejar claro que la desigualdad y la pobreza en todo el mundo (y México no es la excepción) se están acelerando y están alcanzando niveles de tragedia con motivo de la crisis provocada por la pandemia. Según Oxfam, es muy probable que la pandemia pase a la historia como la primera vez en que la desigualdad se incrementó al mismo tiempo en prácticamente todos los países del mundo; con esta puntualización, Oxfam subraya el carácter mundial del desastre, lo cual abre la posibilidad de que los pueblos del planeta se den cuenta, por primera vez, de que todos somos víctimas no de la pandemia, sino de la sociedad capitalista y de los gobiernos que la dirigen y representan. Es muy significativa, en este sentido, la información de Deutsche Welle que dice: “Mientras tanto, el temor a las consecuencias de un continuo distanciamiento entre ricos y pobres también ha llegado a los organizadores del Foro Económico Mundial. Están especialmente preocupados por los jóvenes y advierten que una “generación doblemente fracturada está creciendo en una época de oportunidades perdidas”. Además, en su último Informe sobre Riesgos Mundiales, el Foro Económico Mundial advierte que los perdedores de la pandemia, especialmente los jóvenes, están “perdiendo la confianza en las instituciones económicas y políticas actuales”.

O sea, el influyente FEM llega a una conclusión bastante parecida a la que acabo de señalar. Y es así porque, si leemos con atención el informe de Oxfam y algunas de las opiniones que ha despertado, como la del Foro Económico, nos daremos cuenta de que, para ellos, la pobreza y la desigualdad no llegaron con la pandemia, sino que ya existían antes de ella y ya presentaban perfiles agudos y preocupantes, es decir, que la pandemia no es la causa de esos flagelos, sino sólo de su incremento acelerado.

Por lo que señalan y cómo lo dicen, pienso que tanto Oxfam como el FEM no dudan de que la verdadera causa radica en la naturaleza misma del sistema, es decir, en la propiedad privada de la riqueza social, en la economía de libre empresa y libre mercado, que son los factores que determinan la concentración de la riqueza al mismo tiempo que carecen de mecanismos para regular y atenuar ese proceso pernicioso.

Oxfam afirma al respecto: “La crisis de la COVID-19 se ha propagado por un mundo que ya era extremadamente desigual. Un mundo en el que, durante 40 años, el uno por ciento más rico de la población ha duplicado los ingresos de la mitad más pobre de la población mundial. Un mundo en el que una pequeña élite de poco más de dos mil milmillonarios poseía más riqueza de la que podría gastar, aunque viviera mil vidas. Un mundo en el que casi la mitad de la humanidad tiene que sobrevivir con menos de 5.50 dólares al día y en el que perder tan solo un ingreso supone caer en la miseria.”

En otras palabras, el uno por ciento más rico ha acumulado, en 40 años, una riqueza que equivale al doble de la que posee en conjunto la mitad más pobre de la población mundial, esto es, cerca de tres mil millones de seres humanos. La causa de fondo de la desigualdad y la pobreza, entonces, no es la pandemia, sino el capital hambriento de utilidades. Antonio Guterres, secretario general de la ONU, abona en el mismo sentido: “Se ha comparado a la COVID-19 con una radiografía que ha revelado fracturas en el frágil esqueleto de las sociedades que hemos construido y que por doquier está sacando a la luz falacias y falsedades: la mentira de que los mercados libres pueden proporcionar asistencia sanitaria para todos; la ficción de que el trabajo de cuidados no remunerado –como el de la mujer en el hogar, aclaro yo, ACM– no es trabajo; el engaño de que vivimos en un mundo postracista –es decir, que el racismo ha desaparecido de la faz del mundo, cuando la lucha de los afroamericanos en Estados Unidos está diciendo a gritos lo contrario, digo yo–; el mito de que todos estamos en el mismo barco. Pues si bien todos flotamos en el mismo mar, está claro que algunos navegan en súper yates mientras otros se aferran a desechos flotantes.”

La pobreza y la desigualdad, pues, nacen de la entraña del modelo capitalista, del neoliberalismo impuesto casi a la fuerza a la mayoría de los países. Oxfam remacha esta tesis cuando afirma: “Esta desigualdad tan extrema se materializa en el hecho de que, incluso antes de la pandemia, miles de millones de personas ya vivían en una situación límite y carecían de los recursos y el apoyo necesarios para hacer frente a la crisis económica y social generada por la COVID-19. Más de tres mil millones de personas carecían de acceso a atención médica, tres cuartas partes de los trabajadores y trabajadoras no contaban con mecanismos de protección social, como la prestación por desempleo o la licencia por enfermedad, y más de la mitad se encontraba en situación de “pobreza laboral” en los países de renta baja y renta media-baja.” –como México, añado yo–.

Por último, cito lo dicho por la directora ejecutiva de Oxfam México, Alexandra Hass, refiriéndose a nuestro país: “La pandemia ha evidenciado la urgente necesidad de cambiar la forma en que vivimos. Sólo la cooperación y la colaboración nos podrán rescatar de sus efectos. Si se utilizara la riqueza acumulada durante la pandemia de las 12 personas más ricas de México, se podría cubrir dos veces el gasto programado del IMSS durante el 2021 en servicios de salud y alcanzaría para comprar las dosis suficientes para vacunar a toda la población.”
Indudablemente, tiene toda la razón la directora ejecutiva de Oxfam México, pero la cuestión radica en cómo, es decir, por cuáles medios o caminos, se puede lograr el cambio que ella propone, un problema nada sencillo, desde luego.

Sobre esta cuestión, Deutsche Welle dice que Oxfam hace suyas las proposiciones de los economistas Thomas Piketty y Gabriel Zachman, que se pueden resumir como una reforma fiscal progresiva, es decir, que paguen más impuestos los que ganan más. Esta propuesta coincide, básicamente, con uno de los cuatro puntos fundamentales en que los antorchistas hemos tratado de resumir nuestra propuesta para un México más igualitario, equilibrado, estable y justo. Pero 48 años de lucha tratando de lograr avances en este terreno nos han enseñado que tampoco eso se puede conseguir mediante la simple persuasión de los privilegiados para que renuncien voluntariamente a una parte de sus privilegios, es decir, que no está por allí la salida.

Marx dijo dos cosas que tienen que ver con la cuestión y que me interesa recordar. La primera: contestando a quienes mostraban datos sobre el progreso de la clase trabajadora en Inglaterra para refutar su tesis sobre el deterioro permanente de su nivel de vida bajo el capitalismo: “Nunca he sostenido el deterioro absoluto del nivel de vida de los trabajadores. Entiendo que, comparado consigo mismo, puede registrar mejoría; lo que considero como absoluto e imparable es el crecimiento de la desigualdad entre obreros y patrones; sostengo que el salario puede aumentar, pero nunca en la misma proporción, y menos en la misma cantidad, en que lo hace la riqueza del capitalista. De ahí nace la concentración de la riqueza social. Esa concentración tampoco es el mal absoluto, tiene su lado positivo: cuanto mayor sea la concentración de la riqueza, cuanto más pequeña será la élite rica y más gigantesca la masa proletaria, más cercano estará el momento de la revolución social, de la expropiación de los expropiadores.” Eso es lo que estamos presenciando hoy. Y la segunda: “Todo avance social verdadero y toda revolución verdadera sólo pueden lograrse con la participación organizada y consciente de los desposeídos. Cualquier otro camino está condenado al fracaso, no pasará de ser una quijotada.”

Ha llegado la hora de tomar en serio a Marx, como dijo el historiador británico Eric Hobsbawm. Para lograr una distribución más sensata y justa de la riqueza social, resulta indispensable, como dice Marx, “lanzarse a la dura, difícil e ingrata tarea de concientizar y organizar a las víctimas de la pobreza y la desigualdad”. Sólo eso, sólo la poderosa fuerza que nace de la unión en un único as de las miles y miles de voluntades, inteligencias y energías populares dispersas por toda la superficie del país puede hacer el milagro de convencer a los poderosos para que renuncien a una parte de su riqueza y privilegios en favor de los olvidados.

Convoco nuevamente a quienes me hacen el favor de prestarme su atención a realizar esta difícil pero noble tarea con más energía, entrega, abnegación y creatividad. Respecto a si los obscenos niveles actuales de concentración de la riqueza mundial son o no un síntoma de la proximidad de la revolución por una sociedad nueva y superior, dejo la respuesta al desarrollo de los hechos mismos, que nunca se equivocan, por cierto.

* Texto de uno de los pronunciamientos
que realiza el Ing. Aquiles Córdova Morán, los días jueves, vía redes sociales.

19/10/2022

EL VOTO DEBE SER UN ARMA PODEROSA PARA DEFENDER NUESTROS LEGÍTIMOS INTERESES

Por: Aquiles Córdova Morán

Los problemas de nuestro país son múltiples y graves y no son de reciente aparición, vienen de mucho tiempo atrás, como lo atestiguan y confirman las luchas sociales del siglo XIX y principios del XX, principalmente la Guerra de Reforma (que inició en 1854, con la revolución de Ayutla, encabezada por don Juan Álvarez) y la Revolución Mexicana de 1910-1917.

Los hombres de la Reforma se proponían –dicho resumidamente– resolver cuestiones fundamentales como la delimitación precisa entre el poder temporal del Estado y el poder espiritual de la Iglesia, lo que se conoce comúnmente como la separación Estado-Iglesia, que definió el carácter laico del Estado mexicano. Esta reforma tuvo muchas repercusiones en la vida social y política de la nación, como el traspaso de las responsabilidades civiles y de la educación científica de las futuras generaciones al gobierno, y, algo más trascendental quizá, la desamortización de las tierras acaparadas por el alto clero, que en su mayor parte se mantenían ociosas en sus manos, para reincorporarlas de lleno a la actividad productiva, que mucha falta le hacía a la golpeada economía del país.

Sin embargo, justamente para realizar esas reformas había que resolver primero la vieja disputa entre liberales y conservadores sobre qué tipo de Estado debía establecerse en México, en sustitución del gobierno colonial español. Del lado conservador, había dos visiones: el ala más desfasada de los conservadores, inspirada en los Tratados de Córdoba que así lo estipulaban, era partidaria de la monarquía, aunque independiente del rey de España; la otra, compuesta por los menos trasnochados y mejor conocedores del espíritu nacional, abogaba por una república centralista, con un gobierno central único e integrada por provincias que debían quedar sometidas a ese poder central, lo cual era –en el fondo– lo más parecido a la monarquía española, pero convenientemente disfrazado con un traje republicano y democrático. Los liberales, en cambio, defendían un modelo de Estado republicano, democrático y federal, con un Estado nacional a la cabeza de entidades libres y soberanas regidas por una constitución, un parlamento y un poder judicial propios, pero rigurosamente compaginados con las disposiciones establecidas por la Constitución; dicho modelo era muy semejante al que privaba en Estados Unidos, cuya constitución era considerada el mejor modelo de una verdadera democracia.

Como ocurre siempre en la historia real, la Reforma no resolvió todos los problemas del país. La tierra, en particular, de nuevo se concentró rápidamente en manos privadas en lugar de distribuirse entre los campesinos pobres; se formaron más y más grandes latifundios, que se sumaron a los ya existentes (las famosas haciendas porfirianas), que con sus avaros y reaccionarios hacendados se convirtieron de facto en el poder más influyente en nuestra vida política. No podía ser de otro modo, si no olvidamos que todavía no existía un desarrollo industrial vigoroso y, por consecuencia, tampoco una clase obrera numerosa y organizada. Los hacendados –con el apoyo del gobierno– institucionalizaron el trabajo servil de los campesinos (los peones acasillados de las grandes haciendas) con bajos jornales pagados en especie, las tiendas de raya y las cárceles privadas para castigar a los siervos que intentaran huir.

La única actividad productiva de carácter industrial en aquellos años era la minería, sobre todo en el Bajío, el centro-norte y el norte del país, pero el trabajador minero vivía tan sometido y explotado como el peón acasillado. Existía también una industria textil casi artesanal, con obreros sobreexplotados, salarios de hambre y una productividad muy baja, que se ubicaba principalmente en la región centro de Puebla y Veracruz; toda, en manos de españoles. Aun así, creció la población y, con ella, la demanda diversificada de mercancías. También se produjo cierto desarrollo de las exportaciones mexicanas, particularmente de productos agrícolas como el azúcar, el café y el algodón, entre otros; de productos de la minería, como el oro y la plata, y algo de productos textiles.

El incremento de la demanda que estos cambios generaron sólo se pudo resolver, ante una productividad estancada, con jornadas de trabajo más largas y agotadoras, salarios más bajos (y reducidos aún más con multas arbitrarias) y nulas prestaciones a obreros y peones. Nuevamente, la situación se tornó explosiva, como antes de la Reforma, y no es casual que los primeros síntomas de la tormenta que se avecinaba surgieran entre los mineros de Cananea, en Sonora, y los obreros textiles de Río Blanco, cerca de Orizaba, Veracruz.

Estalló la Revolución; cayó la dictadura de Porfirio Díaz; fracasó la reforma puramente política y democrática que pretendía Francisco I. Madero, y el pueblo en armas entró en escena para saldar, a su manera plebeya –como dijo Marx–, sus cuentas pendientes con los privilegiados. Emiliano Zapata y Francisco Villa, los más conspicuos representantes de este genuino sentir popular, desdeñaron la oportunidad de hacerse con el poder y éste quedó, finalmente, en manos de la burguesía, la nueva clase en ascenso. Venustiano Carranza, su representante del momento, quiso modernizar al país: decretó la ley agraria del 6 de enero de 1915, abrió la puerta a las organizaciones obreras y promulgó la Constitución de 1917, pero no pudo –en parte, por su antiyanquismo visceral– impulsar el desarrollo industrial con el vigor que la nueva clase dominante demandaba: con ayuda de la inversión norteamericana; ello le valió perder apoyo social y cayó asesinado en Tlaxcalantongo.

Lo sucedieron Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Ambos quisieron regresar a la época de la reelección, que tan odiosa se había hecho con Porfirio Díaz, y ambos fracasaron (lección que deberían recoger los aprendices de brujo de nuestros días): Obregón fue asesinado en 1928, cuando ya era presidente reelecto, y Calles, en su intento de conservar el poder mediante hombres de paja, se estrelló contra la integridad revolucionaria y la dignidad republicana del General Lázaro Cárdenas.

Con Lázaro Cárdenas, la Revolución Mexicana alcanzó su punto más alto. Él repartió la tierra entre los campesinos; impulsó la organización obrera y campesina con la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y la Confederación Nacional Campesina (CNC); ejerció con hechos (no con desplantes oratorios vacuos y arrogantes) la soberanía nacional, al dar asilo a los transterrados españoles que huían del fascismo franquista y al revolucionario ruso León Trotski, cuando el mundo entero le había cerrado las puertas; expropió el petróleo y lanzó la más completa y cabal campaña de alfabetización, pues llevó las escuelas rurales hasta el último rincón del país.

Después de Cárdenas, la Revolución hecha gobierno renunció a toda veleidad socializante y se enfiló resueltamente por la senda del capitalismo, aunque sin metas precisas científicamente establecidas. Por esa razón, siguió un camino errático, de ensayo y error, que en cierta medida nos llevó del Milagro mexicano al Desarrollo compartido, de la “sustitución de importaciones” y la “autosuficiencia económica” al Estado benefactor, que gastó sin ton ni son hasta que detonó una inflación catastrófica y la devaluación del peso a niveles no vistos antes. Durante todo este proceso, lo único que se mantuvo constante fue el carácter mixto de nuestra economía –herencia de la Revolución–, un curioso intento de matrimonio entre dos formas de propiedad que por principio se excluyen entre sí: la empresa pública y la privada en la industria; el ejido y la agricultura capitalista en el campo. El resultado fue que ambas se combatieron y estorbaron entre sí todo lo que pudieron, lo cual entorpeció, en cada etapa, el desarrollo del país y agravó más la crisis económica nacional.

Fue por eso que Miguel de la Madrid consideró indispensable un cambio radical de rumbo hacia lo que ahora llamamos neoliberalismo, cambio que se consolidó con el presidente Carlos Salinas de Gortari. Como se puede observar, este giro no fue un capricho de nadie, sino la respuesta a una crisis económica que era ya inocultable. La economía mixta se había agotado sin resolver los grandes problemas nacionales: insuficiente crecimiento económico, bajos salarios, desempleo, pobreza generalizada, mala educación, mal sistema de salud pública y una corrupción galopante, en buena parte alimentada por la empresa pública que los funcionarios manejaban como su patrimonio personal (aquí se ve que las nacionalizaciones no son el remedio mágico que ahora se piensa).

Es verdad que nos vendieron el neoliberalismo como la solución perfecta a nuestros problemas. La receta era sencilla: privatizarlo todo y dejar el resto en manos de quienes sí saben de negocios: los señores del dinero. Pero no fue así. Aquí estamos de nuevo, con los mismos problemas que al principio, sólo que agravados por la avaricia privada, por la pandemia de la COVID-19 y por el gobierno de la Cuarta Transformación; el crecimiento económico es peor que antes; la concentración de la riqueza es más insultante, si cabe, mientras mucha gente pasa hambre o se muere por falta de medicinas y de médicos; el sistema de salud pública yace en ruinas; el desempleo crece; la baja del ingreso familiar aumenta; la educación es pésima; y la vivienda popular, el mejoramiento urbano de pueblos y colonias y los servicios básicos –como agua, luz y drenaje– están totalmente olvidados y sin fondos para su atención.

Todo eso nos está ahorcando, mientras el Presidente se la pasa peleando con los medios de comunicación de México y el mundo, con los intelectuales y los opositores y haciendo campaña a favor de sus candidatos. Para quitarnos toda esperanza –como dice Dante–, ahora nos ofenden y nos humillan al proponernos como candidatos a “ídolos populares” que no saben nada de política, pero son famosos. El 27 de mayo, Diego Fonseca publicó en el New York Times un artículo titulado “México y la decadencia de la política”, en el que señala: “La política cayó al terreno del freak show en México. El mercado electoral del país es un espectáculo que nada más parece necesitar los personajes rimbombantes de Federico Fellini. (…) Estas candidaturas silvestres, posibles en buena medida por las redes (dice mucho que un partido se llame Redes Sociales Progresistas) han banalizado la política cuando más se necesita vigilancia democrática, debates programáticos y planes concretos para resolver los problemas de fondo de México”.
El 1 de junio, Luis Carlos Ugalde dijo en elfinanciero.com.mx: “En los últimos veinte años se ha dado un proceso de degradación de la clase política local. Los tres principales partidos de la llamada transición a la democracia –PRI, PAN, PRD– son responsables de haber permitido que personas frívolas, incompetentes y corruptas fueran candidatos y luego gobernadores. (…) De los quince gobernadores que se elegirán este domingo, veo dos enormes riesgos (…). Si resultan ganadores, los habitantes (…) lo sufrirán a lo largo de los siguientes años con mayor corrupción, nepotismo, violencia e ingobernabilidad”.

Lo que dice Ugalde es verdad, pero lo que antes eran condenables excepciones, hoy es la norma gracias a la Cuarta Transformación. Respecto a los riesgos, hoy son ya una realidad (y no son los únicos), cuyos frutos envenenados –como Ugalde adelantó– no tardarán en aparecer; sin embargo, cualesquiera que sean, creo que es mi deber decir que sólo el 50 por ciento será culpa de quienes los postularon, el otro 50 por ciento será de quienes votaron por ellos.

Los mexicanos debemos tomar conciencia de esto, tenemos que preguntarnos qué piensan, y por qué lo piensan, quienes desperdician así su voto o, peor aún, lo usan para dañar sus propios intereses. Debemos preguntarles, si tenemos esa oportunidad: “¿qué esperan de una bailarina o de un descerebrado que no es capaz de hilar dos frases coherentes seguidas? ¿No les interesa el futuro de sus hijos, de su pueblo, de su país?”. Todo buen ciudadano mexicano debe tener claro qué país desea, a qué clase de vida aspira para él y los suyos y quién o quiénes son los mejor capacitados para convertir en realidad sus deseos. Y votar por ellos y sólo por ellos. Solamente así haremos de nuestro voto un arma poderosa para defender nuestros intereses legítimos y no una mercancía que vendamos o alquilemos por unos cuantos pesos, a cambio de soportar a un mamarracho en el poder tres o seis años. Tenemos que saber por quién votamos y por qué razones; si no, nos condenamos a vivir siempre como vivimos ahora, y no creo que nadie diga que es el paraíso, que así estamos bien, requetebién, y no necesitamos ningún cambio. Por hoy, la suerte está echada. Ya veremos qué nos depara el futuro inmediato, aunque no lo veo muy prometedor. Ojalá me equivoque.

* Texto de uno de los pronunciamientos que realiza el Ing. Aquiles Córdova Morán, los días jueves, vía redes sociales.

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