
10/04/2025
❤️ JERUSALÉN, JERUSALÉN, TÚ NO QUISISTE ❤️
■ Mateo 23:37.
📖 “¡JERUSALÉN, JERUSALÉN, QUE MATAS A LOS PROFETAS, Y APEDREAS A LOS QUE SON ENVIADOS A TI! ¡CUÁNTAS VECES QUISE JUNTAR TUS HIJOS, COMO LA GALLINA JUNTA SUS POLLOS DEBAJO DE LAS ALAS, Y NO QUISISTE!” 📖
🚩 '’Cristo vio en JERUSALÉN un símbolo del mundo endurecido en la incredulidad y rebelión que corría presuroso a recibir el pago de la justicia de Dios. Los lamentos de una raza caída oprimían el alma del Señor, y le hicieron prorrumpir en esas expresiones de dolor.
Vio además las profundas huellas del pecado marcadas por la miseria humana con lágrimas y sangre; su tierno corazón se conmovió de compasión infinita por las víctimas de los padecimientos y aflicciones de la tierra; anheló salvarlos a todos.
Pero ni aun su mano podía desviar la corriente del dolor humano que del pecado dimana; pocos buscarían la única fuente de salud. Él estaba dispuesto a derramar su misma alma hasta la muerte, y poner así la salvación al alcance de todos; pero muy pocos iban a acudir a él para tener vida eterna.
¡MIRAD AL REY DEL CIELO DERRAMANDO COPIOSO LLANTO! ¡VED AL HIJO DEL DIOS INFINITO TURBADO EN ESPÍRITU Y DOBLEGADO BAJO EL PESO DEL DOLOR! Los cielos se llenaron de asombro al contemplar semejante escena que pone tan de manifiesto la culpabilidad enorme del pecado, y que nos enseña lo que le cuesta, aun al poder infinito, salvar al pecador de las consecuencias que le acarrea la transgresión de la ley de Dios.
Dirigiendo Jesús sus miradas hasta la última generación vio al mundo envuelto en un engaño semejante al que causó la destrucción de Jerusalén. El gran pecado de los judíos consistió en que RECHAZARON A CRISTO; el gran pecado del mundo cristiano iba a consistir en que RECHAZARÍA LA LEY DE DIOS, que es el FUNDAMENTO DE SU GOBIERNO EN EL CIELO Y EN LA TIERRA.
Los preceptos del Señor iban a ser MENOSPRECIADOS Y ANULADOS. Millones de almas sujetas al pecado, esclavas de Satanás, condenadas a sufrir la segunda muerte, se negarían a escuchar las palabras de verdad en el día de su visitación. ¡TERRIBLE CEGUEDAD, EXTRAÑA INFATUACIÓN!'’
📚 {CS-24, 25}.