06/09/2024
¿LA PRESIDENTA CON “A”?
Por: Mary Sandoval
Durante mucho tiempo, se ha dicho, o se ha comentado, que las mujeres deberían de estar en casa al cuidado de la familia; no se nos permitía realizar actividades propias de los hombres (como socialmente se consideraba deberían de ser). Al cabo del tiempo, ésta idea se fue desterrando y en la actualidad, ya todo es diferente, aunque en algunos países, siguen reacios a permitir que las mujeres realicen alguna actividad exclusiva de hombres. En política, es exactamente lo mismo; la mujer no tenía el derecho al voto y a ocupar cargos de elección popular. La mujer en la política “La política ha sido, desde la antigüedad, una esfera de la vida pública reservada para los hombres. Esto ha implicado que los cargos públicos fueran ocupados por varones, y que la política se leyera y comprendiera en códigos y pautas masculinas, marginando a las mujeres tanto en las deliberaciones como en el proceso de toma de decisiones sobre los asuntos de interés para la colectividad (Peschard, 2004, p. 173)” (Centro de Estudios para las mujeres y la Equidad de género. Cámara de Diputados, LX Legislatura). Como lo comenté al principio de este artículo, en México, desde hace mucho años, a las mujeres se les marginaba de las actividades propias de los hombres, así como también de la actividad política de manera formal, no se les consideraba aptas para ejercer un cargo público. Con el paso del tiempo, las cosas han cambiado, permitiendo que las mujeres participen en la política. Comencemos diciendo que en el siglo XVIII ya hubo indicios de la lucha por los derechos políticos de las mujeres. En el documento publicado por el Centro de Estudios para las Mujeres y Equidad de Género de la Cámara de Diputados (DP1-IF19-2008) se menciona que Olympe de Gouges publicó la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadanía; en dicho documento, se habla de que la mujer pueda emitir su voto, así como se exigía la igualdad de derechos y obligaciones entre hombres y mujeres. En ese mismo documento, también se dice que debe haber una equiparación de todos los seres humanos ante la ley. Como dato interesante, en 1866, John Stuart Mill, presentó ante el parlamento norteamericano, una petición en la cual se debatiera el tema del voto femenino, mismo que no fue aceptado. En México, a partir de 1920, se empezó a buscar el reconocimiento de las mujeres por una plena ciudadanía. Ésta se inició en los estados de Guerrero, San Luis Potosí y Yucatán. Hubo varios estados de la República que le concedieron a la mujer el derecho de votar y ser votadas antes que el gobierno federal lo hiciera. Entre 1923 y 1925, en Tabasco, Yucatán y Chiapas, les concedieron a las mujeres la igualdad política para votar y que sean votadas en puestos de elección popular. De ahí que Elvia Carrillo Puerto, Fidelia Brindis y Hermila Galindo, hayan sido las primeras diputadas locales en sus respectivas entidades federativas; a través de sus iniciativas presentadas, siempre buscaron que se respetarán los derechos políticos de la mujer. En el portal del gobierno de la República, se menciona, en su publicación del 03 de julio del 2018, que, aunque en 1947, durante el gobierno del presidente Miguel Alemán Valdés, se permitió votar a las mujeres en procesos municipales, no fue si no hasta el 03 de julio de 1955, que las mujeres emitieron por primera vez el voto en una elección federal: la de diputados de la XLIII legislatura. La primera mujer presidente de la República Uno de los máximos cargos públicos que puede ocupar una persona es el de presidente de la República; y sin lugar a dudas, es una de las aspiraciones que cualquier mujer desearía: ser la titular del Ejecutivo Federal. El pasado 02 de junio, como todos sabemos, se votó para elegir al presidente de la República. De acuerdo a los resultados, la candidata de la coalición Juntos Haremos Historia, Claudia Sheinbaum, ganó con cerca de 36 millones de votos (59.75%). El pasado 15 de agosto, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, le entregó a Sheinbaum la constancia de mayoría que la acredita como presidente electo. Por lo que, ya podríamos decir que ella es la primera mujer en ocupar el máximo cargo público en México. La presidenta con A Cuando se habla de género, nos referimos a las características de pensamiento, comportamiento, actitud e identidad que se les asigna a los hombres y mujeres según la sociedad donde vivan. Existe el género masculino y femenino; y si me permiten decirlo así, se agrega el término, que se puede considerar de moda: el de no binario, que se refiere a que no se es hombre o mujer. ¿Porqué menciono esto? Se ha usado de manera facciosa y a conveniencia, el término de igualdad de género por parte de los políticos. En el discurso donde Sheinbaum recibió la constancia de mayoría de presidente electo, dijo lo siguiente: “¡Las mujeres podemos ser presidentas! Y con ello, hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta con “A”; así como decimos jueza, abogada, científica, ingeniera con “A” porque nos ha enseñado que lo que se nombra, existe, y lo que no se nombra, no existe”; más que un discurso, sólo fue una clara muestra de la demagogia qué existirá en su gobierno que iniciará el próximo 01 de octubre de este año, y terminará el 30 de septiembre del 2030. Cabe mencionar que la igualdad de género es precisamente que las mujeres tenemos los mismos derechos que los hombres a realizar las mismas actividades. Desafortunadamente, en la actualidad, este término de igualdad de género se va hacia la cuestión de la sexualidad, más no de la actividad que pueda desempeñar tanto hombres como mujeres. En mi artículo “Claudia Sheinbaum debe quitarse de encima ese lastre de Amlo, si en verdad quiere pasar a la historia como la mejor presidente de México” (Diario Noticias Web, 23 de junio del 2024), comenté lo siguiente: sin duda, Sheinbaum tiene un reto enorme que cumplir; en primer lugar, deberá demostrar que las mujeres también somos capaces de conducir los destinos del país; en segundo, que aplique sus propias políticas públicas en los diferentes sectores, aunque eso es un sueño guajiro, porque sólo hará una calca del gobierno actual de Andrés Manuel López Obrador. Seamos sinceros, el ser hombre o mujer, y que ocuparás un cargo o realizarás una actividad, no es garantía de que puedas desempeñarlo bien o no, eso se ve con el paso del tiempo.
Conclusiones
¿Presidenta con “A”? Quizás haya un sinfín de respuestas positivas o negativas al respecto; debo reconocer algo, es bueno que haya una mujer como presidente de México, aunque haciendo un análisis meticuloso, yo no lo consideraría como un logro para las mujeres, porque la candidatura de Sheinbaum y su posterior triunfo, fue por dedazo presidencial y no fue por luchar o por competir para aspirar al cargo. Como bien dice el periodista Ricardo Alemán, al tiempo se verá si Claudia Sheinbaum será buen gobernante o no. Y eso de que quiere que le digan presidenta con A, simplemente es demagogia y pura estupidez.