29/07/2024
son aquellas ideas que comparte un país/sociedad/comunidad que establecen cómo deben ser hombres y mujeres a partir de creencias. No se toman en cuenta sus verdaderas características, capacidades y .
🔥🔥🔥Se espera de las mujeres desde una visión muy tradicional,🔥🔥🔥 por ejemplo, es que cumplan roles de amas de casa, maestras, enfermeras; y para ello, los estereotipos que le dan sentido son la ternura, la sensibilidad, la maternidad, la actitud de servicio a otros;
🔥🔥🔥y a los hombres se espera verlos desempeñándose como políticos, jefes, proveedores, y para ello deben cumplir con ser racionales, independientes, líderes. Indiscutiblemente, no todas las mujeres cumplen con estas características, como tampoco los hombres, y en ninguna cultura las personas pueden identificarse completamente con el ideal que se tiene del s**o al que pertenecen.
Algunos ejemplos de ello, son las expresiones de cariño o ternura con otros hombres para no poner en peligro su heterosexualidad; cosificar cuerpos de mujeres, a través de la promiscuidad, la pornografía, la trata o la prostitución, para demostrar su fortaleza sexual, y el dominio sobre las mujeres; no expresar sus emociones básicas como son el miedo, el enfado, la tristeza, la alegría y el amor para dar “cabal cumplimiento a los patrones asignados” que prohíben a los hombres ser sensibles o llorar por alguna de estas emociones, etcétera.
Estos cinco sentimientos básicos se reflejan, directa o colateralmente, en la respuesta de muchos hombres que aprendieron a vivir bajo el yugo de la masculinidad hegemónica.
El miedo, lo conforman la angustia, la preocupación y el pánico, circunstancias que concurren en muchos hombres ante el hecho de no poder cumplir con las expectativas impuestas.
El enfado, cuyos exponentes se encuentran en la rabia, el odio y la frustración, comportamientos que, de igual manera, rodean a muchos hombres en sus vidas.
La tristeza, que se reconduce en la soledad y la melancolía, lo que para el abordaje de las masculinidades se traduce en el alto número de suicidios y depresiones.
En la alegría podemos encontrar otra serie de deseos como el gozo, la paz y la armonía. Muchos hombres transitan en su vida sin haber alcanzado cotas mínimas de bienestar por la imposición a la que se han sentido obligados por la masculinidad hegemónica.
El amor por el que, tristemente, bajo la falsa creencia del amor romántico y de una “convivencia armónica” se producen varios o todos de los otros cuatro sentimientos. Ello, nos obliga a repensar la necesidad de eliminar de nuestras vidas la violencia cualquiera que sea su forma y el entorno donde se produzca que en gran parte son el resultado de la masculinidad hegemónica. Coral Herrera, antropóloga española lanza afirmaciones como: "Se ha disfrazado de amor lo que es control y dominación", "El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento" o “Para liberarse del machismo hay que trabajar, sobre todo, en educación, medios de comunicación e industrias culturales”[15]. Estas reflexiones guardan relación con la educación masculina dominante.