
04/03/2025
La Isla De Las Muñecas Historia De Terror… No soy originaria de la Ciudad de México, tenía muchas ganas de visitar esa ciudad, mi intención era pasear en las trajineras, conocer las chinampas, para quien no las conoce, son espacios de tierra que están dentro del agua, anteriormente era una forma de cultivar plantas, verduras y hortalizas, en la que el agua era el principal recurso, fue la manera en que los pueblos originarios realizaban su sistema de cultivo.
Cuando conocí Xochimilco fui como turista, ya sabía a través de las redes sociales y de mis conocidos de ese lugar tan tradicional, me subí a una trajinera que era una embarcación hecha de madera y adornada con flores coloridas, ya me habían platicado sobre la isla de las muñecas, era el lugar que más me interesaba.
No fui sola, iba acompañada de dos de mis compañeras del trabajo, nos organizamos para poder ir un fin de semana, visitar los lugares, así como las leyendas más conocidas de la Ciudad de México.
Como les dije, el lugar que más expectación me causaba era la isla de las muñecas, cuando nos acercamos a ella, se encontraba en una chinampa con bastante longitud, nos bajamos de la trajinera y comenzamos a ver que había muñecas colgadas en los árboles, en los arbustos, en lazos; también habían chozas que tenían en su interior muchas muñecas.
La apariencia de las muñecas no era agradable, más bien, daban miedo, porque se encontraban en mal estado, algunas sin ojos, otras con su vestimenta deslavada, sucia y desgarrada, incluso, había una que estaba pintada de rojo y le habían puesto cuernos con los monitos que salían en la rosca de reyes, así que imaginen cómo estaban las muñecas, también había animales disecados, vi la cabeza de una vaca y un armadillo.
El guía de turista nos contó la leyenda de la isla de las muñecas, quizás para muchas personas ya era muy conocida, pero para nosotras no, se las cuento, para que se den cuenta de los hechos que después nos sucedieron.
Dicha leyenda decía que en esa chinampa vivía un señor de nombre Julián, en una ocasión el hombre encontró a una niña en las orillas de su chinampa, trató de reanimarla pero no lo logró, la niña había mu**to ahogada.
Después de lo ocurrido, Julián sintió culpa por no haber podido salvar a la pequeña, dicen que luego de su muerte, su espíritu comenzó a rondar por los lugares, Julián para poder calmar el espíritu de ella, recogía de la basura a las muñecas, lo hizo de esta manera porque no tenía los recursos económicos para comprarlas nuevas, así fue como el lugar se llenó de tantos objetos.
Mientras caminábamos por el lugar, vimos de todo tipo de muñecas, les aseguro que ninguna estaba bonita, aunque todas estaban horribles, hubo una en especial que me llamó la atención, de hecho, no sólo a mí, sino a la gran mayoría de personas, porque de cierta manera la han convertido en una especie de entidad milagrosa, que ha cumplido deseos a cambio de un pequeño tributo o regalo que se le deje.
Esa muñeca tenía el nombre de Agustina, estaba vestida con un vestido de color rojo, sentada en una trajinera pequeña que llevaba como nombre Xochimilco, ahí le dejaban todo tipo de regalos, desde pulseras, flores o cualquier artículo que pudiera servir como obsequio, me quedé durante un rato pensando cómo una muñeca pudiera tener la facultad de hacer milagros.
Una de mis amigas, Martha, le tomó una foto, la vi muy entusiasmada, creo que ella ya sabía sobre los poderes de la muñeca, porque iba preparada con un obsequio que compró antes de partir a Xochimilco.
Martha ya sabía a lo que iba, no se fijó en las demás muñecas, al contrario, buscó entre todas a Agustina, cuando la encontró le ofreció el regalo, le habló en voz baja, sin que nosotras pudiéramos escuchar lo que le decía, después de unos minutos, Martha se unió a nosotras, le preguntamos qué le había dicho a la muñeca, pero ella no quiso decirnos nada.
Continuamos nuestra visita en la isla, noté a Martha muy emocionada, estaba más bien eufórica, me acerqué a ella para preguntarle si se encontraba bien, ella me respondió que era un día inmejorable, así continuamos con nuestro paseo.
Mientras seguía observando las muñecas, me puse a pensar que esa idea de recolectar tantas muñecas, había sido a partir de una situación espeluznante, ya que decían que el espíritu de la pequeña que murió seguía sin descansar, no comprendía el motivo por el que se había hecho tan popular.
Más adelante, vimos otras chinampas en las que se veían objetos extraños, le pregunté al guía de qué se trataba, él me dijo que era brujería que las personas hacían en esos lugares por la noche, no me quise imaginar lo tétrico que se verán esas chinampas en la oscuridad, en ese momento que pasamos por ahí no me dio tanto miedo, porque iba acompañada de varias personas, además el sol estaba en todo su resplandor, así que no me pareció terrorífico Cuando salimos de Xochimilco, continuamos conociendo la ciudad, le pregunté a mis amigas a dónde querían ir, Martha me respondió con tanta naturalidad, que a cualquier lugar que fueran sería menos interesante que haber llegado a la isla de las muñecas, le dije que a mí no me había gustado mucho, me había imaginado otro tipo de espectáculo, en cambio, ella seguía emocionada. Después de visitar otros lugares turísticos nos regresamos a la ciudad de Guadalajara, cada quién tomamos un auto de alquiler y ahí nos despedimos.
En el inicio de semana nos incorporamos a nuestras actividades laborales, me llamó la atención no ver a Martha detrás de su escritorio, Alicia, mi otra amiga, me dijo que el jefe inmediato le había mandado llamar, cuando Martha regresó de reunirse con él, venía con una sonrisa, nos dijo emocionada que la habían movido de puesto, la habían ascendido como gerente regional, pero esto implicaba cambiar de residencia, le pregunté si estaba de acuerdo en hacerlo, respondió que no tenía ninguna objeción, así que en pocos días despedí a mi amiga, con la idea de vernos muy pronto en Toluca.
Alicia y yo continuamos en nuestras respectivas actividades, en un principio, tratamos de estar en comunicación con Martha, pero cada día ella se distanció mucho, ambas comprendimos que era por los nuevos retos que tuvo que enfrentarse, preferimos darle su espacio.
Después de varias semanas recibí una llamada, era de Martha, me sorprendió que me llamara casi a las doce de la noche, ella me preguntó si estaba dormida, le respondí que no, pero la verdad era que sí me había despertado, pero como tenía tanto tiempo sin saber de ella, quise escucharla.
Cuando oí su voz, casi no la pude identificar, se oía tan diferente, sólo estaba segura de que era ella porque vi en el identificador que era su número, le pregunté si se encontrara bien, pero sólo se escuchó el silencio, le dije que si necesitaba de mi ayuda lo haría con mucho gusto, después de otro silencio, ella comenzó a hablar, me dijo que todo estaba muy bien, sólo necesitaba escuchar la voz de alguien de confianza, poco a poco comenzó a platicarme lo bien que vivía al lado de su esposo y de sus hijos, incluso, me dijo que también él había encontrado un buen trabajo, sus hijos iban a un colegio privado.
Martha siguió platicando con entusiasmo la nueva vida que tenía en Toluca, luego de un rato de charla se despidió y colgó, me quedé confundida por la forma tan extraña en que lo hizo, estuve un rato despierta tratando de asimilar los motivos que tuvo para comunicarse a esa hora.
Al día siguiente, le comenté a Alicia sobre lo sucedido, ella también me dijo que le había llamado por teléfono, coincidía conmigo: Martha estaba rara.
Así pasaron varios días sin volver a tener noticias de ella, aunque Alicia y yo intentábamos comunicarnos con ella, no era posible, sólo cuando Martha decidía que quería hablar con nosotras sucedía la llamada telefónica, lo malo era que desde el primer día que me llamó, continuó hablando a esa misma hora, quise pensar que lo hacía así porque estaba llena de ocupaciones, y era el único momento en que tenía tiempo.
destacados E.O.D.M