29/04/2024
Mi columna FIGURACIONES MÍAS
(La Voz de Michoacán, 29 de abril, 2024)
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LOSNIÑOS Y LA POESÍA
Por: Neftalí Coria
Ahora que los niños son festejados por las cercanías del día 30 de abril, su día, coincide con la publicación de mi poesía para niños en cuatro volúmenes, que he escrito a lo largo de más de veinte años, en que vi crecer a mis hijos y en los que observaba aquellas cuerdas irrompibles que enlazaban la poesía, el juego, la memoria, el estado agreste de los niños y la naturaleza de su imaginación en la que es posible que viva la forma que toma en el poema, la poesía. No hay mejor edad para aprender a leer poesía que las edades de la niñez, pero no solo para leerla, también para que con los lentes de su imaginación descubran como recogerla de la realidad y escribirla.
Hace algunos años que mis libros fueron rechazados por el FCE, con un argumento de una “especialista” en poesía para niños, que me recomendaba una serie de reglas, de las que precisamente yo estaba huyendo. La muchacha me dijo que la poesía para los niños debe tener patrones de los que nadie se puede salir. Y yo pensé que para aplastar la libertad creadora de los hombres, hasta en la poesía les quieren imponer reglas “de las que nadie se puede salir”. Brillante estupidez que ata los hilos sueltos de la libertad de la que la poesía y los niños gozan. “Hay que amarrarlos para que se enseñen a no ser libres, o para que aprendan a meterse a la camisa de fuerza de la obediencia y no salir nunca más. Me alegro mucho haber recibido ese rechazo, como otros que he vivido con mis novelas (las contaré en algún momento), muy parecidos, por cierto.
Finalmente, y sin haberle hecho caso a aquella maestrita que además era editora, o algo así, LunaMía Ediciones, que es mi editorial, los ha publicado. Los títulos de mis libros: “La selva de mi casa”, “Las palabras imaginarias”, “El cielo de Gorilón” y “Los juguetes que hablan”.
Difícil aventura, pasmoso negocio, me han llegado a decir algunos conocidos. No me importa, porque verlos en mis manos, me alegra. Hace muchos años que difundo la poesía sin apoyo alguno (no me estoy quejando), pero pasa lo que a un amigo científico, en su universidad, nadie lo reconoce, por el contrario, lo golpean, pero es reconocido y bienvenido en universidades europeas y eso por supuesto que es motivo de omisión entre los locales de su ramo. A los vecinos de ciudad, les duele mucho que uno de los que tienen cerca, brille. Escuchaba en un programa cultural, un joven poeta decir que los poetas michoacanos más representativos, eran tres de sus amigos, pero como yo no soy su amigo, ni me conoce, nunca dijo mi nombre en su respuesta; “hay que negar a los que han hecho una obra, que ha ido más allá de las fronteras por sí misma”, parece ser una regla de los menores.
Pero vuelvo a los libros de poesía para los niños. ¿Qué decir de los niños lectores que no abundan, que no necesitan de los libros y mucho menos libros de poesía? La lectura infantil, se ha estigmatizado, como si para los niños solo existieran los cuentos. ¿Y la poesía, que es uno de los géneros que más embonan en la imaginación de esas edades, por qué está ausente entre las cosas que los niños poseen? Desde que aprenden a leer, debieran los niños tener un pie de biblioteca personal, y entre esos libros deberían haber libros de poemas. Ese es el ideal, y mi sueño, desde luego.
Y me pregunto ¿Por qué no leen poesía los niños? Ellos todavía deben ser guiados y dependen de que sus padres y sus maestros les enseñen los intereses por acercarse a un ejercicio de la imaginación y la inteligencia para su desarrollo y para su conocimiento, y así los niños descubran que el pensamiento y la imaginación, son las mejores herramientas para conocer y comprender el mundo al que llegaron. Para que entiendan que los hombres que piensan, se informan e imaginan, quizás pueden enfrentar las mentiras de los adultos cuando sean adultos. Y para entender por qué no sucede esto, debemos revisar, qué es lo que sucede con la lectura de poesía, que es de lo que estoy hablando ahora que he publicado mi poesía para niños y veo por dentro tal asunto.
¿Y qué hay de la lectura de la poesía? Muchos, muchísimos, ni siquiera saben, ni idea tienen qué es la poesía y la desprecian con amabilidad y hasta con dulzura. Esos muchos, nunca se detuvieron a ver lo que la lectura de poesía les pudo dar, y se quedaron con una idea mediocre sobre tan hermoso género de las palabras, aunque debo decir que la culpa no es suya completamente. Esa idea, que la poesía no sirve para nada, llega de la educación que se recibió, una educación en donde se aprende que la vida debe ser útil, productiva y obediente para el sistema. En nuestro viejo y vigente sistema, está encajada la idea, que se deben crear ciudadanos que aprendan a producir lo que se consume y se deshecha, lo que sirve para la vida ordinaria y hasta para el confort de los demás. Cambiar es imposible, aunque se sabe bien, que hay quienes tienen el empeño por cambiarlo, pero los intentos nunca fueron suficientes y si son pocos, el cambio se aleja más.
Yo he persistido en que al menos los que están en mi entorno, se acerquen a la poesía, pero también he fracasado, lo que me parece natural, porque no han escapado a la educación en la que no hay un espacio para la poesía, la poesía de verdad, y hablo de la poesía, no de la declamación y esa costumbre de los seudopoemas celebratorios, que poco tienen que ver con lo que la poesía puede ofrecerle a una persona, y si es desde el principio de la vida, será mucho mejor y de mayor significado.
Les deseo suerte a mis libros, porque se escribieron con la libertad que viví en mi niñez.º