31/08/2024
EL ÁREA NATURAL DE LA CUENCA
La creación del Parque Nacional Barranca del Cupatitzio obedeció en primera instancia a su riqueza escénica y con objeto de proteger, tanto las fuentes de abastecimiento de agua de la ciudad de Uruapan, como la flora, la fauna y para conservar un espacio de esparcimiento para la población.
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En especial, se quería proteger el origen del Río Cupatitzio: el manantial “Rodilla del Diablo”, el cual también recibe aportaciones temporales derivadas de los escurrimientos superficiales de las barrancas “La Guerra” y “San Lorenzo”.
Antes de este decreto, este lugar tuvo varios dueños y dueñas. Desde que fue huerta y después con la compra de los terrenos para realizar una finca, el río Cupatitizio fue el factor más importante para su compra.
Gran parte de las aguas del río y sus manantiales ya eran utilizados para el riego de huertos, molinos y uso doméstico de la ciudad de Uruapan.
Así lo hace ver un mapa de 1936 donde se registra la cercanía del río con las quintas y la importancia para su aprovechamiento.
Catherine R. Ettinger Mc Enulty, en su texto “De quinta a parque nacional. Lázaro Cárdenas y la Barranca del Cupatitzio en Michoacán”, destaca que “seguramente por su belleza natural fue la zona de la ciudad donde en el siglo xix se construyeron algunas quintas campestres: la quinta Hurtado, la quinta Camelina y la quinta Ruiz”.
“Corresponde a una época de auge –en el ámbito nacional– en cuanto a la construcción de chalets o casas de veraneo en las áreas de expansión de las ciudades, misma que se vincula, a su vez, con ideas sobre los beneficios de los paseos al aire libre para la salud”.
El cronista de la ciudad de Uruapan, Sergio Ramos Chávez, destaca que las dos quintas más conocidas de Uruapan eran la “Quinta Ruiz” y la “Quinta Hurtado”.
“La primera, propiedad entonces del licenciado Eduardo Ruiz y la segunda, una bella finca mucho más ostentosa en construcción que la antes citada, de la familia del hacendado Silviano Hurtado y doña Rosa Treviño”, narra en uno de sus textos.
Sin embargo, antes de ser de la familia Ruiz, esta quinta era llamada “quinta del oeste” y su dueño era “una persona de apellido Obregón”.
“Referente la adquisición, ello se confirma de acuerdo a lo expresado en una carta escrita por Eduardo Ruiz, estando en Morelia, fechada el 20 de noviembre de 1867 y que le envió a México a su paisano, el notable e influyente político Manuel A. Mercado (mecenas de José Martí), donde le pide se entreviste con una persona de apellido Obregón y le manifieste el interés que tienen por comprarle el terreno y el molino de la “quinta del oeste”. En el texto le manifiesta que están dispuestos a darle mil y hasta mil quinientos pesos por el predio”, destaca Ramos Chávez.
Fue Toribio Ruiz quién fundó la Quinta Ruiz de la cual extraía los frutos de cafetos y aguacates.
“El café se secaba en la propia explanada de la finca y se molía con maquinaria rudimentaria accionada por las aguas del Cupatitzio”, señala la historiografía.
La vegetación natural que se encontraba alrededor de la casa habitación, hoy oficina de la administración, fue reemplazada por cafetos, platanares, fresnos y frutales diversos y se conocía como La Quinta Ruiz.
El cronista narra que “Don Toribio Ruiz falleció el 7 de octubre de 1878 y su esposa Jacoba dos años después, el 16 de septiembre de 1880. A raíz de la muerte de sus padres, Eduardo, siendo el mayor de la familia y el más ilustrado se encargó de las propiedades heredadas, entre ellas, la multicitada quinta”.
Durante la administración de Eduardo Ruiz, su apogeo como finca fue predominante.
“Durante el tiempo que este distinguido parachense e hijo adoptivo de Uruapan estuvo al cuidado de la quinta, mandó hacerle algunas modificaciones y arreglos, incluyendo la construcción de la casa y los miradores que todavía a mediados del siglo pasado los vecinos de la ciudad y visitantes podían admirar.
“A partir entonces, inclusive cuando don Toribio vivía, la propiedad era un lugar hospitalario y de visita obligada para los importantes personajes del siglo XIX que venían por distintos motivos a Uruapan”, destaca el cronista.
Josefina Ruiz fue la última propietaria de esas tierras.
“El abogado Eduardo Ruiz murió a raíz de una caída de su caballo, el 16 de noviembre de 1902. Había estado casado en dos ocasiones: la primera con Francisca Salgado, con quien procreó tres hijos: Eduardo de Jesús, Josefina Fátima y María Dolores. Mientras que con su segunda esposa, la potosina María Salomé Benítez Molina, tuvo dos hijos: Agustín, fallecido a edad temprana y Daniel.
“Al morir don Eduardo, su hija Josefina se hizo responsable de la quinta desde diciembre de 1902 hasta principios de 1936, año en que el gobierno federal hizo la compra del terreno”.
Según narra el cronista de Uruapan, “en 1935 el general Lázaro Cárdenas, entonces Presidente de la República, se enteró que los Ruiz de Uruapan estaban promoviendo la venta de su quinta, sitio que el estadista mexicano conocía desde el año de 1921 cuando fue invitado a un banquete que se le preparó al gobernador del estado, su correligionario general Francisco J. Múgica, al que asistieron políticos, militares, gente de sociedad y amigos cercanos de Múgica”.
El Ejecutivo Federal decidió encomendar al Ingeniero Miguel Ángel de Quevedo para que viniera hasta Uruapan y se entrevistara personalmente con doña Josefina, con el fin de conocer las pretensiones en cuanto a la venta de la propiedad.
Al recorrer la quinta y los montes cercanos, Miguel Ángel de Quevedo partió a México y le hizo patente al general Cárdenas lo valioso que sería para su gobierno contar con un parque como “La Quinta Ruiz”.
Acto seguido, conforme al protocolo de venta con la federación, el día 9 de enero de 1936 en México, Distrito Federal, se hizo un acuerdo donde se estableció el contrato de compraventa, con la entrega de las escrituras de las vendedoras: Josefina Ruiz de Equihua, que ofrecía la propiedad multicitada y Dolores Murguía Vda. de Molina, quien ofrecía los terrenos anexos a la quinta y que al final también adquirió el gobierno de Cárdenas.
Al Parque nacional se le conoce oficialmente como “Barranca del Cupatitzio” de acuerdo al decreto del 29 de septiembre de 1938.
El 2 de noviembre de ese mismo año, el Presidente Gral. Lázaro Cárdenas del Río, decretó como Parque Nacional, con el nombre de Barranca del Cupatitzio, los terrenos de Casanapitiro, Potrero de Mendoza, Los Jazmines, Encino Gacho, El Guayabo, Palo Alto, Rancho La Mora, Rodilla del Diablo y Huerta Quinta Ruiz hasta colindar con la capilla de Santiago, propiedades consideradas en el plano realizado en octubre de 1935 por personal de la Dirección de Bienes Nacionales.
De esta forma, la Quinta Ruiz pasó a ser propiedad de la Nación para constituir parte de uno de los 40 Parques nacionales creados en el régimen cardenista.
Así lo hace ver el documento del Diario Oficial de la Federación de aquel tiempo.
El Diario Oficial de la Federación narra en sus páginas los enunciados del “Decreto que declara la creación del Parque Nacional Barranca del Cupatitzio, los terrenos que el mismo menciona” como área natural protegida.
El decreto de creación, publicado por el “Departamento Forestal y de caza y Pesca” de aquel entonces, no especifica la superficie que abarca el área, sin embargo, con base en las estimaciones de la Subdirección de Análisis e Información Espacial de la CONANP de 2011 (última actualización), su superficie total abarca 458.21 hectáreas.
El 1º de agosto de 1996, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se desincorporó del régimen de dominio público de la Federación, la fracción del Parque Nacional Barranca del Cupatitzio con una superficie de 89.8 hectáreas.
Esta fracción fue cedida a título gratuito en favor del gobierno del estado de Michoacán, a efecto de la regularización de la tenencia de la tierra para sus ocupantes, los cuales conformaron las colonias 28 de Octubre y Plan de Ayala. Estos terrenos desincorporados, ocupados desde la década de 1960, dividen al Parque en dos secciones.
Una sección está localizada al Poniente, de aproximadamente 438.55 hectáreas, denominada Área de Montaña y otra al Oriente, de 19.66 hectáreas, dentro de la ciudad, designada como Área de Río.
En el Área de Montaña, 336.40 hectáreas se encuentran dentro del municipio de Uruapan y 102.15 hectáreas en el municipio de Nuevo Parangaricutiro, en el caso del Área de Río, se encuentra dentro del municipio de Uruapan.