
14/02/2025
Uitzume, el perro del lago*
Tenencias en Morelia, del olvido a la funcionalidad política
Las tenencias de la capital michoacana viven una transformación profunda de su territorio. Desde hace cuatro décadas gobiernos municipales e intereses inmobiliarios y empresariales han presionado e implementado un proyecto ambicioso de crecimiento urbano de la ciudad.
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Esta visión de ciudad, que poco a poco ha despojado a las comunidades de sus territorios, recursos y formas de vida, emerge y es auspiciada por proyectos gubernamentales como el Segundo Anillo Periférico (en sus seis tramos); las dos presas propuestas en Coronillas y Jesús del Monte, el proyecto del acuaférico, el parque agroindustrial y la creciente agroindustria de frutillas y el agave para la producción de mezcal.
Pero estos proyectos no se pueden realizar y consolidar sin la ayuda de actores fundamentales en las comunidades rurales de Morelia: los ejidatarios y los jefes de tenencia.
Para esta columna nos enfocaremos en los jefes de tenencia ya que las tenencias de la ciudad de Morelia han vivido un proceso de elección en los últimos meses que merece el análisis, más allá de las motivaciones políticas.
Primero, hay que establecer un marco histórico importante. De las 14 tenencias de Morelia, ocho de ellas se autoreconocen como pueblo indígena ante el Gobierno de México.
Según el catálogo realizado por el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, Jesús del Monte, San Miguel del Monte, San Nicolás Obispo, Santa María de Guido, Santiago Undameo y Tiripetío se autoreconocen como Pirindas y Capula como P’urhépecha.
Históricamente, en distintos periodos de la historia, en estos pueblos se han dado expresiones de movilización social en contra de desarrollos inmobiliarios, por el despojo de agua, por la devastación de sus bosques o por la destrucción de sus formas de vida. Sin embargo, las estructuras administrativas del Ayuntamiento de Morelia, traducidas en las jefaturas de tenencia, han permitido el despojo de estos territorios y han desinhibido la movilización social de estas comunidades.
Administrativamente, las jefaturas de tenencia son localidades submunicipales, constituyen unidades políticas menores a la cabecera y supeditadas al ayuntamiento.
Son electos mediante votaciones tradicionales o a mano alzada, según las costumbres de cada comunidad. Actúan como autoridades auxiliares de los municipios, es decir, son el enlace entre el gobierno y las comunidades.
En su operatividad, las tenencias de Morelia viven una dualidad. Históricamente han sido olvidadas por las administraciones municipales, pero también, los jefes de tenencia han sido funcionales a los gobiernos para la realización de ciertos proyectos que han beneficiado a los grandes empresarios.
Desde el primer gobierno de Fausto Vallejo esta dinámica de cooptación de líderes ejidales y jefes de tenencia fue común. La replicó el priísta en sus tres trienios (1994-1995; 2001-2004 y 2008-2011). Pero no sólo eso, la adoptaron los panistas en sus administraciones, perfeccionándola y aplicándola de mejor manera.
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