05/12/2024
Ñuu Savi
Siguiendo con las reflexiones, ahora toca las referencias de los marcadores direccionales del Ñuu Savi, es decir los límites simbólicos del Ñuu Savi anterior a 1200:
Estos últimos términos en primera instancia parecen ambiguos y difíciles de delimitar, dado que el área que describen es muy extensa, o que incluso parecen referir a lugares muy concretos, como Ñuu Ñama que es el nombre de San Pedro Amuzgos (Jansen, 1982:228), a diferencia de las primeras divisiones que sí refieren a áreas más concretas. Esto se debe, quizá, al proceso histórico mismo de ocupación, como se percibe en la señalización de los cuatro rumbos del Ñuu Savi en los distintos códices. La terminología de estos en la lengua Savi la encontramos en el vocabulario de Alvarado de finales del siglo XVI, que por la época –seis décadas después de la conquista de Tututepec- seguían muy presentes en el Ñuu Savi. La dirección “este” fue referida como andevui “cielo” y se representó con el glifo de cielo; el “norte”, como Yucu Naa “Cerro Obscuro” y fue representado como “Cerro de Ajedrez” y “Monte Partido”; el oeste, Yaa Yuta “Ceniza de Río” o “Río de Cenizas”, con el glifo de “río y cenizas”; el sur, como Huahi Cahi “panteón”, Andaya “Lugar de la Muerte”, simbolizado con un “templo de la muerte”; y finalmente representando al centro, Ini Ñuu “Corazón de la Tierra”, mejor dicho “Corazón de la Comunidad” o “Corazón del Pueblo”. Los glifos que refieren a estas direcciones cardinales los encontramos en el Códice Yuta Tnoho, Códice Ñuu Tnoo-Ndisi Nuu, Códice Yecu, Rollo del Fuego Nuevo, Lienzo de Tlapiltepec, Códice Porfirio Díaz, Códice Gómez Orozco.
En su disertación doctoral Jansen (1982:223-278) propone que estos glifos cardinales refieren a lugares específicos, lugares sagrados, importantes en la memoria cultural del Ñuu Savi. Así, Kava Kandiui “Peña del Cielo” en Apoala es la referencia del “Este”; una montaña cerca de Tepeji de la Seda, el “Norte”; el Río Nejapa, el “Oeste”, un reino custodiado por la señora 1 Águila Sitna Yuta “Abuela del Río”; al “Sur” le corresponde una cueva funeraria en el monte de los cervatillos en el antiguo reinado de Ñuu Ndaya, hoy Chalcatongo, un santuario custodiado por la deidad 9 Hierba y considerado el panteón de los reyes savi, el cual puede ser Yuku Kasa; y, finalmente, la referencia del centro es un santuario en Ñuu Ndecu, hoy San Miguel Achiutla, donde se encontraba el envoltorio sagrado de Koo Savi “Serpiente Emplumada”, conocido como “corazón del pueblo”, un importante oráculo en el Ñuu Savi y afamado en toda Mesoamérica, y que puede corresponder a la escena en el códice Añute (p.7) donde aparece el Iya Couaco Oko Kuiñi “Dos Lluvia, Veinte Jaguares” (Jansen y Pérez Jiménez, 2011:308-318).
Lo anterior nos lleva a concluir que los lugares sagrados que sirvieron como referencias simbólicas de los rumbos cardinales fueron definidos en una época temprana, anterior al siglo XIII, en el Posclásico Temprano (±900-1200) cuando aún los nchivi savi no migraban a Ñuu Andivi ni a Tokuiji Ñuu Savi. Asimismo, al observar la distribución de éstos en planta, nos damos una idea de los extremos simbólicos culturales del pueblo Ñuu Savi para éstas épocas, lo cual tendríamos que ver si se reflejan en campo (mapa 5). Lo que sí podemos asegurar es que a pesar de la subsecuente movilidad y expansión de los nchivi savi a partir del siglo XII, simbólicamente enmarcado en la vida y acciones del señor 8 Venado Garra de Jaguar, éstos lugares no sólo sobrevivieron como referencias direccionales hasta el siglo XVI –como lo expresan los glifos direccionales en los manuscritos pictóricos conservados de esa época–, sino también como lugares sacros (Aguilar Sánchez, 2020: 43-44).
Mapa 5: Las referencias hacia los cuatro rumbos del Ñuu Savi.