25/11/2024
Hoy, en el día que marcaría el nacimiento de la Wera, esa luminosa constelación que iluminó nuestras vidas, no puedo sino agradecerles por sus palabras y recuerdos plasmados en este espacio. A través de ustedes, su esencia sigue viva, como un eco que se niega a desvanecerse en el vasto silencio de la ausencia.
La Wera era un alma que parecía haber descendido de un cielo más puro, cargada de bondad, de fuerza, y de una ternura que desarmaba hasta las sombras más frías. Ahora, aunque físicamente lejana, permanece presente en cada pensamiento que la evoca y en cada palabra que, como las suyas, la revive.
Les agradezco desde lo más profundo de mi ser por permitir que su luz siga brillando, por compartir recuerdos que, como hojas en un viento suave, vuelven a posarse en mi memoria. Que cada palabra que hoy han dejado sea un puente entre este mundo y el lugar donde su alma descansa.
Con un corazón lleno de gratitud,
Alejandro Malpica Alejandro