23/03/2024
Soy del estado de Veracruz y actualmente ya no vivo por esa zona donde me ocurrió algo muy extraño y escalofriante. Esto sucedió hace unos 7 u 8 años aproximadamente. Justo en esa ocasión habían organizado una tardeada en mi escuela, la cual terminó alrededor de las 9 de la noche. Junto con mis 3 amigos de la escuela, que también eran mis vecinos, decidimos irnos caminando a nuestras casas.
Mis amigos se quedaron un rato en mi casa, empezamos a platicar sobre la tardeada y demás. Llegó un punto en que nos comenzamos a aburrir, y mis amigos no querían ir a sus casas todavía. Se nos ocurrió la gran idea de ir a caminar un rato a uno de los lagos del fraccionamiento "Puente Moreno". Para ese momento ya eran las 11 de la noche y hacía un poco de frío.
Cerca del lago del "Puente Moreno", hay una ciclopista donde la gente suele ir a caminar o correr. Como ya era algo tarde y aún éramos muy jóvenes, nos dio un poco de miedo estar allí, pero la aburrición que teníamos fue más fuerte que el temor que nos daba andar en ese lugar. Supuestamente, llevábamos un palo para cuidarnos por si algo sucedía
Comenzamos a caminar por la ciclopista, íbamos platicando y haciéndonos bromas. En esa época, estaba de moda las bromas de los payasos que asustaban a la gente, así que comenzamos a hacer comentarios de que se nos iba a aparecer algún payaso y cosas así, pero nunca pasó nada. Nosotros seguimos caminando y comenzamos a jugar, nos tomamos de la mano y empezamos a caminar en cadenita. Seguimos nuestro camino como si nada y ya nos faltaba muy poco para llegar a la carretera.
De pronto, de la nada, se escuchó como si nos aventaran una pequeña piedra. Como íbamos agarrados en cadenita, vi que la piedra cayó justo frente a mí. Le pregunté a mis amigos si alguno de ellos había lanzado esa piedra, a lo que todos dijeron que no, que como iban a ser ellos si iban agarrados de la mano y los que tenían un malo libre iban ocupando su celular. Nos asustamos un poco, así que decidimos soltarnos y caminar bien por si algún ladrón o alguien más se nos fuera a aparecer en el camino.
Al poco tiempo, nuevamente una pequeña piedra cayó cerca de nosotros. Esta vez, haciéndonos los valientes, decidimos quedarnos quietos para poder ver quién nos estaba lanzando esas piedras. Pasó muy poco tiempo cuando nuevamente nos lanzaron una piedrita. En esta ocasión, pudimos ver que esa piedra había salido de una parte un poco oscura cerca del lago, donde había mucho monte alto, árboles, nopales y palmeras. Justo ahí también vimos a una persona bajita. Al principio, pensamos que tal vez nos estábamos confundiendo con alguna rama.
Pero de la nada, aquella persona se movió. Ahí fue cuando decidimos acercarnos para saber si no era algún niño o una persona perdida. Con un poco de temor, un amigo y yo fuimos los valientes en acercarnos. Poco a poco nos fuimos acercando más y más, hasta el punto en que ya estábamos muy cerca. De pronto, esa persona o cosa volteó. Lo que vimos nos dejó helados a mi amigo y a mí, ya que aquel extraño ser sí parecía una persona bajita, pero lo más aterrador es que no tenía boca; solo se le veían los ojos. Donde se supone que deberían estar sus ojos, había solo dos huecos completamente negros. Tenía solo los dos orificios de lo que se supone era su nariz, y su piel era de color gris.
Nos espantó demasiado y solo gritamos. Lo único que hicimos fue correr, y cuando mis otros amigos nos vieron muy asustados, no preguntaron nada y también empezaron a correr. Era un miedo y escalofríos lo que sentíamos en ese momento. Al girar, vimos que aquella cosa nos estaba siguiendo. A pesar de su tamaño, corría algo rápido pero no podía alcanzarnos. Como había mencionado antes, ya nos faltaba muy poco para llegar a la carretera. De tanto correr, logramos llegar a la carretera donde ya había más luz y carros. Al mirar hacia atrás, ese extraño ser ya no estaba.
Ahí fue cuando le conté al resto de mis amigos lo que habíamos visto y de ahí, como pudimos, nos regresamos a nuestras casas pero por otro camino. Al día siguiente en la escuela, contamos a todos lo que nos había pasado, pero nadie nos creyó. Hasta el día de hoy, tengo la intriga de saber qué fue realmente lo que vimos aquella noche. destacados
Relato por Esteban C.