28/10/2024
DEVOCIONAL DIARIO PARA EL MAESTRO, Día Sábado 26 de Octubre del 2024
“¿Por qué, maestra?”
"Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará." Proverbios 22:6 (NVI)
Tanto como padres y también como maestros nos encontramos diariamente a preguntas que van desde las más simples hasta las más profundas, a veces preguntas que son muy incomodas y es necesario tomarse el tiempo para dar una respuesta sabia. Pero en algunas ocasiones los niños nos sorprenden con preguntas que nos desafían a reflexionar sobre nuestra fe y nuestra comprensión de Dios. Preguntas como “¿Por qué debo orar?” o “¿Por qué Dios permite el dolor?” estas preguntas reflejan una búsqueda genuina de sentido y comprensión. En estos momentos, Dios nos da la oportunidad de plantar semillas de fe en sus corazones, incluso si las respuestas no son fáciles.
Proverbios 22:6 nos recuerda que la instrucción en el camino de Dios es fundamental para los niños. Esto no solo significa enseñarles lo que está bien y mal, sino también ayudarlos a desarrollar una relación personal con Dios. Cuando respondemos a sus preguntas con amor y paciencia, los guiamos hacia una comprensión más profunda de su fe. Si es de suma importancia a las preguntas que nos hacen, si estas dando una lección y un niño alza su mano para hacerte una pregunta, toma el tiempo para escuchar y responder, pero, si lo que pregunta, no tiene relevancia con el tema, apunta la pregunta y dile que después de terminar la enseñanza responderás la pregunta, me ha tocado observar a maestras responder: “Pedrito, no te salgas del tema, vamos a continuar” y allí quedó su pregunta sin respuesta, es un alerta para el niño de pensar que al maestro no le interesa lo que piensa. Suena duro, pero es la verdad, entre el maestro y el niño debe existir una conexión de respeto, empatía, cuidado y amor.
Hoy te quiero dar tres consejos que te ayudarán a interesarte por responder a las preguntas de los niños:
1. Escucha con Amor y Paciencia
A veces, las preguntas de los niños pueden parecer simples o incluso repetitivas, pero es importante recordar que cada pregunta es una oportunidad de enseñarles. Escuchar pacientemente les muestra que sus dudas e inquietudes son válidas. A través de la escucha activa, les transmitimos el amor y la importancia que Dios les da a cada uno de sus pensamientos y sentimientos.
Reflexiona:
¿Estoy tomando tiempo para escuchar realmente lo que los niños me preguntan?
¿Cómo puedo mostrarles, a través de mi paciencia, el amor que Dios tiene por ellos?
2. Responde con Sinceridad y Humildad
No siempre tenemos todas las respuestas, y está bien reconocerlo. Ser sincero cuando no tenemos una respuesta inmediata les enseña que incluso los adultos continúan aprendiendo y creciendo en su fe. A veces, una respuesta como, “No lo sé, pero podemos orar juntos y pedirle a Dios que nos dé sabiduría”, puede ser muy significativa.
Reflexiona:
¿Cómo puedo modelar una actitud de humildad cuando no sé la respuesta?
¿Estoy dispuesto a aprender junto con los niños y a mostrarles que todos estamos en una búsqueda de entender mejor a Dios?
3. Guía a los Niños hacia la Palabra de Dios
La Biblia es nuestra fuente principal de sabiduría y verdad. Algunas preguntas pueden llevarnos directamente a las Escrituras, y aprovechar estas oportunidades fortalece la fe de los niños y les enseña a buscar respuestas en la Palabra de Dios. Si un niño pregunta “¿Por qué debo orar?”, puedes mostrarle ejemplos de personas en la Biblia que oraron en momentos difíciles, como David o Daniel.
Reflexiona:
¿Estoy usando la Biblia como guía para responder las preguntas de los niños?
¿Cómo puedo animarlos a buscar en la Biblia las respuestas que necesitan?
Aquí te dejo unas sugerencias prácticas para realizar en clase:
1. Mantén una “Caja de Preguntas”
Coloca una caja en el salón de clases donde los niños puedan dejar sus preguntas. Dedica un tiempo especial para responderlas juntos cada semana. Esto les da un espacio seguro para expresar sus dudas y permite que las preguntas más profundas sean respondidas con cuidado y preparación.
2. Ora por Sabiduría
Ora cada día pidiéndole a Dios que te dé sabiduría para responder a las preguntas de los niños. Recuerda lo que dice Santiago 1:5: “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará.” Dios te capacitará para responder con amor y verdad.
3. Compartan en Grupo
Si surgen preguntas difíciles, invítalos a buscar juntos una respuesta en la Biblia, mostrando cómo pueden aprender en comunidad y cómo la Palabra de Dios es relevante en sus vidas.
Amado maestro, recuerda que las preguntas de los niños son puertas abiertas para profundizar su fe y comprensión de Dios. Tenemos la hermosa oportunidad de guiarlos en su búsqueda de respuestas, y de mostrarles que Dios escucha y se preocupa por cada una de sus dudas. Que el Señor nos dé la sabiduría para responder con amor y que podamos ser instrumentos para sembrar en sus corazones una fe que perdure.
OREMOS:
"Señor, gracias por la curiosidad y el deseo de aprender que has puesto en los niños. Ayúdame a ser un guía amoroso y paciente cuando ellos me hagan preguntas. Dame sabiduría para responder con humildad y verdad, y para dirigirlos siempre hacia Ti y Tu Palabra. Que mis respuestas reflejen Tu amor y tu sabiduría. En el nombre de Jesús, Amén."