23/08/2024
Hoy, en un mundo postmoderno donde las certezas son raras y las opiniones se multiplican, la centralidad de las Escrituras sigue siendo vital. La Biblia proporciona un fundamento firme en un mar de relativismo. Es la fuente inmutable de verdad en una cultura que rechaza las normas objetivas. En este contexto, las Escrituras no solo guían la vida piadosa del creyente, sino que también protegen a la iglesia del fanatismo y de las falsas doctrinas. La Palabra de Dios, cuando es correctamente interpretada y aplicada, nos preserva en la pureza de la fe y nos fortalece en la fidelidad a Cristo.
De modo que, el principio de sola Scriptura ha sido y es esencial para la identidad, santidad y crecimiento de la iglesia cristiana. Este principio nos recuerda que la Biblia es suficiente y suprema para guiar nuestra fe, y nos aparta de las tradiciones humanas y las innovaciones que pueden desviar a la iglesia de la verdad. Al afirmarlo, la iglesia declara su compromiso con la santidad, reconociendo que la Escritura no solo informa nuestras creencias, sino que también transforma nuestras vidas.
Este breve tratado devocional, con motivo del mes de la Biblia, pretende ser un recordatorio de aquel clamor de antaño; “Sola Escritura” así como una celebración de la bondad de Dios al revelarse a Su pueblo y a la humanidad en las Sagradas Escrituras.
Perseveremos juntos en el estudio, la obediencia y la proclamación del Libro Santo Inspirado por Dios.
https://www.iglesianacionalpresbiteriana.com/_files/ugd/6c1985_b0924420a9094159bca91d42a8af68f1.pdf