10/01/2025
www.elfactor.com.mx
RUTA DE LAS MISIONES SUDCALIFORNIANAS. HISTORIA, GEOGRAFÍA Y RIQUEZA CULTURAL
Por: Juan Manuel Higuera Martínez
La geografía del estado de Baja California Sur ha sido desafiante desde tiempos lejanos para quienes han osado recorrerla y, sobre todo, subsistir en ella. A diferencia de otras regiones de nuestro país, pocos son los vestigios que se preservan hasta nuestros días en la media península, junto a las enigmáticas y majestuosas pinturas rupestres que albergan algunos de los cañones serranos, se encuentran las Misiones religiosas que representan la llegada de los europeos a la región que hoy comprende nuestro estado en el siglo XVII.
Estas edificaciones nos muestran parte de lo que las órdenes religiosas, junto con la corona española, buscaban en el territorio, la expansión, tanto política como de la misma fe. Tanto fue el impacto de esta nueva forma de vida para los naturales (como se les llamaba a los indígenas) que con el paso del tiempo terminaron extinguiéndose al no poder vivir en estas tierras áridas tras haber perdido el conocimiento ancestral que se los permitía.
Dichas misiones trajeron, además de la religión, flora y fauna desconocida hasta entonces, que al desaparecer este tipo de administración religiosa, sirvieron para dar paso a otra conformación cultural que sigue con mucho arraigo en estas tierras calisureñas, los ranchos.
Teniendo en cuenta lo anterior, de manera colaborativa entre docentes de la Escuela Normal Superior, “Profr. Enrique Estrada Lucero” y con el apoyo de los directivos de la misma, se conformó un proyecto para que, del 3 al 6 de diciembre del 2024 se realizara “La ruta de las Misiones Sudcalifornianas. Historia, Geografía y riqueza cultural”, con los alumnos de las Licenciaturas en Enseñanza y Aprendizaje de la Geografía 7mo semestre y de la Historia 5to semestre.
Con mucho entusiasmo y una buena disposición de parte de las y los estudiantes, fue que se inicio muy temprano el primer día de viaje, saliendo de la escuela con un primer destino, la Misión de San Luis Gonzaga, pero antes, una parada en la comunidad de Las Pocitas para desayunar unos deliciosos burritos, elaborados por la abuela de una de nuestras alumnas. Al estar en la primera Misión considerada en el itinerario y después de cuestionarnos si íbamos por el camino correcto por el tiempo que había transcurrido desde que nos bajamos de la carretera y agarramos brecha (la Misión de San Luis Gonzaga es la única que se encuentra retirada de la carretera transpeninsular), inició la tarea designada a los estudiantes, entrevistar a los vecinos de estas edificaciones para investigar diversos aspectos relacionados con la vida diaria, junto a los usos y costumbres de los pueblos.
Al concluir las entrevistas y caminar por sus alrededores, nos dispusimos a partir hacia la segunda Misión y tras un par de horas y una parada para comer en la comunidad de La Poza en casa de otra de nuestras alumnas, llegamos a San Miguel de Comondú poco antes del oscurecer, después de convivir en los espacios del hotel nos dirigimos a descansar. En la mañana siguiente nos dirigimos a la Misión de San José de Comondú, donde de igual manera se conversó con integrantes de la comunidad y se platicó sobre la historia y presente del edifico misional.
Al concluir esta visita, nos dirigimos al municipio de Loreto, donde visitamos la que se considera como la cabeza y madre de las Misiones de la Alta y Baja California al ser la primera que pudo consolidarse y, desde ahí, poder fundar el resto de la península, incluso, las que pertenecen al Estado de California, en el país vecino. Ahí mismo en Loreto pasamos la segunda noche entre charlas académicas y bromas que, sin duda, reforzaron los lazos entre estudiantes y docentes.
El jueves 5 partimos, después del desayuno, hacia el poblado de la Heroica de Mulegé, donde sus bellas y paradisiacas playas hacen que los visitantes se alegren el día al ver tantas tonalidades en sus aguas, para después asombrarse por el palmar que impacta con tan solo verlo. Al estar en la Misión de dijo pueblo, uno de los equipos pudo platicar con la encargada de la iglesia, brindándoles información importante para diseñar el proyecto que llevaban como tarea. Tras una sesión extensa de fotos en el mirador, tuvimos que partir hacia la última Misión, la del poblado de San Ignacio.
Realizamos una parada en el pueblo Mágico de Santa Rosalía para cargar combustible y se aprovechó el tiempo para charlar sobre la basta historia del lugar. Emprendimos nuevamente el camino por carretera y llegamos a San Ignacio, donde su laguna, palmares y la calidez y amabilidad de las personas con las que coincidimos y charlamos, nos dejó con un grato sabor de boca. Esa misma tarde se apreció el edificio misional y se recorrieron las calles de tan pintoresco y agradable lugar. Una vez instalados en el hotel, con el fin de tener una convivencia, se organizó una cena que consistió en carne asada que, el calor que desprendía el carbón, permitió hacerle frente al frío de la noche, pero que las risas y la misma convivencia, hacían que el clima pasara a segundo término.
El viernes 6, tuvimos que partir de regreso, el destino era volver a la ciudad de La Paz, pero no sin antes llegar a ver la última Misión del proyecto, la de San Javier, la cual tuvimos que dejarla hasta el final ya que coincidimos con las fiestas patronales y quisimos poder apreciarla sin tanta gente. Ya estando ahí, se tuvo la charla sobre su historia, se visitó las parcelas, el famoso olivo y se entrevistó a gente de la localidad, para después, retomar nuestro rumbo.
El mismo viernes, pero ya por la noche llegamos a las instalaciones de nuestra querida escuela, donde cansados, pero motivamos por la dicha de haber podido apreciar tantos y tan bellos paisajes que juntan el desierto, las playas y oasis, más los nuevos conocimientos adquiridos sobre la vida misional que se tuvo en el pasado y cómo esta modificó la vida en la media península, cada quien partió hacia sus hogares.
Como notas finales, estoy obligado a mencionar que este breve relato no hace justicia a todo lo que vivimos en esos días de aventura, ya que todas esas horas en carretera se disfrutaron entre música, cantos, chistes, charlas de múltiples temas y ese tiempo, simplemente, no se puede describir por más líneas que uno tenga para redactar. De igual manera, pero sin ningún tipo de obligación, agradecemos a padres y madres de familia por brindarnos la confianza de transportar a sus hijas e hijos a lo largo y ancho del estado, a nuestros estudiantes por mantenerse siempre participativos en las actividades, por no permitir que los ánimos decayeran y por mostrar en cada momento esa responsabilidad y alegría que les ha caracterizado desde su ingreso a la institución. Gracias a nuestras familias que dejamos por unos días, sin su apoyo esto no sería posible. También gracias a quienes hicieron posible este viaje desde la parte directiva, pues, aunque no salen en las fotos, sin si apoyo incondicional, estos proyectos tan valiosos no podrían generarse.
Por último, gracias mtra. Yadira, mtro. Ulises y Dr. Salvador por organizar y acompañar en esta aventura que se suma a las que ya hemos vivido y, seguramente, a las que estemos por emprender.